Revista mensual de publicación en Internet
Número 85º - Octubre 2.007


Secciones: 

Portada
Archivo
Editorial
Quiénes somos
Entrevistas
Artículos
Crítica discos
Conciertos
Web del mes
Buscar
 

 

EL CONCEPTO DE GESAMTKUNSTWERKEK COMO OBRA DE ARTE DEL FUTURO

Por Jesús Fernando Lloret González. Profesor de la Universidad de Málaga y Catedrático de trombón del Conservatorio Superior de Málaga.

 Desde sus primeras óperas [1], Richard Wagner creó un concepto de artista diferente al escribir el texto y la música al mismo tiempo. Su concepto sobre el arte teatral le llevó a querer combinar todas las artes independientes en “una obra de arte del futuro”, que sería lo que se denominaría con el término Gesamtkunstwerk (“obra de arte total”). Tal vez, el querer crear una obra  de arte teatral  y una ópera al mismo tiempo [2] se deba a su personalidad romántica universal, pues fue muchas cosas a la vez: compositor, escritor, teórico, polemista…

            Este deseo de renovación del arte dramático que consistiría en la integración de poesía, escenografía y música en una sola obra tuvieron su antecedente en Lessing [3] y Johann Herder [4], y tendría repercusión en otros compositores y artistas de épocas venideras, como es el caso de Alexander Skriabin [5], pues su obra “Misterium”, en la que incluye elementos de todas las artes, proporciona a los espectadores una experiencia multisensorial [6]. 

En este sentido (a la hora de crear experiencias multisensoriales) podemos decir que Richard Wagner fue un auténtico artista multimedia. Wagner estaba descontento con la falta de unidad entre las artes, su idea principal –la “Gesamtkunstwerk” (“obra de arte total”), tal y como la formuló en su obra “Das Kunstwerk der Zukunft” (“La obra de arte del futuro”), hace referencia a reunir en una sola obra el arte de la danza, la música y la poesía con las tres artes plásticas; arquitectura, escultura y pintura, puesto que la obra de arte total necesita de un escenario [7]. 

Wagner pensaba que no sólo debían de estar presente todos estos elementos en una obra, sino que además estuviesen preferiblemente bajo el control de un único creador artístico. 

En la actualidad, este pensamiento de Wagner en cuanto a la forma de concebir y realizar una obra de arte no ha caído en desuso, más bien se ha afirmado, pues resulta interesante ver, según Schumpeter[8], como la vanguardia artística hace hincapié en los mismos ingredientes recurriendo a la invención y utilización de recursos exógenos para poder seguir creando obras nuevas e incluso para poder subsistir y no caer en desuso. De hecho, la vanguardia musical se caracteriza desde 1945 por la invención de nuevos lenguajes y por recurrir a nuevos materiales en los que las nuevas tecnologías han sido pieza clave en su evolución. De ahí la hipótesis de que el periodo de crecimiento que conocen actualmente las artes (música, teatro, ópera, danza) no sólo se deba a la fusión que se hacen de ellas en una misma obra, sino al uso que se les da a las nuevas tecnologías para que sigan siendo obras de arte total. 

            La  ópera, como arte escénica, no se mantiene al margen de este proceso. La apertura y permeabilidad de la ópera a las técnicas y recursos de otros medios como el cine, el video y las posibilidades de tratamiento digital de los mismos, están en la base no sólo de una modificación o transformación de este género escénico, consecuencia de la incorporación de imágenes en el escenario, sino también del nacimiento de formas totalmente nuevas como es el ejemplo de la llamada “video-opera”[9]. Una transformación que ha convertido este género basado en las leyes de representación teatral escénica, en un nuevo tipo de espectáculo de puras  imágenes y sonidos.  

            Si en tiempos de Wagner hablábamos de obra de arte total por la unión de la música con la pintura, danza, plástica, arquitectura, etc, en la época actual debemos de hablar de obras de arte que se nutren del arte minimal, conceptual, la performance, el video arte…precisamente en este carácter híbrido está su riqueza. 

Nota: Este artículo forma parte de un trabajo de investigación de 2º curso de doctorado tutelado por la Doctora D ª. Diana Pérez Custodio para la Facultad de Ciencias de la Comunicación.

-------------------------------------------------------------------------------- 

[1] “Die Feen”; pieza romántica que no se presentó hasta 1888 y “Das Liebesverbot” (1836). 

[2] Wagner se  propuso “sobrepasar todas las manifestaciones previas de la grand opera” con “Rienzi Dresde” (1842) 

[3] Gotthold Ephraim Lessing (1729-1781) fue el poeta alemán más importante de la ilustración. Con sus dramas y ensayos teóricos tuvo una influencia significativa en la evolución de la literatura alemana.

[4] Johann Gottfried von Herder (1744-1803) fue un filósofo y crítico literario alemán cuyos escritos contribuyeron a la aparición del romanticismo alemán. Como instigador del movimiento conocido como Sturm und Drang ("Tormenta e impulso"), la vertiente alemana del Prerromanticismo europeo, inspiró a muchos escritores, entre ellos, y muy especialmente, al joven Johann Wolfgang von Goethe, a quien conoció en Estrasburgo en 1770 y que posteriormente se convertiría en la principal figura del clasicismo literario alemán. Sturm und Drang (en alemán: tormenta e ímpetu) fue un movimiento alemán principalmente literario, pero también musical y de las artes visuales, desarrollado durante la segunda mitad del siglo XVIII. Sucede y se opone a la ilustración alemana o Aufklärung y se constituye en precedente del posterior Romanticismo. El nombre proviene de una pieza teatral de Friedrich Maximilian Klinger, Sturm und Drang, "tempestad y arrebato". 

[5]Alexánder Nikoláievich Scriabin (1872-1915), compositor y pianista ruso. Dane Rudhyar, teosofista y compositor, escribió que Scriabin fue "el gran pionero de la nueva música del renacimiento de la civilización occidental, el padre de la música del futuro"   

[6] La obra “Mysterium” era un trabajo multimedia que se presentaría en el Himalaya, sobre el Armagedón, "una grandiosa síntesis religiosa de todas las artes que anunciaría el nacimiento de un nuevo mundo". La pieza quedó inacabada. 

[7] A Wagner se le atribuye haber reformado la arquitectura teatral y la presentación dramática con su Teatro del Festival en Bayreuth  terminado en 1876. El escenario de este teatro era similar a otros del siglo XIX, incluyendo a aquellos mejor equipados, pero Wagner sustituyó los palcos y las plateas y puso en su lugar una zona de asientos en forma de abanicos sobre un suelo en pendiente, dando así igual visión del escenario a todos los espectadores. Un poco antes de empezar la función, las luces del auditorio reducían su intensidad hasta la oscuridad total, una innovación radical para la época. 

[8] J. Schumpeter. Economista de origen austriaco y uno de los grandes teóricos de las crisis económicas. 

[9] Las primeras experiencias en este sentido las encontramos en los años setenta y ochenta. Los trabajos del dramaturgo Robert Wilson, como por ejemplo “The Live of Sigmund freíd” (1969); “The Live and Times of Joseph Stalin” (1972); “Einstein on the Beach” (1976) o “The Civil Wars” (1984), empezaron a transformar el lenguaje teatral en un lenguaje de imágenes.