|
ENTREVISTA A ALBERT NIETO
Por Daniel Mateos
Moreno y M.C.M.
Albert Nieto.
¿Existía
alguna tradición musical en su familia?
Apenas si existía, aunque mi padre tocaba de oído el piano y mi tío
también tocaba piano y violín, y, sin ser profesionales, sí que existía
una tradición “amateur”.
¿Tuvo claro que
lo suyo era el piano desde pequeño?
Fue por casualidad. Había un piano viejo en casa y yo empecé a tocarlo
de oído. Así empezó todo: se vio que tenía facilidad y mucho oído
(tocaba las piezas sin haber recibido ninguna clase) y por ello me
llevaron al conservatorio a partir de los 9 años.
¿De todos sus
profesores de piano de cuál se considera discípulo?
Trabajé asiduamente con Frédéric Gevers, durante 4 años en Bélgica.
Se puede considerar que es realmente mi “profesor”. Con respecto a los
demás profesores, mi contacto con ellos fue un poco más esporádico,
aunque guardo un buen recuerdo de Rosa Sabater (tuve la suerte de trabajar
con ella el repertorio español en sus últimos años de vida en los
cursos que hacía en Granada y Santiago de Compostela). He trabajado también
de manera asidua con Albert Atenelle y Ramón Coll, y también he tenido
la suerte de recibir consejos directamente o bien escuchando clases a mis
alumnos de los profesores Manuel Carra, Almudena Cano, Cristopher Elton,
María Curcio, Bashkirov, Badura Skoda, Sándor, Sébök, Boris Berman,
Delle-Vigne, Szász, Galina Egiazarova….
¿Se considera
especialista en el repertorio contemporáneo?
Especialista en el sentido que lo he trabajado mucho, dedicándome
algunos años intensivamente. Pero he tocado todo tipo de repertorio, gustándome
especialmente la música española. Pero no me importa en absoluto tocar repertorio contemporáneo: de hecho me agrada y tengo siempre
proyectos de hacer cosas en ese sentido. Considero necesario para
cualquier músico tocar repertorio de su tiempo.
¿Comparte usted la opinión de que el repertorio moderno que se suele
trabajar en los conservatorios españoles deja de lado el último medio
siglo?
Yo creo que sí aunque imagino que habrá excepciones. Precisamente he
escrito recientemente un artículo publicado en Música y Educación
titulado “Las grafías alternativas pianísticas: defensa para su
inclusión en el conservatorio”. En este artículo comento la
importancia de que en los conservatorios se abarque este repertorio, desde
el cluster hasta la música aleatoria, pasando por la notación espacial,
partitura gráfica, arpa
del piano, etc. A su vez, expongo las razones de por qué es interesante y
qué ventajas
reporta al estudiante.
¿Entonces por
qué se deja de lado este repertorio?
El motivo es que no se conoce. Los profesores no han tenido la suerte o la
ocasión de trabajar este tipo de repertorio y, por tanto, ante lo
desconocido siempre hay un poco de miedo. Si los profesores lo conocieran
descubrirían que no es tan complicado: toco lo contrario, a veces es
mucho más sencillo. Así como hay repertorio contemporáneo que exige
gran exactitud en el texto de la obra, hay otras grafías que dan más
libertad: una partitura gráfica o una notación espacial. Precisamente ahí
interviene más la interpretación personal del músico en esa obra, lo
cual es hasta más agradecido: el intérprete se siente más creador.
¿Cuál es su
opinión sobre la evolución compositiva de la música clásica actual? ¿Qué
opina de las estéticas vanguardistas? ¿Van por el “camino correcto”
a pesar de que el público no las acepte siempre?
