|
DEBUT
DE VENGEROV EN EMI
Por Angel
Riego Cue.
EMI parece decidido a seguir siendo el sello en
que graben los mejores intérpretes de cada época. Si en
materia de violinistas (por ceñirnos al disco que se
comenta), ha sido donde han grabado Menuhin, Oistrakh,
Perlman, y tantos grandes, ahora parece que han puesto
sus ojos en Maxim Vengerov, a quien muchos están ya
considerando el heredero del "trono"
violinístico, o al menos el nombre más importante de
entre los violinistas actuales menores de 30 años.
La afinación de Vengerov quizás no guste a todo el
mundo, ni su arrebato típicamente "ruso", pero
no cabe duda que estamos ante un violinista con
personalidad propia, "como los de antes", y eso
se agradece especialmente en un momento en que surgen
tantos jóvenes violinistas (y también intérpretes de
otros instrumentos), que lo que es tocar, tocan de
maravilla, pero que en el aspecto de interpretar son más
bien planos.
Hasta ahora Vengerov era artista de Teldec, no sabemos si
continuará allí, pasará a EMI, o será compartido por
ambos sellos. El caso es que también en Teldec había
grabado varios conciertos con dirección de Mstislav
Rostropovich, inmensamente célebre como cellista, pero
que como director es también un valor sólido, al menos
cuando aborda el repertorio ruso, como en esta ocasión.
Como se ha dicho, del concierto para violín de
Stravinsky puede gustar más alguna de las muchas
versiones "occidentales", mucho más refinadas
y líricas, como la de Perlman y Ozawa, por ejemplo, pero
el apasionamiento de esta tendrá también sus
partidarios. Lo mismo podemos decir de la tercera y
última obra del programa, la "Serenata
melancólica" de Tchaikovsky.
Pero el mayor interés del disco nos parece el que
presente una obra nueva, el "Concerto
Cantabile" de Rodion Shchedrin (n. 1932), un
compositor que al gran público le sonará sólo por
haber hecho un arreglo de "Carmen" de Bizet
para el ballet de su mujer, Maya Plisetskaia. El
Concierto está dedicado al propio Vengerov, quien lo
estrenó en 1998. Se trata de una obra construida
siguiendo la tradición de inspiración folklórica de un
Bartok, o mejor, del Stravinsky más "nacionalista
ruso", con ráfagas aquí y allá en estilo más
"vanguardista", que nos recuerdan a los
procedimientos de un Ligeti o un Penderecki. Aunque puede
achacársele el que no escuchemos nada totalmente
original, el buen oficio de Shchedrin es suficiente para
que la obra pueda gustar a un amplio sector del público,
lo que en una obra escrita en 1998 ya es mucho.
REFERENCIA:
RODION SHCHEDRIN: Concerto cantabile para violín y
orquesta + IGOR STRAVINSKY: Concierto para violín +
TCHAIKOVSKY: Serenata melancólica/ Maxim Vengerov,
violín/ Orquesta Sinfónica de Londres/ dir. Mstislav
Rostropovich
EMI 7243 5 56966 2 5
|