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Número 12º - Enero 2001


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VUELVE EL BEETHOVEN DE FURTWÄNGLER

Por Angel Riego Cue. Lee su Curriculum.

Las sinfonías de Beethoven están, como cabría esperar de una de las cumbres de la música occidental, entre las obras más grabadas de la historia del disco. Solamente echando un vistazo a lo que se puede comprar en la actualidad en España, saldrían más de 40 ciclos de las 9 sinfonías disponibles en "compact disc". Si añadimos ciclos nunca reeditados en CD, o versiones sueltas de alguna sinfonía en concreto, llegaríamos seguramente a varios centenares de grabaciones.

Entre tanto material donde escoger, hay un director cuyas interpretaciones aparecen una y otra vez citadas por la crítica como "las" versiones por antonomasia de Beethoven, las que más lejos han llegado en expresar toda la grandeza y la emoción que esta música encierra. Nos referimos, claro está, a Wilhelm Furtwängler (1886-1954), que para mucha gente, incluido este comentarista, es el director de orquesta más grande que ha dado el siglo XX; lo cual sería tanto como decir el más grande de todos los tiempos, al menos de los que han dejado testimonio grabado de sus interpetaciones.

Furtwängler es el representante por excelencia de la tradición "romántica alemana" de dirección de orquesta; un estilo subjetivista, que no buscaba el respeto literal a lo escrito, sino la fidelidad "al espíritu de la obra", y que para realzar la expresión admitía las retenciones y aceleraciones del "tempo", aunque no coincidieran con lo dispuesto en las indicaciones metronómicas de la partitura: una praxis habitual en el siglo XIX, que viene desde Wagner, y su labor como director de orquesta, y de él la heredaron Hans von Bülow o Hans Richter, maestros de las siguientes generaciones de directores.

Esta tradición es atacada hoy día, pues adonde soplan los vientos "historicistas" es hacia el respeto escrupuloso de lo escrito, y a la reconstrucción de cómo podía sonar cada obra en la época de su autor, tanto en lo referido a instrumentos empleados, como en cuanto al número de músicos utilizado. Sin pretender entrar ahora en este debate, para el cual cual no es este el lugar apropiado, sí quisiera señalar dos cosas: Primera, que una tradición de "praxis interpretativa" que arranca de la época de los compositores o un poco posterior, puede también presentar credenciales de autenticidad (en el caso de Beethoven, ciertamente, no viene del propio compositor, quien alguna vez dijo de sus obras que eran "para el tiempo futuro": las interpretaciones "románticas" de la Novena no arrancan de su estreno en 1824, que según las crónicas debió ser penoso, sino de la versión que dio Wagner en Dresde en 1842). Segunda, que toda interpretación se debe a un público que la escucha, y que si el tocar a Beethoven "tal como viene en la partitura" le hace parecer, como ocurre a veces con estos historicistas, un compositor tan frívolo como Offenbach en sus operetas, no sé qué traición será peor para el compositor, si la "romántica", que al menos comunica al oyente una emoción intensa, o la de los "historicistas" que hacen que la música parezca a veces (al menos en mi opinión) trivial.

El mismo Hans von Bülow pudo inaugurar la discografía de las sinfonías de Beethoven, pues en 1886 Thomas Alva Edison grabó unos cilindros con fragmentos de la "Heroica" dirigidos por él; sin embargo, este "incunable" fonográfico no se ha conservado para la posteridad. Bülow fue el primer director elegido como titular vitalicio de la Filarmónica de Berlín, la orquesta más importante de Alemania, y a su muerte en 1894 le sucedió Artur Nikisch, que sí llegó a grabar una sinfonía de Beethoven entera (la Quinta en 1913, reeditada en CD por la D.G. en el apéndice de su "Edición Beethoven"). Tras la muerte de Nikisch en 1922, fue elegido para sucederle Wilhelm Furtwängler.