Hoy en día hay muchas tendencias, no es como antes que había una línea
más clara que seguían los compositores. En la actualidad hay un tipo de
composición que llega más fácilmente y otro que le cuesta más trabajo
de comprender al público, porque no están acostumbrados a él. Yo no soy
compositor, pero desde el punto de vista del intérprete mi opinión es
que hay momentos en que la música cuesta más de asimilar y a su vez
transmitirla al público; aunque al trabajarla, poco a poco se va
entendiendo y encontrando los caminos expresivos de la obra. Eso es lo que
me está ocurriendo ahora con una obra de Luis de Pablo. Si esto lo
trasladas en una única audición al público probablemente ocurra un
“choque”.
¿Cuáles son
sus ídolos en el piano?
Hay tantos pianistas que me gustan…son para mí modelos, dependiendo del
repertorio. En Brahms me gusta Julius Katchen, en música española Rafael
Orozco, en Mozart un intérprete que está en auge, Zacharías, el Bach de
András Schiff, etc... y luego hay pianistas los grandes nombres como
Richter, Perahia, Horowitz, Rubinstein, Zimerman. Pero, a la vez, también
hay pianistas no tan conocidos pero que me impactan mucho, como puede ser
Kathryn Stott (una pianista que hace duo con Yo-Yo Ma), Lilya Zilberstein,
Kocsis, y otros. Hace poco descubrí un pianista, apenas conocido en España,
Eric Heidsieck (de origen francés que ha que ha sido profesor
del Conservatorio de Lyon) y que grabó una integral de Sonatas de
Beethoven que me ha impresionado enormemente. Creo que hay gente que
apenas conocemos y que en un repertorio concreto son fantásticos. También
nombraría a Elza Kolodin, una pianista polaca que toca a Chopin como
nadie.
Con
respecto a pianistas de generaciones anteriores nos podemos encontrar con
sorpresas tremendas: interpretaciones con una libertad que hoy en día se
echa de menos, a la que quizás se está volviendo poco a poco después de
muchos años de un estricto y quizás mal entendido “respeto al
texto”. Por ejemplo Rosenthal o Friedman tocan un Chopin con un
refinamiento expresivo y una libertad que llega a emocionar.
¿Qué cuestión
o cuestiones importantes trata de transmitirle a sus alumnos?
Lo que más cuido en mis alumnos es la calidad de sonido y que a su vez
depende de la relajación, de no hacer tensiones. Quizás es lo primero
para mí porque suele ser el aspecto más descuidado. Además, también
intento conseguir que el alumno sepa estudiar por sí solo y que se vaya
independizando del profesor, para poder preparar las obras a través de
una comprensión del texto, desde los puntos de vista formal y armónico,
captando a su vez los aspectos expresivos (la famosa “imagen estética”
de Neuhaus, la agógica, dinámica, tímbrica) todo ello enmarcado en el
estilo del compositor; aspectos importantes para una buena memorización.
Es bueno dejarse llevar por la intuición para frasear, sentir los puntos
culminantes… pero un músico completo tiene que saber analizar, tener la
visión global de la obra, situar las tensiones según los elementos armónicos
o melódicos, conocer las figuras retóricas de la música barroca…;
este último pianista jugará con ventaja.
También
trato de despertar en ellos el afán de información, incitándoles
a leer textos complementarios a la música que interpretan, o escuchando música.
Por ejemplo, periódicamente, realizamos una sesión de crítica
comparativa discográfica de una obra, sin conocer anticipadamente los
pianistas que tocan.
También
querría decir lo importante que es tocar en público; si no se hace, el
miedo escénico es terrible. Con la práctica, se coge confianza, se
controlan los tempos y se convierte en un acto que da sentido y satisfacción
al duro trabajo del alumno…y del profesor. Los alumnos deben tocar al
menos 3 ó 4 veces en público al año.
Su labor
investigadora en el piano es encomiable. Según tenemos entendido va a
salir su tercer libro titulado “El
pedal de resonancia: el alma del piano”. ¿A quién va dirigido este
libro?
