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Número 80º - Enero 2.007


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SALVADOS POR EL PIANISTA  

Sevilla, Teatro de la Maestranza. Temporada de abono de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. 18 de enero de 2007. Mendelssohn: El sueño de una noche de verano (obertura). Chopin: Concierto para piano nº 1. Szymanowski: Sinfonía nº 3 “La canción de la noche”. Alexander Ghindin, piano. Ivonna Sobotka, soprano. Peter Hirsch, director. 

Por Fernando López Vargas-Machuca.  

Lo único realmente reseñable del primer concierto de abono de la ROSS en 2007 fue la actuación del aún joven pianista ruso Alexander Ghidin. Fue el suyo un Segundo de Chopin magníficamente tocado, claro y preciso, pero también muy musical, manteniéndose siempre dentro de una línea sobria, equilibrada y objetiva que estuvo muy alejada tanto del superficial pianismo de salón como de enfoques almibarados y complacientes. Lástima que el acompañamiento, en cualquier caso solvente y muy atento al solista, distara de sacar todo el partido posible a esta partitura indiscutiblemente menor, pero llena de bellezas a las que es necesario atender.

Y es que el alemán Peter Hirsh, hace tiempo asistente de Michael Gielen y especialista en música contemporánea, se mostró a lo largo de toda la velada como un kapellmesister del montón, tan correcto como insustancial. Su interpretación de esa obra maestra absoluta que es la obertura de El sueño de una noche de verano fue bastante prosaica y cuadriculada, aunque al menos se mantuvo ajena a la flacidez con que la interpretó hace pocos años con esta misma orquesta el maestro López Cobos. Algo más entonado estuvo Hirsh en la Sinfonía nº 3 “La canción de la noche” de Szymanowski, una partitura de gran belleza que aquí lamentablemente se interpretó sin su subyugante parte coral y cambiando al tenor por una soprano. Ivonna Sobotka, voz bella pero no muy grande, aunque sí desahogada en el exigente registro agudo de esta obra, realizó una satisfactoria labor.

La orquesta no tuvo una de sus mejores noches: los violines se mostraron rasposos y faltos de agilidad, el empaste de los metales -sobre todo la tuba- fue algo precario y la claridad no estuvo siempre garantizada. Responsabilidad de los profesores de la ROSS, seguramente, pero sobre todo de una batuta bastante corta para hacer frente a las demandas técnicas y expresivas de las bellísimas partituras de Mendelssohn y Szymanowski. Por fortuna el muy sólido trabajo de Ghindin hizo que la velada mereciera la pena. Ahora, a esperar la otra “La canción de la noche de esta temporada: la Séptima de Mahler de la que se ocupará Pedro Halffter.

 

ENLACES RECOMENDADOS

Web de la ROSS: http://www.rossevilla.com

Web del Maestranza: http://www.teatromaestranza.com