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EL INCOMPARABLE FRITZ WUNDERLICH
Por Pilar Palacio y Herminio Malagás
Este año se conmemora el 40 aniversario de la muerte de Fritz Wunderlich,
el tenor que ponía el pensamiento y el corazón en cada nota. Bellísimo
timbre de tenor lírico; graves viriles; agudos brillantes, fáciles,
directos y abordados siempre “desde arriba”; gran volumen; larguísimo
fiato; emisión libre, sin estrecheces, sin sonidos nasales ni guturales,
siempre “horizontal”, que, negando el pasaje, hace sinónimas tesitura y
extensión; total dominio de la media voz; control absoluto de los
reguladores; articulación impecable de la lengua alemana; fraseo elegante,
desprovisto de afectación; agilidades de ejecución perfecta; excepcional
versatilidad estilística; prodigioso abanico de matices; estudio riguroso
de las partituras, sin ceder jamás a la tentación del lucimiento
injustificado; inmediata capacidad de comunicar. Una voz fresca, luminosa,
que nunca acabamos de conocer por mucho que la escuchemos, tal es su
riqueza de recursos. Un canto natural. Un artista que logró el perfecto
equilibrio entre los dos hemisferios cerebrales. Un hombre que contagiaba
a los que lo rodeaban el entusiasmo por la música, el optimismo, la pasión
por la vida.
Friedrich Karl Otto Wunderlich nació el 26 de septiembre de 1930 en Kusel,
una bella localidad del Palatinado (Alemania), en el seno de una modesta
familia de músicos que regentaban un negocio de hostelería. Con su madre,
Fritz aprendió a tocar el piano y el acordeón. En 1950 ingresa en el
Conservatorio de Friburgo, donde comienza sus estudios de trompa, y pronto
su voz llama la atención de la profesora Margarethe von Winterfeldt, de la
que fue alumno hasta 1955. Sus comienzos fueron duros y, para ganarse la
vida, formó una orquesta de jazz con la que recorría la comarca
interpretando los temas de moda (una de sus aficiones era imitar a Louis
Armstrong); tras unas pocas horas de sueño, estudiaba las obras de
Monteverdi y Lully, lo que sería decisivo en su formación como cantante.
Después de sus primeras actuaciones en conciertos y recitales en las que
se incluyen, por ejemplo, el Oratorio de Navidad de Bach, así como
sus primeras grabaciones, debutó en 1954 en el Conservatorio de Friburgo
con el "Tamino" de La flauta mágica de Mozart, su compositor
favorito. El éxito obtenido le proporcionó un contrato de cinco años con
la Ópera Estatal de Stuttgart, a la que permanecerá muy ligado el resto de
su vida. Su gran oportunidad llegó en 1956, con el mismo papel (primero y
último que interpretó sobre un escenario), y, según cuenta el director
musical de aquella representación, Ferdinand Leitner, “aquella noche cantó
como si le fuera la vida en ello”.
A partir de este momento, comienza una fulgurante carrera artística que le
lleva a las Óperas de Viena, Munich, Colonia, Berlín, Hamburgo, Londres,
Bruselas, Buenos Aires…; a los festivales de Salzburgo, Aix-en Provence,
Il Maggio Musicale Fiorentino, las Semanas Bachianas de Ansbach,
Edimburgo, etc. Protagoniza estrenos mundiales de óperas de Werner Egk,
Carl Orff y Leo Janácek. Realiza numerosas grabaciones para Emi, la Radio
Bávara y la Radio de Stuttgart, Decca y Deutsche Grammophon.
Tuvo como compañeros, entre otros muchos, a cantantes de la talla de
Christa Ludwig, Pilar Lorengar, Dietrich Fischer-Dieskau, Hermann Prey,
Teresa Stratas y Joan Sutherland. Fue dirigido por maestros como Herbert
von Karajan, Karl Böhm, Rafael Kubelik, Otto Klemperer o Zubin Mehta.