Viene todo esto a cuento porque EMI, en su serie "References", ha decidido reeditar con un nuevo reprocesado (que ha mejorado la calidad del sonido, seguramente hasta el límite que permite el CD) el ciclo Beethoven que posee dirigido por Furtwängler, que ya había llegado al compacto hace algo más de diez años. En realidad, estas grabaciones no están hechas todas originalmente para EMI, sino que dos de ellas no las grabó nunca (Segunda y Octava), mientras que alguna la tiene grabada varias veces.


Hagamos un poco de historia de las grabaciones de Beethoven por "Furt", como le denominaban cariñosamente sus amigos. La primera fue una "Quinta" en 1926, para Polydor; en Europa, la D.G. ha reeditado sólo el primer movimiento en un álbum que conmemora el centenario del "sello amarillo"; una interpretación ya muy buena, y que anticipaba lo por venir. Más tarde, Furtwängler fue "fichado" por la EMI, para la que grabó otra "Quinta" en 1937 y una "Novena" ese mismo año, en un concierto en vivo en Londres (siempre con la Filarmónica de Berlín). Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, se interrumpió la colaboración con el sello británico: de esa época se conservan grabaciones de la Radio del Reich, con las orquestas de Berlín y Viena, de las sinfonías 3, 4, 5, 6, 7 y 9, que durante décadas se distribuyeron de forma "pirata" y gozan de una fama legendaria, a pesar de su mal sonido. Después del final de la guerra, y de dos años de inactividad forzosa debido a su supuesto colaboracionismo con el régimen nazi (tema polémico que no es cuestión de tratar aquí), se reanuda su colaboración con EMI, grabando en 1947 una "Heroica" con la Filarmónica de Viena, que puede encontrarse actualmente reeditada por el sello Tahra.

En 1950, aún en la era de los discos de 78 revoluciones por minuto, EMI le graba la "Cuarta" y la "Séptima"; esta última es la incluida en el ciclo ahora reeditado. Estas grabaciones, como todas las que hará en estudio para EMI en la posguerra, serán siempre con la Filarmónica de Viena.

A partir de 1951 ya tenemos buen sonido, estamos en la "era del microsurco", aunque las grabaciones siguen siendo mono (Furtwängler no vivió lo bastante para grabar en estéreo). Ese mismo año se reabre, tras la guerra, el Festival wagneriano de Bayreuth. Furtwängler, que en la época nazi dirigió allí las obras de Wagner, decide renunciar a hacerlo en esta nueva etapa y dejar paso a gente distinta, no comprometida con el anterior régimen, y solamente pide dirigir la Novena de Beethoven, obra predilecta de Wagner y que ante los ojos del mundo es una obra alemana que no se relaciona con el nazismo, sino con ideales de libertad y fraternidad. EMI grabó en vivo la histórica ocasión, aunque el maestro no quedó del todo satisfecho con la toma, y no aprobó su publicación, esperando poder repetirla en mejores condiciones. Esta oportunidad no llegaría, y la grabación fue finalmente publicada en 1955, tras su muerte.

En 1952, en poco más de una semana, Furtwängler graba en Viena cuatro sinfonías de Beethoven. En este orden (sin ser estrictamente consecutivas): "Sexta", "Primera", "Tercera" y "Cuarta". Por último, en 1954 graba por última vez en estudio una sinfonía de Beethoven; al igual que la primera vez, es la "Quinta".

Como puede verse, EMI podía reunir un ciclo completo a falta de las números 2 y 8. Estas dos hubo que buscarlas en los archivos de las emisoras de radio, que recogieron los abundantes conciertos del maestro durante la posguerra, donde podían encontrarse tomas en vivo de las 9; algunas de esas interpretaciones, divulgadas durante años en sellos "piratas" con mal sonido, son justamente legendarias, como la "Quinta" de 1947, las "Heroicas" de 1950 ó 52 (todas con la Filarmónica de Berlín), o la "Novena" de 1954 en Lucerna, con la orquesta Philharmonia de Londres. En la actualidad, todas las mencionadas se pueden encontrar con el mejor sonido posible, en reprocesados del sello Tahra.

