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Número 72º - Enero 2.006


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AL RICO DECIBELIO

 

Sevilla, Teatro de la Maestranza. Temporada de abono de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. 20 de Enero de 2006. Takemitsu: Réquiem. Shostakovich: Sinfonía nº 7 "Leningrado". Pedro Halffter, director. 

Por Fernando López Vargas-Machuca. 

Q ue los gustos personales de cada melómano vayan cambiando con el paso de los años es algo no sólo inevitable, sino seguramente necesario para el desarrollo de la propia sensibilidad. Por ello cada cierto tiempo hay que replantearse determinados juicios de valor y, si fuera pertinente, reconocer sin pudor los motivos que generan la nueva valoración. Al firmante de estas líneas le toca ahora confesar que la Sinfonía Leningrado, hasta no hace mucho una obra que le apasionaba, le parece ahora un ladrillo interminable. No significa esto que reniegue de la figura de Dimitri Shostakovich, un compositor que antes como ahora sigue sufriendo evidentes minusvaloraciones, pero sí aceptar que esta dilatada página, sin caer en la absoluta mediocridad de su Segunda, Tercera o Decimosegunda, dista de hallarse entre las mejores sinfonías de su autor: aun estando excelentemente escrita, su inspiración es irregular y en más de un momento al autor parece importarle más la acumulación de decibelios que la sinceridad expresiva. Pero ya se sabe qué es lo que le gusta a buena parte del público.

Es precisamente eso, la acumulación de decibelios, lo que parece haber motivado a Pedro Halffter, sin duda muy necesitado del aplauso del respetable en esta su primera temporada al frente de la ROSS, a programar esta partitura por tercera vez en la historia de la formación hispalense; de otro modo no se explica que pocas semanas antes ofreciera al frente de la Philarmonia Orchestra -en el propio Maestranza- otra castaña como es la Decimoprimera cuando quedan verdaderas obras maestras del mismo autor aún sin escuchar en Sevilla. En todo caso el director madrileño ofreció un trabajo en su conjunto muy notable, e incluso por momentos realmente brillante. Lo único que no convenció fue la célebre marcha del primer movimiento, ejecutada con premura y mucho antes vistosa que amenazadora, viéndose perjudicada además por algún tirón en el tempo y la dinámica. El resto fue una lectura dicha con entusiasmo y muy centrada en lo expresivo, resultando doliente y sarcástica en los movimientos centrales, y poderosa y dramática pero no en exceso efectista en el final.

Quizá no fuera suficiente para salvar las debilidades de la partitura, que necesita una batuta más creativa y propensa a realizar segundas lecturas, pero en todo caso Halffter lo hizo con más convencimiento y temperatura emocional que Yuri Temirkanov -cuya interpretación ya fuera muy sólida- y desde luego infinitamente mejor que Jesús López Cobos en su disparatadísima versión de hace pocos años (aunque hacer sonar esta obra cursi y pimpante ya tiene mérito, ya). Por su parte la Sinfónica de Sevilla estuvo espléndida, llamando la atención algunos solistas entre las maderas que evidenciaron un sobresaliente nivel técnico y una musicalidad propia de verdaderos maestros. Quizá se luciera un poco menos la cuerda, aunque en todo caso ésta se mostrara solvente en la obra que abría la velada, el Réquiem de Toru Takemitsu, una obra juvenil del compositor japonés escrita sin especial inspiración pero interpretada con admirable pericia por Pedro Halffter, quien ha alcanzado con este programa su mayor triunfo entre el público maestrante. Sea como fuere, sería interesante verle con una obra shostakoviana con menos decibelios y mayor enjundia musical. Sus dos últimas sinfonías, por ejemplo.

 

ENLACES RECOMENDADOS

Web de la ROSS (con notas al programa y ficha artística): http://www.rossevilla.com

Web del Maestranza: http://www.teatromaestranza.com