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Orquesta ilustrada y perfecta Por Víctor Pliego de Andrés. Lee su curriculum.
Orchestra of the Age of Enlightenment. Solistas: Liza Beznosiuk, flauta; Robert Howarth, órgano. Director: Frans Brüggen. Obras de Purcell, Marini, Bach, Stravinsky y Quantz. Conciertos de la Tradición. Auditorio Nacional de Música de Madrid. 10 de noviembre de 2004. El Ciclo de los Conciertos de la Tradición, que se celebra en Madrid bajo el común denominador de las mejores orquestas de instrumentos antiguos no podía haber tenido un mejor comienzo que el celebrado. La Orquesta del Siglo de las Luces ha sido la encargada de abrir la temporada con un concierto verdaderamente excepcional, donde la calidad altísima se destilaba en cada nota con absoluta naturalidad. Más allá del purismo tímbrico que se deriva del uso de instrumentos de la época en que se compuso la música que tocan, sobresale su virtuosismo interpretativo, bajo las férreas órdenes de Frans Brüggen, a quien los músicos siguen más allá de su gesto descuidado, pues existe entre ellos y el maestro una complicidad fruto de muchos años de común trabajo. No aparece en esta orquesta ninguna imperfección atribuible a los instrumentos tecnológicamente más primitivos que sus descendientes, ni tampoco a los intérpretes. De hecho no fallaron en nada, sino que ofrecieron versiones de una hondura emocional serena y ajena a cualquier aspaviento. Todo sonó con especial suavidad y un cuidado brillo. La conjunción fue perfecta, el timbre redondo, la afinación absolutamente estable, la dinámica vigorosa, el ritmo exquisito... No cabe duda que las orquesta antiguas están hoy en la vanguardia, al gozar de privilegios que sus compañeras sinfónicas más modernas han ido perdiendo, arrastradas por otras formas de trabajo Los músicos demostraron su calidad en el conjunto e individualmente, pues todos los miembros de esta agrupación son reconocidos y activos solistas. Buena muestra de ello fue la intervención protagonista en el Concierto de órgano en Re menor, BWV 1059b, escrito por Juan Sebastián Bach, de Robert Howarth que también atendió el contínuo en el resto del programa con igual diligencia. También se adelantó la flautista de la orquesta, Liza Beznosiuk, para ofrecer una excelente versión del Concierto para flauta en Sol mayor de Johann Joachim Quantz. El programa se completó con emotivas interpretaciones de la Chacona en sol menor de Purcell, del Passacaglio del Balletto Secondo de Marini, de la Suite núm. 1 en Do mayor, BWV 1066 de Bach y del Concierto en Re Mayor (revisión de 1964) de Igor Stravinsky que constituyó un interesante guiñó y un diálogo entre los modos de distintos siglos. Si normalmente se admite la interpretación de música pretéritas con instrumentos modernos, ¿por qué no hacer lo contrario y tocar música del siglo XX con instrumentos de otros tiempos? el resultado hubiera agradado sin duda al maestro ruso, declarado admirador del pensamiento musical dieciochesco e impulsor del estilo neoclásico, del cual esta página es un vivo testimonio. Fue una velada llena de música y autenticidad. Por encima de las épocas y de los instrumentos escogidos, brilló sobre todo un arte basado en la profesionalidad y en la grandeza de una tradición bien entendida. (Fotografía de Rafa Martín)
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