Hurgando entre lo disponible en los archivos de radio, había para elegir tres "Octavas", con las Filarmónicas de Estocolmo (1948), Berlín (1953) y Viena (1954); extrañamente, EMI eligió la primera, la de peor sonido y orquesta más "exótica", en lugar de escoger, por ejemplo, la de 1954, con la misma orquesta que sus grabaciones en estudio. Peor era el caso de la "Segunda", de la que sólo se conocía una toma, que al final resultó estar dirigida por Erich Kleiber; afortunadamente, en 1979 salió a la luz una "Segunda" de 1948 en Londres, de una gira con la Filarmónica de Viena, cuya autenticidad parece indudable. Ya se podía completar el ciclo de las 9 (aunque en dos casos, Segunda y Octava, el sonido era verdaderamente horroroso).


Este era el ciclo que EMI publicó en CD a principios de los 90, seleccionando sus grabaciones más modernas cuando tuviera varias disponibles de Furtwängler, y complementándolo con las mencionadas "Segunda" y "Octava" de origen "pirata". Durante décadas, las grabaciones de EMI fueron las únicas donde se le podía escuchar Beethoven al maestro con sonido aceptable. Pero los avances en el reprocesado y en las ediciones antes "piratas" de grabaciones radiofónicas en vivo (ahora ya legales, pagando los derechos, y en las mejores condiciones posibles, a veces sonando incluso mejor que las de estudio) suponían un desafío para EMI, que para no quedarse atrás ha reprocesado de nuevo su ciclo, intentando ofrecer así un sonido que sea siempre mejor que el de sus competidores. Y de hecho lo ha conseguido, pues las grabaciones han ganado en nitidez y suenan más "cortantes" ahora, recordando más al sonido de la época del LP, y por supuesto sin sus inconvenientes.


¿Cómo es el ciclo Beethoven de Furtwängler, escuchado hoy? Las dos primeras pueden ciertamente, para una mentalidad actual, parecer demasiado románticas, con ese "tempo" tan amplio, pero lo que ganan en profundidad y en aliento poético compensa de sobra los posibles inconvenientes. Posiblemente para estas obras pensaríamos antes en otros maestros (Schuricht, Szell, Walter, Böhm...) pero el atractivo de estas es irresistible, a pesar del deficiente sonido de la 2ª.

La "Heroica" de 1952 es también profunda, sentida, en una palabra, emocionante... aunque en este caso las grabaciones piratas le han tomado la delantera; comparada con las berlinesas de 1950 ó 1952 (esta última con un sonido esplendoroso), la de EMI suena algo "beatífica", menos "contundente"; otros preferirán el pesimismo de la de 1944, la más trágica de todas, de color "gris ceniciento" explicable por el ambiente en que fue hecha.

La "Cuarta", cuyo primer movimiento suena jocoso en tantos directores, es aquí muy serio y dramático, incluso después de la "transición" donde aparentemente acaba el carácter "serio" y debería empezar la "broma" (en esta versión, a los 2 min. 50 seg. del comienzo); tras un "Adagio" sentido como pocos, en los dos últimos movimientos no hay el entusiasmo de un Bernstein (una de mis "Cuartas" preferidas), sino una construcción monumental. Posiblemente a esta grabación, como a la de la "Heroica" antes mencionada, le haya perjudicado el haberse grabado en tan poco tiempo; los aficionados suelen preferir la toma "en vivo" de 1943 como la "Cuarta" de Beethoven dramática y rabiosa por excelencia.