Su amplísimo repertorio incluye ópera, opereta, lied, oratorio, música
sinfónica, canción popular, etc. Puso su arte al servicio de compositores
como Monteverdi, Gluck, J.S. Bach, Händel, Haydn, Mozart, Rossini, Lehár,
Richard Strauss, Mahler, Smetana, Lortzing, Schubert, Schumann, Beethoven,
Tschaikowsky, Verdi, Puccini, Wagner, Pfitzner…
En tan solo diez años de carrera, gracias a su inmenso talento natural, su
excepcional musicalidad, su inteligencia, su enorme capacidad de trabajo,
dejó registradas un total de 662 grabaciones, entre las que se encuentran
auténticas joyas y en las que podemos comprobar su evolución hasta
alcanzar la plenitud de un artista completo. ¿Qué decir de su
Dichterliebe, sin duda una de las cimas de su arte, fusión perfecta de
poeta, compositor e intérprete? Escuchar la grabación del que sería el
último recital de su vida, el 4 de septiembre de 1966 en Edimburgo, es una
experiencia inolvidable. Hubert Giesen, su pianista habitual, le confesó:
“Has alcanzado la perfección. No sé qué más te puedo decir”. ¿Cómo
describir el entusiasmo, la pasión y a la vez la seriedad con que aborda
la opereta, haciendo del gran Richard Tauber un digno predecesor? ¿Cómo se
las arregla para cantarnos Tosca o El barbero de Sevilla en
alemán y hacer que suene a nuestros oídos como si fuera italiano? La
jovialidad de su canto es un bálsamo contra la tristeza; su empuje, su
garra, una invitación a disfrutar de la vida, un remolino del que no
queremos salir. Admiramos a otros grandes tenores, pero de Fritz nos
enamoramos.
Fritz Wunderlich murió el 17 de septiembre de 1966, a los treinta y cinco
años de edad, como consecuencia de una caída, sólo unas semanas antes de
su debut en el Metropolitan de Nueva York con el papel de "Don Ottavio" en
el Don Giovanni de Mozart. Poco tiempo antes le había dicho a su
compañero y amigo, el barítono Hermann Prey: “Los buenos tiempos están por
llegar, un cantante no está formado hasta cumplir los cuarenta años.” Sus
colegas recuerdan su buen humor, cómo contaba siempre el último chiste y
las anécdotas más divertidas, su ausencia de presunción, su actitud
colaboradora en los ensayos, su arrolladora personalidad.
Loek Laudy, autor de la excelente página web dedicada al artista
www.fritz-wunderlich-ges.com
y Presidente de la Sociedad Fritz Wunderlich en Kusel, localidad volcada
en mantener vivo su recuerdo, dice: “Para mí, Fritz Wunderlich es EL
cantante de Bach, EL cantante de oratorio, EL cantante de
Mozart, EL cantante de ópera y opereta, EL cantante de lied.
No conozco a ningún artista contemporáneo que sea mejor que él en todos
estos campos”.
No hay quien dé más. Gracias, Fritz.
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Discografía seleccionada:
Grabaciones completas:
- W. A. MOZART: Die Zauberflöte Berliner Philharmoniker. Karl Böhm,
dir. Deutsche Grammophon, 1965.
- R. SCHUMANN: Dichterliebe. F. Schubert. L. Beethoven: Lieder.
Fritz Wunderlich, tenor. Hubert Giesen, piano. Deutsche Grammophon, 1966.
- F. SCHUBERT: Die schöne Müllerin – 3 Lieder. Fritz
Wunderlich, tenor. Hubert Giesen, piano. Deutsche Grammophon, 1966.
- G. MAHLER: Das Lied von der Erde. Otto Klemperer, dir. Emi, 1967
- J. HAYDN: Die Schöpfung. Wiener Singverein. Wiener
Philharmoniker. Herbert von Karajan. Deutsche Grammophon, 1965 (2 CDs)
- J. S. BACH: Weihnachtsoratorium BWV 248. Münchener Bach Chor und
Orchester. Karl Richter, dir. Archiv Produktion, 1965 (3 CDs)
- F. SMETANA: Die verkaufte Braut. Fritz Wunderlich, Pilar
Lorengar. Bamberger Symphoniker. Rudolf Kempe, dir. Emi, 1963.
- A. LORTZING: Zar und Zimmermann. Bamberger Symphoniker. Hans
Gierster. Deutsche Grammophon, 1966.
Recitales y recopilaciones:
- Great Moments of…Fritz Wunderlich. Emi Classics, 2000 (3 CDs).
- Fritz Wunderlich Edition. Deutsche Grammophon, 2001
- Fritz Wunderlich: Arien und Duette. Deutsche Grammophon, 2003.
- The magic of Fritz Wunderlich. Deutsche Grammophon, 2005 (2 CDs +
1 DVD)
- Wunderlich. Artone, 2005 (4 CDs)
- Fritz Wunderlich: Der letzte Liederaben – The last recital. Fritz
Wunderlich, tenor. Hubert Giesen, piano. Deutsche Grammphon, 2003
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