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Número 79º - Diciembre 2.006


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EN BUSCA DE LA OPERA PERDIDA

Por Ignacio Deleyto Alcalá. Lee su Curriculum. 

No hace mucho, en estas mismas páginas, dejábamos constancia del abultado número de grabaciones de óperas handelianas que se habían realizado en los últimos tiempos. Algo parecido está ocurriendo ahora con el corpus operístico de Antonio Vivaldi. Si hasta los años ochenta el número de óperas grabadas era bien escaso, en los últimos años hemos asistido a un auténtico aluvión de registros, por parte generalmente de conjuntos historicistas italianos. Títulos como Arsilda, Orlando Furioso, La veritá in cimento, Tito Manlio, Griselda, La fida Ninfa o Bajazet están hoy en catálogo -algunos incluso con más de un registro- en versiones altamente recomendables. Esta abundancia ha servido para reivindicar la importancia del maestro veneciano en la historia de la ópera. Sabido es que la música instrumental había prácticamente eclipsado el resto de su ingente producción.

Motezuma, que hasta hace bien poco se creía perdida, es la última contribución a este ya extenso catálogo de óperas vivaldianas. Existía una versión de Jean-Claude Malgoire que, sin embargo, no representaba en absoluto las intenciones del compositor, pues, era un pastiche del director francés que picó aquí y allá para poner música al libreto de Giusti. Este nuevo Motezuma, firmado por el prolífico Alan Curtis, es lo que más se aproxima a lo escrito por Vivaldi y representa, por ello, la primera grabación mundial de la obra. 

La partitura fue encontrada casualmente por el músicólogo Stephen Voss mientras buscaba música perdida de Handel entre los archivos de la Berlin Sing-Akademie*. Sin embargo, no está completa. Según relata David Vickers en sus informativas notas al disco, el manuscrito berlinés recoge 17 de los 28 números de los que consta la ópera incluyendo el Acto II completo y arias de los otros dos. Por tanto, ha habido que recurrir a la reconstrucción del resto para la presentación de la obra completa. El responsable y verdadero protagonista de este registro es el músico italiano, Alessandro Ciccolini, concertino de Il Complesso Barocco. Ciccolini ha escrito con verdadera destreza los recitativos necesarios y adaptado arias de otras obras vivaldianas para rellenar los huecos (reciclar era práctica habitual en la época).

El hecho de que por medio se haya metido mano extraña no debe desanimar a nadie porque la obra es echt Vivaldi, suena a Vivaldi de principio a fin, y seguramente muy pocos, por no decir nadie, podrán darse cuenta de que hay pasajes reconstruidos. 

Entre los cantantes debemos destacar en primer lugar a Inga Kalna, la letona que ya nos sorprendiera en el Rinaldo de Jacobs. Aquí vuelve a demostrar su casta, con un singular dominio de la coloratura y un canto expresivo y temperamental. Como muestra, un botón: escúchese el aria del Acto II "D'ira e furor armato", con trompeta obligada, de la que da una rendición espectacular. Precisión, dulzura y brillantez se encuentran también en su exigente aria del Acto I, "Nell'aspre sue vicende". Una cantante a tener muy en cuenta. 

Vito Priante en el papel protagonista muestra un instrumento ágil y resonante. En, por ejemplo, "Se prescritta in questo giorno" sale airoso de la complicada coloratura y ofrece una lectura, que con mínimas reservas, resulta sensacional. Igual de autoritario está en su aria del Acto III, "Dove la figlia" (que Vivaldi volvería a utilizar en Bajazet) en la que muestra rabia y expresividad unidas a una línea de canto impecable.

Las otras dos sopranos, Roberta Invernizzi y Romina Basso, están a gran nivel aunque la segunda sigue sin disimular la guturalización de la "erre" especialmente molesta en los recitativos. Maite Beaumont convence por su seguridad y musicalidad mostrando además dominio en las agilidades; la única salvedad es que su voz resulta a veces algo descafeinada. Finalmente, Marijana Mijanovic no defrauda pues, como siempre, canta con precisión y arrojo aunque su timbre no sea del gusto de todos.

Alan Curtis dirige con sabiduría y oficio. Todo suena bien, todo está colocado en su sitio, nunca se sale de la raya, acompaña bien a los cantantes pero no busquemos originalidades ni destellos de genialidad porque a su batuta le faltan la imaginación y fantasía de sus colegas italianos. La orquesta suena a gloria pura, (¿tendrán algo que ver los ingenieros de Archiv?) y tanto toma de sonido como presentación están a la altura de lo que podemos esperar del sello alemán. 

En definitiva, un registro obligatorio para todos los amantes de la ópera barroca que se hace hueco entre las obras más significativas del corpus operístico de Vivaldi.

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(*) Dichos archivos habían desaparecido durante la Segunda Guerra Mundial y tras ser localizados en Kiev fueron devueltos a Alemania en 2001. Aquellos interesados en la recuperación de este patrimonio musical pueden leer la siguiente reseña.
 


REFERENCIAS: 

A.VIVALDI: Motezuma RV 723. Vito Priante, bajo. Marijana Mijanovic, mezzosoprano. Roberta Invernizzi, soprano. Maite Beaumont, mezzosoprano. Romina Basso, soprano. Inge Kalna, soprano. Il Complesso Barocco. Alan Curtis, clave y dirección. ARCHIV PRODUKTION 477 5996 AH. 3 CDs.