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WILLIAM CHRISTIE VUELVE A CHARPENTIER
Por
Ignacio Deleyto Alcalá.
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La versión del Te
Deum de William Christie está justamente considerada como una de las
grabaciones más famosas del barroco francés y, si nos apuran un poco, de
toda la obra grabada del compositor francés. Aunar grandeza, nobleza,
dramatismo y energía y al mismo tiempo obtener una excelente respuesta por
parte de solistas, coro y orquesta no es algo que ocurra todos los días.
Por ello, aquella versión, registrada en 1988 para Harmonia Mundi, se
erigió en la referencia absoluta para esta famosa obra, famosa por su
preludio convertido en sintonía de Eurovisión.
Pues bien, más de quince años después, el director americano ha decidido
grabar de nuevo la partitura, esta vez en directo, para su nueva compañía
discográfica. Las expectativas son altas debido a que se trata del mayor
especialista en la música del francés que vuelve sobre esta popular
partitura. Lo lógico parece pensar que Christie tendría nuevas cosas que
decir sobre la obra y que esta segunda versión podría incluso superar a la
primera. Pero tras escucharla, sólo podemos evocar el dicho, "nuestro gozo
en un pozo". Lectura decepcionante y no porque no sea buena, que lo es,
sino porque en líneas generales no aporta nada nuevo a la anterior.
Pequeñas diferencias en cuanto a dinámica o tempo no son suficientes para
justificar -y menos aún en los tiempos que corren- una nueva versión.
Además, ni los solistas vocales son mejores que sus colegas de hace más de
una década, ni la procedencia en vivo parece añadir mayor sentido de
ocasión ni tampoco la grabación desde un punto de vista técnico supera a
la anterior. ¿Para qué, entonces, una nueva grabación?
Quienes tengan la
primera pueden quedarse más que tranquilos con ella y buscar, por ejemplo,
otra lectura que aporte algo diferente a la de Christie como puede ser la
de Marc Minkowski (Archiv) o la de Martin Gester (Opus 111).
¿Podemos concluir, por tanto, que este disco es totalmente prescindible?
Pues, no. El interés reside en la segunda parte: una reconstrucción de
John S. Powell, quien también firma las informativas notas del disco, y
que bajo el título común de "Grand Office des Morts" presenta una amalgama
de obras de carácter funerario. La principal es la Messe pour les
trespasséss H.2 entre la que se intercalan el motete homónimo H.311 y
el Prose de Morts (Dies Irae) H.12. Música para difuntos, austera y
meditativa a excepción del Dies Irae, que como era de esperar,
resulta de mayor dramatismo. La interpretación es idiomática,
contemplativa e impecable aunque en lo vocal podríamos haber pedido, por
ejemplo, unos tenores de mayor enjundia (escúchese la escuálida entrada
del tenor en el "Oro supplex").
Aunque menos
comercial quizás habría sido más coherente con el programa incluir en
lugar del Te Deum alguno de los varios De Profundis de
Charpentier como, por ejemplo, el H.189 del que recordamos una bella
grabación de Louis Devos (Erato, 1985). En cualquier caso no hay mucha
competencia en las obras de la segunda parte de este disco (salvo error
ninguna en Prose de Morts) por lo que la versión de William
Christie será de obligado conocimiento para todos los amantes del barroco
francés.
REFERENCIAS:
M. A. CHARPENTIER:
Te Deum H.146, Grand Office des Morts (Reconstrucción de
John S. Powell). Olga Pitarch & Orlanda Velez Isidro, sopranos. Paul Agnew
& Jeffrey Thompson, tenores agudos. Topi Lehtipuu & Marc Mauillon,
tenores. Bertrand Bontoux & Joao Fernandes, bajos. Les Arts Florissants.
William Christie, dir. VIRGIN CLASSICS 45733 2.
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