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VUELVE EL BEETHOVEN DE
FURTWÄNGLER
Por Angel
Riego Cue. Lee su Curriculum.
Las sinfonías de Beethoven están, como cabría
esperar de una de las cumbres de la música occidental,
entre las obras más grabadas de la historia del disco.
Solamente echando un vistazo a lo que se puede comprar en
la actualidad en España, saldrían más de 40 ciclos de
las 9 sinfonías disponibles en "compact disc".
Si añadimos ciclos nunca reeditados en CD, o versiones
sueltas de alguna sinfonía en concreto, llegaríamos
seguramente a varios centenares de grabaciones.
Entre tanto material donde escoger, hay un director cuyas
interpretaciones aparecen una y otra vez citadas por la
crítica como "las" versiones por antonomasia
de Beethoven, las que más lejos han llegado en expresar
toda la grandeza y la emoción que esta música encierra.
Nos referimos, claro está, a Wilhelm Furtwängler
(1886-1954), que para mucha gente, incluido este
comentarista, es el director de orquesta más grande que
ha dado el siglo XX; lo cual sería tanto como decir el
más grande de todos los tiempos, al menos de los que han
dejado testimonio grabado de sus interpetaciones.
Furtwängler es el representante por excelencia de la
tradición "romántica alemana" de dirección
de orquesta; un estilo subjetivista, que no buscaba el
respeto literal a lo escrito, sino la fidelidad "al
espíritu de la obra", y que para realzar la
expresión admitía las retenciones y aceleraciones del
"tempo", aunque no coincidieran con lo
dispuesto en las indicaciones metronómicas de la
partitura: una praxis habitual en el siglo XIX, que viene
desde Wagner, y su labor como director de orquesta, y de
él la heredaron Hans von Bülow o Hans Richter, maestros
de las siguientes generaciones de directores.
Esta tradición es atacada hoy día, pues adonde soplan
los vientos "historicistas" es hacia el respeto
escrupuloso de lo escrito, y a la reconstrucción de
cómo podía sonar cada obra en la época de su autor,
tanto en lo referido a instrumentos empleados, como en
cuanto al número de músicos utilizado. Sin pretender
entrar ahora en este debate, para el cual cual no es este
el lugar apropiado, sí quisiera señalar dos cosas:
Primera, que una tradición de "praxis
interpretativa" que arranca de la época de los
compositores o un poco posterior, puede también
presentar credenciales de autenticidad (en el caso de
Beethoven, ciertamente, no viene del propio compositor,
quien alguna vez dijo de sus obras que eran "para el
tiempo futuro": las interpretaciones
"románticas" de la Novena no arrancan de su
estreno en 1824, que según las crónicas debió ser
penoso, sino de la versión que dio Wagner en Dresde en
1842). Segunda, que toda interpretación se debe a un
público que la escucha, y que si el tocar a Beethoven
"tal como viene en la partitura" le hace
parecer, como ocurre a veces con estos historicistas, un
compositor tan frívolo como Offenbach en sus operetas,
no sé qué traición será peor para el compositor, si
la "romántica", que al menos comunica al
oyente una emoción intensa, o la de los
"historicistas" que hacen que la música
parezca a veces (al menos en mi opinión) trivial.
El mismo Hans von Bülow pudo inaugurar la discografía
de las sinfonías de Beethoven, pues en 1886 Thomas Alva
Edison grabó unos cilindros con fragmentos de la
"Heroica" dirigidos por él; sin embargo, este
"incunable" fonográfico no se ha conservado
para la posteridad. Bülow fue el primer director elegido
como titular vitalicio de la Filarmónica de Berlín, la
orquesta más importante de Alemania, y a su muerte en
1894 le sucedió Artur Nikisch, que sí llegó a grabar
una sinfonía de Beethoven entera (la Quinta en 1913,
reeditada en CD por la D.G. en el apéndice de su
"Edición Beethoven"). Tras la muerte de
Nikisch en 1922, fue elegido para sucederle Wilhelm
Furtwängler.
