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"LA MAMMA MORTA" EN VERSIÓN ORIGINAL
Por
Angel Riego
Cue. Lee su
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Es curioso lo sucedido con la célebre aria "La mamma morta" (perteneciente
a la ópera Andrea Chénier de Giordano) antes y después de su
inclusión en 1993 en la película Philadelphia, lo que nos puede
ilustrar, por si aún hiciera falta, acerca del poder del cine como
divulgador de músicas que conocería apenas una minoría si no aparecieran
en la gran pantalla pero que, cuando salen, se convierten en un fenómeno
de masas.
En los primeros recopilatorios que se hicieron en CD con arias cantadas
por María Callas no solía figurar la grabación que hiciera en Londres, en
septiembre de 1954, de "La mamma morta". De hecho, en el álbum que más se
suele recomendar para los que desean empezar a tener algo de la mítica
soprano greco-norteamericana (el triple CD "Die Stimme des
Jahrhunderts", reeditado con el nombre de "Great Moments of...
Maria Callas"), publicado por vez primera en 1989, no figuraba dicha
aria. Ahora bien, todo fue aparecer en aquella película (en la versión de
Callas, se entiende) y ya tenemos "mamma morta" hasta en la sopa: hoy día
prácticamente ningún recopilatorio de arias de ópera por la Callas (de los
que salen todos los años, volviendo a repetir lo mismo, refrito tras
refrito) puede venir sin "La mamma morta", incluso aunque ocupen un solo
CD.
Al lector que esté interesado en dicha grabación puede resultarle de
interés que en esta edición de EMI se reproduce completo el contenido
original (portada incluida) de aquel disco grabado en 1954 que incluía el
aria susodicha, donde la aristócrata Maddalena describe la muerte de su
madre, al ser incendidado su palacio por las turbas durante la Revolución
Francesa. Este disco es uno de los once LPs de recitales de arias que
grabó Callas en EMI (aparte de sus grabaciones de óperas completas), y por
supuesto ha sido editado y reeditado muchas veces. En los años 80, los 11
discos originales se agruparon en 7 compactos (la duración de cada CD
permitía incluir LP y medio), luego en los 90 se decidió respetar el
contenido original y reeditarlos como 11 CD's, con sus portadas
originales, y en la presente reedición se ha vuelto a incluir LP y medio y
el sonido ha sido reprocesado de nuevo, con lo que estas grabaciones
"mono" se escuchan con mayor potencia y brillantez como nunca han tenido,
sin el soplido de fondo que tenían en las primeras ediciones en CD.
El LP original constaba de dos partes. La primera consistía en arias del
verismo de autores contemporáneos de Puccini: las típicas de la
Adriana Lecouvreur de Cilea ("Io son l'umille ancella" y "Poveri
fiori"), La Wally de Catalani ("Ebben? Ne andrò lontana") y el
Mefistofele de Boito ("L'altra notte in fondo al mare"), además
por supuesto de "La mamma morta". No se incluía ninguna del propio
Puccini, pues Callas acababa de grabar otro disco dedicado íntegramente a
arias suyas. La segunda parte del disco incluía arias de "coloratura", es
decir, de exhibición de pirotecnia vocal, como "Una voce poco fa" (del
Barbero de Sevilla, de Rossini), la "Ombra leggiera" del Dinorah
de Meyerbeer, la "Canción de la campana" de Lakmé de Delibes (en
italiano) y el Bolero de Las Vísperas Sicilianas de Verdi.
Todas son arias muy conocidas, y las versiones aquí presentadas ya son
historia. No quiere decirse que no pueda haber otras interpretaciones del
mismo nivel, o incluso preferibles: por ejemplo, se ha dicho muchas veces
que las arias veristas las cantaba con mayor perfección la gran "rival" de
Callas, Renata Tebaldi; basta escuchar la misma "Mamma morta" por ambas,
cómo Callas culmina su frase final "Io son l'amore" con un sonido
ciertamente desagradable y Tebaldi, en cambio, parece el canon del canto.
Pero es una rivalidad que hoy día, cuando ambas han pasado a la historia,
ya no tiene sentido: si por algo fue grande la Callas no sería por la
pureza de sus sonidos, sino por la interpretación que daba a sus
personajes, por esa personalidad (otros dirían histrionisno) que otorgaba
a sus creaciones. Como también sería ocioso recordar que en las arias de
coloratura fue más perfecta una Joan Sutherland, o que en el Barbero
de Sevilla (un papel de mezzo), la Callas puede estar en desventaja
respecto a mezzos "auténticas" como Teresa Berganza; las interpretaciones
de Callas tienen una personalidad propia, al margen de comparaciones.
El "medio disco" con el que se complementa el CD procede de otro recital
grabado en Milán al año siguiente y dirigido (al igual que el de Londres)
por la mano experta de Tullio Serafin. Incluye arias de repertorio
belcantista de comienzos del XIX (Medea de Cherubini y La
vestale de Spontini) y es en estas obras donde Callas no ha tenido
rival.
REFERENCIAS:
"MARIA CALLAS: LYRIC AND COLORATURA ARIAS"
EMI "Great Recordings of th Century" 7243 4 76842 2 7
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