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LA TIERRA Y LOS PLANETASSevilla, Teatro de la Maestranza. Temporada de abono de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. 2 de junio de 2007. Rueda: La Tierra. Holst: Los planetas. Voces femeninas del Coro de la Asociación de Amigos del Teatro de la Maestranza. Pedro Halffter, director. Por Fernando López Vargas-Machuca. Magnífica la idea de encargar a Jesús Rueda (Madrid, 1961) completar la serie Los Planetas de Gustav Holst con una página dedicada a la Tierra que, por duración y plantilla instrumental, pudiera ser ejecutada antecediendo a la popular partitura. El resultado es una pieza que no llega a los diez minutos de duración, orgánica y telúrica como demanda el tema, francamente bien escrita y, más concretamente, orquestada de manera magistral. Se trata además de una obra personal en su lenguaje sin renunciar por ello al eclecticismo propio de nuestros días: el propio autor reconoce las influencias de la Cuarta de Shostakovich y del disco Aura de Miles Davis, aunque se pueden citar muchos nombres más. El problema es que a pesar de tan amplio y admirable dominio de los recursos, la obra no termina de enganchar en ningún momento. Faltaban chispa, creatividad y, en suma, inspiración. El público reaccionó con frialdad. Muy lograda la lectura de Los Planetas, optando Pedro Halffter por unos tempi tendentes a la lentitud que le permitieron obtener una notable claridad orquestal sin menoscabo de una tensión sonora que logró mantener en todo momento. De Marte ofreció una interpretación más ominosa que desgarrada en la que, eso sí, se echó de menos un más minucioso trabajo de las dinámicas y una mayor limpieza en las entradas. Las magníficas trompas sobresalieron por encima del resto de la sección de metales. Venus alcanzó muy elevadas cotas de lirismo y poesía que, por fortuna, no se quedaron en lo meramente contemplativo. Mercurio resultó elegante y transparente aunque sin especial electricidad, como ocurrió con el comienzo de Júpiter. La sección central de esta última pieza, sin embargo, fue paladeada con una belleza verdaderamente asombrosa y una muy elgariana cantabilidad, lo que no debe extrañar en quien hace tan sólo unos meses ofreciera una magnífica lectura de El sueño de Geroncio. La cuerda de la ROSS -muy particularmente la cuerda grave- volvió a lucirse en Saturno, quizá la mejor de las piezas que componen la partitura. Halffter la desgranó con un elevadísimo sentido lírico y con una buena dosis de misterio, aunque el desgarrador clímax terminó resultando algo efectista y precipitado. En Urano hubo también algún exceso y no el suficiente humor negro. ¡Qué interpretación magistral la que ofreció en 1970 Bernard Hermann en su singularísima grabación, que Decca sigue sin pasar a compacto! El Neptuno de Halffter no fue del todo aéreo ni sutil en las figuras de la cuerda, pero alcanzó una admirable concentración interior. La excelente intervención del coro remató una interpretación aplaudida con calor -ahora sí- por el respetable. Con toda justicia. ENLACES RECOMENDADOS Web de la ROSS: http://www.rossevilla.com Web del Maestranza: http://www.teatromaestranza.com
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