Viene todo esto a cuento porque EMI, en su serie
"References", ha decidido reeditar con un nuevo
reprocesado (que ha mejorado la calidad del sonido,
seguramente hasta el límite que permite el CD) el ciclo
Beethoven que posee dirigido por Furtwängler, que ya
había llegado al compacto hace algo más de diez años.
En realidad, estas grabaciones no están hechas todas
originalmente para EMI, sino que dos de ellas no las
grabó nunca (Segunda y Octava), mientras que alguna la
tiene grabada varias veces.
Hagamos un poco de historia de las grabaciones de
Beethoven por "Furt", como le denominaban
cariñosamente sus amigos. La primera fue una
"Quinta" en 1926, para Polydor; en Europa, la
D.G. ha reeditado sólo el primer movimiento en un álbum
que conmemora el centenario del "sello
amarillo"; una interpretación ya muy buena, y que
anticipaba lo por venir. Más tarde, Furtwängler fue
"fichado" por la EMI, para la que grabó otra
"Quinta" en 1937 y una "Novena" ese
mismo año, en un concierto en vivo en Londres (siempre
con la Filarmónica de Berlín). Con el estallido de la
Segunda Guerra Mundial, se interrumpió la colaboración
con el sello británico: de esa época se conservan
grabaciones de la Radio del Reich, con las orquestas de
Berlín y Viena, de las sinfonías 3, 4, 5, 6, 7 y 9, que
durante décadas se distribuyeron de forma
"pirata" y gozan de una fama legendaria, a
pesar de su mal sonido. Después del final de la guerra,
y de dos años de inactividad forzosa debido a su
supuesto colaboracionismo con el régimen nazi (tema
polémico que no es cuestión de tratar aquí), se
reanuda su colaboración con EMI, grabando en 1947 una
"Heroica" con la Filarmónica de Viena, que
puede encontrarse actualmente reeditada por el sello
Tahra.
En 1950, aún en la era de los discos de 78 revoluciones
por minuto, EMI le graba la "Cuarta" y la
"Séptima"; esta última es la incluida en el
ciclo ahora reeditado. Estas grabaciones, como todas las
que hará en estudio para EMI en la posguerra, serán
siempre con la Filarmónica de Viena.
A partir de 1951 ya tenemos buen sonido, estamos en la
"era del microsurco", aunque las grabaciones
siguen siendo mono (Furtwängler no vivió lo bastante
para grabar en estéreo). Ese mismo año se reabre, tras
la guerra, el Festival wagneriano de Bayreuth.
Furtwängler, que en la época nazi dirigió allí las
obras de Wagner, decide renunciar a hacerlo en esta nueva
etapa y dejar paso a gente distinta, no comprometida con
el anterior régimen, y solamente pide dirigir la Novena
de Beethoven, obra predilecta de Wagner y que ante los
ojos del mundo es una obra alemana que no se relaciona
con el nazismo, sino con ideales de libertad y
fraternidad. EMI grabó en vivo la histórica ocasión,
aunque el maestro no quedó del todo satisfecho con la
toma, y no aprobó su publicación, esperando poder
repetirla en mejores condiciones. Esta oportunidad no
llegaría, y la grabación fue finalmente publicada en
1955, tras su muerte.
En 1952, en poco más de una semana, Furtwängler graba
en Viena cuatro sinfonías de Beethoven. En este orden
(sin ser estrictamente consecutivas): "Sexta",
"Primera", "Tercera" y
"Cuarta". Por último, en 1954 graba por
última vez en estudio una sinfonía de Beethoven; al
igual que la primera vez, es la "Quinta".
Como puede verse, EMI podía reunir un ciclo completo a
falta de las números 2 y 8. Estas dos hubo que buscarlas
en los archivos de las emisoras de radio, que recogieron
los abundantes conciertos del maestro durante la
posguerra, donde podían encontrarse tomas en vivo de las
9; algunas de esas interpretaciones, divulgadas durante
años en sellos "piratas" con mal sonido, son
justamente legendarias, como la "Quinta" de
1947, las "Heroicas" de 1950 ó 52 (todas con
la Filarmónica de Berlín), o la "Novena" de
1954 en Lucerna, con la orquesta Philharmonia de Londres.
