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MAHLER OTOÑAL
Por
Angel Riego
Cue. Lee su
Curriculum.
Mucho ha tardado
Claudio Abbado en volver a grabar la Cuarta Sinfonía de Mahler,
dentro del ciclo de nuevas grabaciones que está realizando de las
sinfonías del compositor bohemio. Si hace años ya que de la Primera,
Segunda, Tercera, Séptima o Novena se
podían encontrar 2 grabaciones digitales distintas por Abbado, de la
Cuarta la única disponible seguía siendo la toma analógica de 1976,
que no en vano muchos considerábamos como el mejor Mahler de su ciclo,
pese a la fama que tuvo su primera grabación de la Tercera con
Jessye Norman.
El pasado año 2005 se decidió por fin a volver a grabarla, para tener
todas las sinfonías de Mahler registradas en sonido digital, y el
resultado es muy distinto de aquella grabación de hace 30 años, pero tan
satisfactorio, o incluso más.
La sensación predominante de esta nueva Cuarta de Mahler es la de
cierta sutil lejanía, como el distanciamiento que da la edad; aquí no
encontraremos el ímpetu "juvenil" de la grabación del 76, todo es suave,
"otoñal"... una "neblina" tal vez debida en parte a la toma de sonido. Los
detalles están mucho más cuidados. No hay aquí ese final casi "mecánico"
del primer movimiento que había en el 76. Ni tampoco la exquisitez tan
vienesa que tenía entonces el segundo, que hacía que no sonara mucho a una
"Danza macabra" (que es a lo que en teoría debe sonar); por el contrario,
en esta nueva grabación, el segundo movimiento aporta una visión con
cierta ironía, contemplada desde la lejanía como si un hombre mayor
recordara los sucesos de su niñez. Haciendo un símil cinematográfico
podría decirse que es una visión "felliniana". No es que tampoco cargue
las tintas en lo "macabro", pero queda así mucho más coherente.
Los puntos más altos de la versión de 1976 se alcanzaban en los dos
últimos movimientos, con un sensacional Ruhevoll, estirado al máximo (23
minutos y medio), y un movimiento final urgente, expresionista,
angustiado, con una conmovedora Frederica Von Stade. En esta nueva
grabación, el Ruhevoll es más humano, menos "impactante", no llega por
poco a los 20 minutos; hace honor a su nombre, "lleno de paz", y a pesar
de su placidez consigue emocionar más de lo que lo hacía el de 1976. Por
último, el movimiento final conserva algo de la urgencia de la primera
grabación, pero por desgracia Renée Fleming está muy por debajo de la Von
Stade; aunque el nombre de la diva ayudará sin duda a las ventas del
disco, aquí está fuera de lugar, su sofisticación suena demasiado retórica
para su personaje (un niño que ha entrado en el Cielo).
En resumen, si uno no rechaza este concepto "otoñal" de Mahler (que puede
haber oyentes que deseen una visión más enérgica, no lo discuto), esta
versión sería en conjunto preferible a la primera de Abbado salvo por la
cantante del último movimiento, y merece un puesto entre las grandes
versiones de la era digital, al lado de Chailly o Salonen (esta última al
parecer ya inencontrable), y por encima de otras tan elogiadas en su día
por la crítica como Solti o Maazel. Si de lo que se trata es de elegir las
más grandes de todos los tiempos, como referencias pondríamos en primer
lugar las dirigidas por Paul Kletzki y George Szell, siendo también
imprescindibles las de los "discípulos" de Mahler (Mengelberg, Klemperer,
Walter - menos la oficial de Sony de este último) y de enorme interés
muchas más: Neumann, Kubelik, Horenstein, Reiner... o, por qué no, la
primera de Abbado.
Como complemento se nps ofrece el ciclo de las 7 canciones tempranas
de Alban Berg, escritas en 1907 (en vida de Mahler, a quien Berg admiraba
profundamente) y orquestadas en 1928. Aquí la Fleming está algo más
acertada, y también la competencia es menor, no obstante continúa
apareciendo esa "retórica sofisticada" que hace que añoremos las versiones
de grandes liederistas como Jessye Norman (con Boulez), Anne Sofie von
Otter (con el propio Abbado) o incluso Barbara Bonney con Chailly (mismo
acoplamiento que este disco). El acompañamiento de Abbado continúa aquí en
la línea de suavidad y lejanía que mostraba en la sinfonía de Mahler.
REFERENCIAS:
MAHLER: Sinfonía nº 4
BERG: 7 canciones tempranas
Renée Fleming, soprano
Orquesta Filarmónica de Berlín
Dir. Claudio Abbado
DG 00289 477 5574
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