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EL VIRTUOSISMO DE ALESSIO BAXJerez, Teatro Villamarta. 2 de diciembre de 2006. Mozart: Sonata en Fa mayor, KV 332; Ouberture dans le Style de G. F. Händel, KV 399; Marche fúnebre, del Sigr. Maestro Contrapunto, KV 453; Präludium (Capricio) en Do, KV 395; Ocho variaciones de “Come un agnello” de G. Sarti, KV 460. Rachmaninov: Siete preludios. Ravel: La Valse. Alessio Bax, piano. Por Fernando López Vargas-Machuca. Aún no es muy conocido, pero poco a poco comienza a sonar con fuerza. Su registro de obras de Ligeti junto a su esposa Lucille Cheng, como también su recital “Baroque Reflections” para el sello Teldec, ya empezaron a llamar la atención de la crítica, como sin duda lo hará su aparición como uno de los jóvenes pianistas a los que Daniel Barenboim -a quien reconoce como el más grande músico vivo- imparte clases magistrales en el DVD extra que acompañará la nueva grabación de las sonatas de Beethoven por el argentino. El nombre de Alessio Bax es sin duda uno de los más a tener en cuenta en el panorama del pianismo actual, y así lo corroboró en su actuación en el Teatro Villamarta. Ahora bien, no en toda la velada convenció por igual. Lo mejor fue a todas luces su Mozart. Un Mozart lleno de vida y entusiasmo, dicho con frescura y alegría -quizá por momentos un pelín pimpante, todo hay que decirlo-, pero también profundo y poético cuando las circunstancias lo requieren, como demostró en una bellísima lectura del acongojante adagio de la KV 332. Un Mozart además soberbiamente tocado, en el que la claridad fue siempre pasmosa y en el que el peso y el color del sonido, sin alejarse del idioma apropiado, nunca cayeron en la excesiva ligereza ni en el decorativismo por el que optan otros intérpretes más afamados. Y un Mozart en el que todos los recursos técnicos se pusieron al servicio de explicar los porqués emocionales de lo que está escrito en la partitura. En definitiva, el Mozart de un magnífico y ya aparentemente maduro artista del piano. En la segunda parte las cosas no funcionaron de la misma manera. Y es que el joven italiano no parece terminar de ver mucha “miga” en la obra del aún hoy bochornosamente menospreciado Sergei Rachmaninov, pues la selección de preludios que interpretó se quedó en una exhibición de virtuosismo al teclado sin demasiada carga dramática. Eso sí, de virtuosismo de la mejor ley. ¡Qué gama dinámica! ¡Qué paleta de colores! ¡Qué claridad! La brillantez continuó con su lectura de La Valse, pero ahí ya por desgracia se olvidó por completo de hacer música para ofrecer una interpretación tan vistosa como precipitada en la que se quedaron por el camino todo el misterio, la decadencia y la siniestra belleza de la subyugante página raveliana. El escaso público asistente reaccionó entusiasmado ante semejante muestra de poderío. Una trascripción del adagio del célebre Concierto para oboe de Alejandro Marcello y la Danza Húngara nº 5 de Brahms cerraron como propina el recital de un pianista que tiene todos los recursos técnicos a su disposición, pero que no parece mostrar en todo momento la madurez propia de los más grandes artistas.
ENLACES RECOMENDADOS Web oficial de Alessio Bax: http://www.alessiobax.com/ Web del Villamarta: http://www.villamarta.com/
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