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Número 72º - Enero 2.006


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CARMEN VINO DE CANARIAS

Jerez, Teatro Villamarta. Bizet: Carmen. Nancy Herrera, Albert Montserrat, Ángel Ódena, Sabina Puértolas, Cecilia Lavilla Berganza, Mireia Pintó, Eduardo Santamaría, Luis Cansino, Celestino Varela, Antonio Torres, María del Mar Moreno. Escolanía de la Escuela Municipal de Música de Jerez. Coro del Teatro Villamarta. Orquesta Filarmónica de Málaga. Enrique Patrón de Rueda, director musical. Francisco López, director escénico. Nueva producción del Teatro Villamarta.

Por Fernando López Vargas-Machuca. 

 

 

Todo parecía apuntar que nos encontrábamos ante una mediocre velada operística. La Filarmónica de Málaga sonaba a mala banda de pueblo y el otras veces excelente Enrique Patrón dirigía de manera rutinaria. El coro de niños hacía añorar a Herodes y el de mujeres chillaba a grito pelado. La intervención de Micaela fue más bien mediocre y en su breve aparición Don José evidenciaba problemas técnicos. Todo cambió cuando entró ella en escena. Y eso que Nancy Herrera no tiene la voz adecuada para Carmen: el agudo es justito, el grave se queda muy corto y se echa de menos un color vocal más oscuro. Sin embargo es una de las más subyugantes intérpretes del rol de la gitana que quien esto suscribe haya escuchado. Y no porque la voz sea preciosa, que lo es, ni porque su su cuerpo sea realmente escultural, que también, sino porque comprende a la perfección el personaje en todas sus facetas, sin caer en el tópico de lo racial y arrabalero pero tampoco en el de la "mujer moderna y liberada". Y porque sabe ofrecer todos esos matices interpretativos a través del puro canto.

La Habanera -inmisericordemente boicoteada por el coro- fue de lo más sensual que puede esperarse, dicha con una morbidez, intención y elegancia propias de las más célebres intérpretes del rol. ¡E incluso mejor que algunas de ellas! A partir de ahí compuso una Carmen que sabía ser tierna y enamorada, astuta y manipuladora, obstinada y caprichosa, trágica y valiente a la hora de aceptar su propio destino. Todo ello, insistimos, ofrecido desde el punto de vista propiamente canoro, que es como hay que hacer las cosas en la ópera, aunque ello no le impidiera al mismo tiempo ofrecer una memorable lección de arte escénico. Nancy Herrera "es" Carmen, tanto en lo que se oye como en lo que se ve. Por eso no es de extrañar el triunfo de la mezzosoprano grancanaria en el Metropolitan de Nueva York encarnando a la gitana (alternándose con la vocalmente mucho menos interesante Denyce Graves), y por ello mismo es de esperar que si con el tiempo su voz se ensancha por abajo pueda convertirse en una de las más grandes intérpretes del rol.

La aparición de Nancy Herrera pareció espolear al resto de los intérpretes, subiendo el nivel de la función de una manera considerable. Ya hemos dicho que Albert Montserrat comenzó incómodo y destemplado. Sin embargo su paso de barítono a tenor lírico con tintes spinto parece haberle sentado muy bien, y a lo largo de la función se fue centrando para ofrecernos un Don José bien muy construido en lo psicológico, antes chulo, machista e idiota que niño inocente pervertido por las malas artes de la gitana. El aria de la flor, no especialmente sensual y quizá algo tosca, fue mucho más que digna, mientras que en su enfrentamiento con Escamillo y en su decisivo dúo final con la protagonista hizo gala de un temperamento dramático admirable, siempre armado con una voz no muy bella pero sí poderosa y con posibilidades -si mejora la técnica- para seducir con tremendos agudos. Prometedor, muy prometedor.

También Sabina Puértolas fue mejorando a lo largo de la velada. Su instrumento, como bien nos apuntaba nuestro colega Pedro Coco, no es muy adecuado para Micaela por ser antes ligero que lírico, y desde luego su timbre no es seductor y sus agudos son realmente metálicos. Sin embargo, y a juicio de quien suscribe, cantó con gran corrección y supo insuflar credibilidad al personaje sin caer nunca en la falsa candidez ni en la ñoñería. El que no tiene mucho arreglo es el otrora más que prometedor Ángel Ódena: sin estar tan mal de voz como en otra intervenciones recientes, su Escamillo fue extremadamente tosco y brutal. Desigual el dúo de las amigas de Carmen: muy bien la Mercedes de Mireia Pintó y demasiado gritona la Frasquita de Cecilia Lavilla Berganza, cuya ilustrísima madre -la Carmen más famosa de la historia- presenciaba la función en el patio de butacas. Entre el resto de los cantantes hubo de todo. La Filarmónica de Málaga y el Coro del Villamarta tuvieron una de sus peores noches, pero por fortuna Enrique Patrón fue encontrando la inspiración y ofreció, dentro de una lectura por lo general solvente y entusiasta, momentos muy sensuales y hasta creativos, que por fortuna coincidieron con las estupendas intervenciones de Nancy Herrera.

Desigual pero interesante la escena. Francisco López optó por una lectura a medio camino entre el naturalismo y la abstracción, ofreciendo unas muy atractivas estampas con sabor a flamenco auténtico y rancio condimentadas con toques de un simbolismo "a lo Romero de Torres", para entendernos. La ubicación del coro a modo de coro griego en el fondo del escenario y la aparición de la bailaora María del Mar Moreno como personificación del destino aportaba tintes de lo más inquietantes. La cuestión es que en algunos momentos la apuesta funcionó estupendamente, como en el final de la ópera, pero en otros se echaba de menos una mayor dosis de chispa y extroversión: una cosa es ser trágico y sombrío y otra muy distinta resultar tristón y apagado. Resultaron francamente creativos los figurines de Jesús Ruiz, pero la por lo demás muy atractiva escenografía se parecía demasiado a otros trabajos suyos. De hecho, quien esto suscribe juraría que parte de la misma estaba reciclada del reciente Don Giovanni. De todas formas la producción presenta un indudable interés y un buen rodaje puede hacerle limar sus irregularidades e insuflar vida a sus numerosos puntos muertos, para de esta manera hacer auténtica justicia a esta obra maestra absoluta de George Bizet.

Fotografías: Francisco Valenzuela

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Web del Villamarta: http://www.villamarta.com/