En la actualidad, todas las mencionadas se pueden
encontrar con el mejor sonido posible, en reprocesados
del sello Tahra.
Hurgando entre lo disponible en los archivos de radio,
había para elegir tres "Octavas", con las
Filarmónicas de Estocolmo (1948), Berlín (1953) y Viena
(1954); extrañamente, EMI eligió la primera, la de peor
sonido y orquesta más "exótica", en lugar de
escoger, por ejemplo, la de 1954, con la misma orquesta
que sus grabaciones en estudio. Peor era el caso de la
"Segunda", de la que sólo se conocía una
toma, que al final resultó estar dirigida por Erich
Kleiber; afortunadamente, en 1979 salió a la luz una
"Segunda" de 1948 en Londres, de una gira con
la Filarmónica de Viena, cuya autenticidad parece
indudable. Ya se podía completar el ciclo de las 9
(aunque en dos casos, Segunda y Octava, el sonido era
verdaderamente horroroso).
Este era el ciclo que EMI publicó en CD a principios de
los 90, seleccionando sus grabaciones más modernas
cuando tuviera varias disponibles de Furtwängler, y
complementándolo con las mencionadas "Segunda"
y "Octava" de origen "pirata".
Durante décadas, las grabaciones de EMI fueron las
únicas donde se le podía escuchar Beethoven al maestro
con sonido aceptable. Pero los avances en el reprocesado
y en las ediciones antes "piratas" de
grabaciones radiofónicas en vivo (ahora ya legales,
pagando los derechos, y en las mejores condiciones
posibles, a veces sonando incluso mejor que las de
estudio) suponían un desafío para EMI, que para no
quedarse atrás ha reprocesado de nuevo su ciclo,
intentando ofrecer así un sonido que sea siempre mejor
que el de sus competidores. Y de hecho lo ha conseguido,
pues las grabaciones han ganado en nitidez y suenan más
"cortantes" ahora, recordando más al sonido de
la época del LP, y por supuesto sin sus inconvenientes.
¿Cómo es el ciclo Beethoven de Furtwängler, escuchado
hoy? Las dos primeras pueden ciertamente, para una
mentalidad actual, parecer demasiado románticas, con ese
"tempo" tan amplio, pero lo que ganan en
profundidad y en aliento poético compensa de sobra los
posibles inconvenientes. Posiblemente para estas obras
pensaríamos antes en otros maestros (Schuricht, Szell,
Walter, Böhm...) pero el atractivo de estas es
irresistible, a pesar del deficiente sonido de la 2ª.
La "Heroica" de 1952 es también profunda,
sentida, en una palabra, emocionante... aunque en este
caso las grabaciones piratas le han tomado la delantera;
comparada con las berlinesas de 1950 ó 1952 (esta
última con un sonido esplendoroso), la de EMI suena algo
"beatífica", menos "contundente";
otros preferirán el pesimismo de la de 1944, la más
trágica de todas, de color "gris ceniciento"
explicable por el ambiente en que fue hecha.
La "Cuarta", cuyo primer movimiento suena
jocoso en tantos directores, es aquí muy serio y
dramático, incluso después de la
"transición" donde aparentemente acaba el
carácter "serio" y debería empezar la
"broma" (en esta versión, a los 2 min. 50 seg.
del comienzo); tras un "Adagio" sentido como
pocos, en los dos últimos movimientos no hay el
entusiasmo de un Bernstein (una de mis
"Cuartas" preferidas), sino una construcción
monumental. Posiblemente a esta grabación, como a la de
la "Heroica" antes mencionada, le haya
perjudicado el haberse grabado en tan poco tiempo; los
aficionados suelen preferir la toma "en vivo"
de 1943 como la "Cuarta" de Beethoven
dramática y rabiosa por excelencia.
