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UN CORO EXCEPCIONALPor Fernando López Vargas-Machuca. Jerez, Teatro Villamarta. 13 de octubre de 2006. Guridi: Cuadros vascos. Orff: Carmina Burana. Milagros Poblador, soprano; Luis Calero, contratenor; Wolfgang Newerla, barítono. Orfeón Donostiarra. Orquesta Filarmónica de Málaga. José Antonio Sáinz Alfaro, director. Parece cosa sabida, pero hay que repetirlo en voz bien alta: el Orfeón Donostiarra es uno de los más excepcionales coros del mundo. Y aunque su trayectoria bien lo avala, conviene escuchar registros muy recientes como su Segunda de Mahler con Abbado o su Novena de Beethoven con Barenboim (la retransmisión televisiva del concierto en la Plaza Mayor de Madrid) para reparar en la potencia, homogeneidad y ductilidad de semejante instrumento, tan lleno de posibilidades no sólo expresivas sino también puramente técnicas. ¿Cuántos coros han escuchado ustedes que no griten en el Himno a la Alegría? Pues eso. Tenerle en la temporada del Villamarta ha sido un privilegio. Sin menospreciar en modo alguno el talento, esfuerzo y entusiasmo de cada uno de sus componentes, gran responsable del portentoso nivel de este coro es sin duda quien lo dirige desde 1986, José Antonio Sáinz Alfaro, a quien sólo ya por esto habría que ponerle el calificativo de músico de primer orden. Ahora bien, tampoco podemos obviar que una cosa es ser responsable de un coro que bordea lo milagroso y otra muy distinta ser un gran director del repertorio sinfónico coral. Por ello hay que reconocer que su lectura de ese monumento al chimpún-chimpúm musical que son los Carmina Burana de Carl Orff no pasó de lo discreto, siendo la suya una versión mucho más externa y vistosa que emocionante, basada antes en los grandes contrastes que en la sutileza de los matices expresivos, y de sonoridad más ampulosa que ácida y stravinskiana, vía esta última que siguió Frühbeck de Burgos en su ya antigua pero aun hoy referencial grabación para EMI. Por descontado que el coro cantó francamente bien, pero eso no basta para construir una buena versión. Menos aún si la orquesta es tan corrientita como la Filarmónica de Málaga (con buenos metales pero algunas maderas muy deficientes) y si la batuta está más atenta al efectismo que a la claridad de las texturas. De los solistas vocales poco se puede decir, salvo que el barítono y el contratenor estuvieron muy divertidos en sus personificaciones semiescenificadas del Abad cucaniense y del cisne asado, respectivamente, y que Milagros Poblador aún pudo lucir en “Dulcissime” los impresionantes sobreagudos que son marca de la casa. Total, que lo mejor de la noche fue poder escuchar en directo de los Cuadros Vascos de Jesús Guridi, una música de evidente simplicidad, e incluso de simpleza, pero llena de una belleza y frescura que no siempre alberga la partitura de Orff. Y disfrutar en directo del Orfeón Donostiarra, claro está.
ENLACES RECOMENDADOS Web del Villamarta: http://www.villamarta.com/ Web del Orfeón Donostiarra: http://www.orfeondonostiarra.org/ Web de Milagros Poblador: http://www.milagrospoblador.com/
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