En cambio, la postrera "Quinta" no desmerece de cualquier toma en vivo, excepto la de 1947, la histórica ocasión que marcó el reencuentro de orquesta y director tras dos años de prohibición, y que personalmente considero la mejor "Quinta" de Beethoven que exista grabada; pero esta de EMI, con esos acordes tan prolongados que dan sensación de grandeza, con ese carácter dramático y "sufriente" de principio a fin, tiene un atractivo enorme, y también la hay que conocer.

La "Pastoral" de 1952, intensa, poética, y con el habitual aliento romántico de Furtwängler, supera cómodamente a todas sus versiones en vivo de la posguerra, más prosaicas, aunque sería difícil decidirse entre esta y la de 1943. Siendo esta una de las referencias de la obra, debe señalarse que para quien esto escribe su "Pastoral" preferida es la de Giulini con la New Philharmonia, en 1968, no igualada más tarde ni siquiera por el mismo director.

Con la "Séptima" de 1950, ya no hay dudas: la referencia. Una versión grande, profunda, que puede sorprender por su lentitud, ya desde el comienzo. Pero nadie ha hecho los "Adagios" de Beethoven tan emocionantes como Furtwängler (la Marcha Fúnebre de la "Heroica", el señalado como "Alleghretto" en la 7ª, que la tradición suele interpretar como Adagio, y el Adagio de la 9ª), y la galopada del 4º movimiento hay que oírla para creerla: en 1950, las grabaciones de Furtwängler en estudio aún tenían la fuerza de las del "vivo", mientras que en sus últimos años adoptaría "tempi" cada vez más relajados.

La "Octava" de Estocolmo, a pesar de su mal sonido, es una elección adecuada si lo que se buscaba era una versión nerviosa, que no cayera en lo "beatífico" y conservara la profundidad habitual del maestro. El caso es que se escucha con mucho más interés que otras más afamadas de otros directores, aun reconociendo que en esta obra la referencia no sería Furtwängler (habría que buscarla en Walter, Szell u otros).

Por último, la "Novena" de Bayreuth de 1951 no ha sido publicada ahora, pues está aún muy reciente su aparición en la serie "Great Recordings of the Century". Después de 40 años de reinar como "la referencia", ha visto desafiado su puesto por la edición Tahra de la de Lucerna-1954 (también hay que conocer la genial y heterodoxa versión de 1942, pero es difícil tomarla como referencia); lo que está claro es que la Novena de referencia "debe ser" una de Furtwängler. Comparando ambas, los movimientos primero y cuarto son preferibles en la de Lucerna, a pesar de la superioridad, en Bayreuth, de los coros de Wilhelm Pitz. En estos movimientos la orquesta suena más emborronada en la versión de EMI, lo que no sólo se puede achacar al carácter "brumoso" que el tópico atribuye a la dirección alemana romántica en general, y a la de "Furt" en particular; también podría influir la caótica forma de marcar del maestro, difícil de seguir por las orquestas. Posiblemente a eso se debiera que el director no llegase a aprobar esta grabación. Pero el segundo movimiento es muy bueno y, sobre todo, el Adagio es lo que hace que esta versión siga siendo insustituible, para escuchar con sonido "limpio" esta maravilla, que, interpretada por Furtwängler es uno de los momentos más emocionantes que ofrece la historia de la música grabada.




REFERENCIAS:


BEETHOVEN: Sinfonías nos. 1 y 3/ EMI References 5 67490 2

BEETHOVEN: Sinfonías nos. 2 y 4/ EMI References 5 67491 2

BEETHOVEN: Sinfonías nos. 5 y 7/ EMI References 5 67492 2

BEETHOVEN: Sinfonías nos. 6 y 8/ EMI References 5 67493 2

BEETHOVEN: Sinfonía no. 9/ Schwarzkopf, Hoengen, Hopf, Edelmann/ EMI "Great Recordings of the century" 5 66901 2


Orquesta Filarmónica de Viena, excepto en la 8ª (Filarmónica de Estocolmo) y en la 9ª (Orquesta del Festival de Bayreuth)

Director: Wilhelm Furtwängler