En cambio, la postrera "Quinta" no desmerece de
cualquier toma en vivo, excepto la de 1947, la histórica
ocasión que marcó el reencuentro de orquesta y director
tras dos años de prohibición, y que personalmente
considero la mejor "Quinta" de Beethoven que
exista grabada; pero esta de EMI, con esos acordes tan
prolongados que dan sensación de grandeza, con ese
carácter dramático y "sufriente" de principio
a fin, tiene un atractivo enorme, y también la hay que
conocer.
La "Pastoral" de 1952, intensa, poética, y con
el habitual aliento romántico de Furtwängler, supera
cómodamente a todas sus versiones en vivo de la
posguerra, más prosaicas, aunque sería difícil
decidirse entre esta y la de 1943. Siendo esta una de las
referencias de la obra, debe señalarse que para quien
esto escribe su "Pastoral" preferida es la de
Giulini con la New Philharmonia, en 1968, no igualada
más tarde ni siquiera por el mismo director.
Con la "Séptima" de 1950, ya no hay dudas: la
referencia. Una versión grande, profunda, que puede
sorprender por su lentitud, ya desde el comienzo. Pero
nadie ha hecho los "Adagios" de Beethoven tan
emocionantes como Furtwängler (la Marcha Fúnebre de la
"Heroica", el señalado como
"Alleghretto" en la 7ª, que la tradición
suele interpretar como Adagio, y el Adagio de la 9ª), y
la galopada del 4º movimiento hay que oírla para
creerla: en 1950, las grabaciones de Furtwängler en
estudio aún tenían la fuerza de las del
"vivo", mientras que en sus últimos años
adoptaría "tempi" cada vez más relajados.
La "Octava" de Estocolmo, a pesar de su mal
sonido, es una elección adecuada si lo que se buscaba
era una versión nerviosa, que no cayera en lo
"beatífico" y conservara la profundidad
habitual del maestro. El caso es que se escucha con mucho
más interés que otras más afamadas de otros
directores, aun reconociendo que en esta obra la
referencia no sería Furtwängler (habría que buscarla
en Walter, Szell u otros).
Por último, la "Novena" de Bayreuth de 1951 no
ha sido publicada ahora, pues está aún muy reciente su
aparición en la serie "Great Recordings of the
Century". Después de 40 años de reinar como
"la referencia", ha visto desafiado su puesto
por la edición Tahra de la de Lucerna-1954 (también hay
que conocer la genial y heterodoxa versión de 1942, pero
es difícil tomarla como referencia); lo que está claro
es que la Novena de referencia "debe ser" una
de Furtwängler. Comparando ambas, los movimientos
primero y cuarto son preferibles en la de Lucerna, a
pesar de la superioridad, en Bayreuth, de los coros de
Wilhelm Pitz. En estos movimientos la orquesta suena más
emborronada en la versión de EMI, lo que no sólo se
puede achacar al carácter "brumoso" que el
tópico atribuye a la dirección alemana romántica en
general, y a la de "Furt" en particular;
también podría influir la caótica forma de marcar del
maestro, difícil de seguir por las orquestas.
Posiblemente a eso se debiera que el director no llegase
a aprobar esta grabación. Pero el segundo movimiento es
muy bueno y, sobre todo, el Adagio es lo que hace que
esta versión siga siendo insustituible, para escuchar
con sonido "limpio" esta maravilla, que,
interpretada por Furtwängler es uno de los momentos más
emocionantes que ofrece la historia de la música
grabada.
REFERENCIAS:
BEETHOVEN: Sinfonías nos. 1 y 3/ EMI References 5 67490
2
BEETHOVEN: Sinfonías nos. 2 y 4/ EMI References 5 67491
2
BEETHOVEN: Sinfonías nos. 5 y 7/ EMI References 5 67492
2
BEETHOVEN: Sinfonías nos. 6 y 8/ EMI References 5 67493
2
BEETHOVEN: Sinfonía no. 9/ Schwarzkopf, Hoengen, Hopf,
Edelmann/ EMI "Great Recordings of the century"
5 66901 2
Orquesta Filarmónica de Viena, excepto en la 8ª
(Filarmónica de Estocolmo) y en la 9ª (Orquesta del
Festival de Bayreuth)
Director: Wilhelm Furtwängler
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