Te agradezco que digas que mi labor es encomiable. Lo hago de sumo agrado,
y creo que no tiene ningún mérito ya que en mis años de experiencia voy
acumulando información que, debido a mi espíritu analítico o
investigador, se concreta en forma de publicación. Eso sí, es una labor
agotadora, que tiene como única compensación el elogio o agradecimiento
de algún colega o estudiante.
“Contenidos
de la técnica pianística”, como su nombre indica, es un compendio
esquemático, aderezado con la opinión de muchos especialistas. En
cambio, “El
pedal de resonancia” es un libro similar a “La
digitación pianística”, en cuanto intento abordar uno de los
importantes recursos de los que dispone un pianista, de la manera más
clara y esquemática posible; pero también con muchos ejemplos, tanto de
un nivel de grado medio como de grado superior. Después de la traducción
al español del libro de Banowetz (el más completo sobre el pedal),
estuve dudando si finalizar mi trabajo y publicarlo; pero me decidí a
ello porque creo que puedo aportar una sistematización más clara junto
con otras ideas y ejemplos.
En líneas
generales, ¿hay algún aspecto crítico del pedal que toque su libro y
los pianistas no suelan ser conscientes de ello?
Pienso que el principal defecto en los alumnos es que utilizan el pedal
con demasiada tensión y con excesiva profundidad de recorrido. El pedal
tiene un amplio recorrido, y al llegar al medio o al cuarto de pedal ya se
han liberado los apagadores: si el niño se acostumbra a hacer
mucho recorrido, cuando convenga cambiar frecuentemente no podrá
utilizarlo eficazmente, y a su vez creará tensiones en su pierna. Es
importante que el pedal sea superficial y muy activo desde buen principio,
con mucha relajación. Conviene conocer todas las modalidades de pedal y
no simplemente el pedal a tiempo o a contra-tiempo.
¿Qué opina
sobre la LOGSE? ¿Ha sido positiva la reforma, ha supuesto un avance, se
ha llevado de forma correcta, etc.?
Ciñéndonos al tema del piano en la LOGSE, para mí estos nuevos planes
son un avance.
No creo que haya nadie que piense seriamente que es mejor el plan 66 que
la LOGSE. Me parecen muy interesantes las incorporaciones de este nuevo
plan: lectura a vista, improvisación, piano complementario, así como
otros aspectos en que la LOGSE hace énfasis como el repertorio contemporáneo,
la memorización o el análisis. Otra cuestión es que esto se lleve a la
práctica. Yo creo que si el profesorado tiene la voluntad necesaria para
aplicar estas cuestiones novedosas de la LOGSE, el sistema tiene que
funcionar. El problema también corre a cargo de las comunidades
respectivas para que pongan los medios necesarios y organicen cursos de
formación de profesorado; creo que son muy pocas las que lo hacen. Los
cursos privados como los organizados por la Universidad de Alcalá de
Henares suponen un esfuerzo a nivel económico y personal por parte de los
profesores interesados, aunque son iniciativas dignas de agradecer.
La
LOGSE conlleva también hacia unos departamentos más activos, que
elaboren un proyecto curricular, un plan anual… Todo
esto me interesa mucho y me parece fundamental. He realizado un artículo
donde abordo este tema, y que podéis consultar en Música y Educación
(abril de este año); se titula “Estrategias para el buen funcionamiento
de un departamento de tecla”.
Con respecto a
LOGSE, tengo la curiosidad: ¿Cuánto tiempo de dedicación semanal a la
clase de piano se concede en su comunidad?
No podemos generalizar ya que en Vitoria tenemos un grado elemental
reglado, y por ello tenemos la suerte de mantener una hora semanal de
clase lectiva de instrumento. En el grado medio también tenemos una hora
semanal hasta el tercer ciclo, en el que tenemos hora y media. Creo que es
un tiempo suficiente para poder formar a futuros profesionales.
En
las escuelas de música existe el problema (sin menospreciar en absoluto a
la estupenda tarea de los profesores) de no poder hacer un trabajo tan
intensivo por la falta del suficiente tiempo lectivo.
