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LA SINFONICA DE BIRMINGHAM EN OVIEDO
Por
Angel Riego
Cue. Lee su
Curriculum.
Oviedo, Auditorio Príncipe Felipe. 22 de noviembre de 2006. Mozart:
Concierto para piano 23. Mahler: Sinfonía nº 9. Imogen Cooper, piano.
Orquesta Sinfónica de Birmingham. Director: Vassily Sinaisky.
Son muy escasas las ocasiones de poder presenciar en directo en Asturias
una obra maestra del género sinfónico como es la Novena de
Mahler, por lo que el concierto del día 22 de noviembre en el Auditorio de
Oviedo tenía en principio un gran interés, y mayor aún tratándose de la
orquesta que durante tantos años fuera la de Simon Rattle, es decir, la
Sinfónica de Birmingham. Y hay que decir que la orquesta hizo honor su
fama, pues si bien la cuerda es dúctil y precisa, pero no excepcional, y
en los metales a veces la afinación no era perfecta, lo que sí está al
nivel de las grandes de verdad son las maderas; no es extraño que fuera el
primer grupo instrumental que el director hiciera levantarse para recibir
los aplausos.
La Novena de Mahler que dirigió Sinaisky fue de menos a más, pues
en el primer movimiento pecó de cierta superficialidad, no consiguió
conmover y sí atronar a fuerza de decibelios, pero a partir del segundo
las cosas empezaron a cambiar, consiguiendo muy bien el carácter danzable
del Ländler y el sarcástico del Rondó-Burleske. Quedaba no obstante lo
mejor, un Adagio final muy intenso, donde Sinaisky llegó a emocionar y que
hizo que este concierto realmente haya merecido la pena.
La primera parte, sin embargo, tuvo menos interés, pues el Concierto
nº 23 de Mozart fue interpretado de forma correcta y con cierta
delicadeza, pero sin "vuelo poético" por una Imogen Cooper, acompañada con
igual grisura por la orquesta, más nutrida que lo que hoy es habitual en
Mozart.
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