¿Cuál o cuáles
cree que son las mejores escuelas para formar a los pianistas en el mundo?
¿Rusia, Viena, Finlandia (¡aunque hace mucho frío!), etc.?
No hay que tomar como broma lo de Finlandia, ya que la Academia Sibelius
de Helsinki parece ser un modelo a imitar en cuanto a plan de estudios de
cursos superiores; de hecho, está saliendo una generación buenísima de
pianistas y pedagogos, como Olli Mustonen y otros.
Cuando
tengo alumnos que quieren proseguir sus estudios en el extranjero, intento
que conozcan antes a profesores, en general, organizando cursos en
Vitoria. Lo más importante no es tanto el país o el centro pero sí el
profesor con el que van a estudiar, que “conecten” bien, aunque también
es interesante que haya ambiente musical. Hay muchas opciones: yo tengo
alumnos en Rotterdam, Friburg, Londres… Es importante conocer antes al
profesor, procurando en lo posible, por mi parte, conducirles a un
profesor con una técnica no demasiado diferente, para que no se
encuentren desorientados.
De todas sus
grabaciones, ¿de cuál se encuentra más satisfecho?
En un principio creo que me encuentro de todas ellas contento y
descontento. Cuando grabo un disco intento grabar piezas que sean
novedosas y aporten algo positivo. Ya por este hecho me siento satisfecho.
Con el paso del tiempo uno va modificando, con su propia evolución, la
interpretación de las obras... no hay más remedio que aceptarlo como un
hecho natural. También me siento satisfecho de contribuir en dar a
conocer compositores jóvenes y músicas no frecuentadas. Los discos de cámara,
con música Granados, Gerhard y Montsalvage, son agradecidos por el hecho
de disfrutar y compartir la música con tus compañeros. Un aliciente añadido:
en el caso de Granados, tuve que contrastar las partituras originales con
las editadas, pues habían muchos errores, especialmente en el Trío.
Otras versiones discográficas, como la del reputado Beaux-Arts Trio, no
lo tuvieron en cuenta.
¿Qué le
recomendaría a un joven pianista que intenta abrirse paso en este mundo?
¿Son los concursos la única opción?
Los concursos son un medio fácil de darse a conocer. Hoy en día con la
proliferación de concursos que hay es casi el único medio para que te
vayan surgiendo recitales. De otro modo lo veo difícil. Sin embargo, yo
no he ganado ningún concurso importante y he tenido ocasión de tocar
bastante, aunque reconozco que es complicado. Quizás la elección de un
determinado repertorio me ha abierto caminos. Creo que András Schiff
tampoco ganó concursos importantes…
¿Qué proyectos
tiene para el futuro?
En estos momentos estoy ultimando un disco de compositores vascos de música
de cámara: obras de dúo, tanto de jóvenes compositores, como de autores
veteranos como Luis de Pablo o Carmelo Bernaola.
Para
más adelante tengo muchos proyectos: grabar las integrales pianísticas
de dos compositores jóvenes, Salvador Brotons y Agustín
Charles, que tienen un corpus pianístico de entidad de disco.
Insistiendo en el repertorio actual, para mí es muy enriquecedor poder
tocar piezas de compositores vivos, con los que puedas charlar y compartir
puntos de vistas.
En
cuanto a conciertos, esta temporada realizo un programa precioso de violín
y piano (junto a mi compañero violinista del Trío Gerhard, Víctor
Parra), con obras de Granados, Morera y Nin Castellanos.
Tengo
proyectado finalizar otra publicación, que trata sobre las “nuevas grafías”
en el repertorio pianístico español.
También
tengo previsto impartir algunos cursos en Andalucía y en Murcia, lo cual
me hace mucha ilusión porque yo tengo orígenes almerienses por parte de
mis abuelos maternos: mi segundo apellido es “López” , de Velez-Blanco
(¡un pueblecito precioso¡).
Gracias por
todo, ha sido un placer realizar esta entrevista.
|