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GIUSEPPE VERDI: "LA FORZA DEL DESTINO". Por Asier
Vallejo. Estudiante de piano en Bilbao.
Se
estrenó en 1.835 el drama del Duque de Rivas “Don Alvaro o la fuerza
del sino”, obra que pronto se convirtió en cumbre del teatro romántico
español, y que inspiraría a Verdi para crear La Forza del Destino, que se estrenó brillantemente en el Teatro
Imperial de San Petersburgo en noviembre de 1.862. Sin embargo, y a pesar
del éxito, el compositor no quedó satisfecho con el resultado y confió
a Antonio Ghislanzoni una revisión del libreto, cuyo resultado fue una versión
definitiva, muy diferente a la primera, del agrado de Verdi y del agrado
del público que llenó la Scala en el estrenó milanés, en 1869. La acción transcurre en la España del siglo XVIII. El argumento de la ópera verdiana es complejo, pero se ajusta a aquella famosa frase que resumía los dramas operísticos románticos, y que indicaba que el tenor intentaba seducir a la soprano pero que el barítono lo impedía. En este caso el tenor corresponde al personaje de Don Alvaro el indiano, que ama a Leonora de Vargas (soprano); ya que el padre de ésta, el Marqués de Calatrava (bajo), no admite esta relación, ambos planean una huida. Sin embargo esta huida se hace imposible al descubrir el padre de la joven las intenciones de la pareja; accidentalmente, voluntad del destino, el arma de Don Alvaro se dispara al caer al suelo, provocando al marqués una herida mortal. Los amantes huyen desesperadamente, por caminos distintos, ante la persecución del hijo del marqués y hermano de Leonora: Don Carlos de Vargas (barítono). Éste coincide con el indiano en un campamento militar en Italia, aunque ninguno de los dos reconoce su verdadera identidad y ambos juran una amistad eterna. Pero, casualmente, Don Carlos descubre la identidad del joven amante, y ambos se enfrentan en un duelo a muerte, que no conoce ganador ya que son separados por un grupo de soldados. Don Alvaro ingresa entonces en un convento, donde es de nuevo hallado por su rival, originando un nuevo combate en el que Carlos es herido de muerte. El destino quiere que al pedir ayuda Don Alvaro se encuentre con Leonora, que, con la ayuda del Padre Guardián (bajo), aguardaba en una ermita hasta el final de sus días. Moribundo, Don Carlos apuñala a su hermana, que fallece poco después ante las impotentes miradas de Alvaro y del Padre Guardián. Respecto
a la obra del Duque de Rivas, hay varios cambios argumentales, que son los
siguientes: los hermanos de Leonora pasan de ser dos (Carlos y Alfonso) a
ser uno solo; la resignación y el sufrimiento final de Don Alvaro en la
obra de Verdi no son más que una traducción del original suicidio en la
obra teatral; por otro lado, dos personajes de escasa aportación dramática
en la obra literaria (Preziosilla y Frai Melitón) adquieren ahora un
mayor protagonismo, que se transforma en la creación de dos importantes
roles, uno de Mezzo-Soprano y el otro de Barítono bufo. Musicalmente,
destaca la obertura (La Forza del
Destino fue la última de las óperas de Verdi con sinfonía), que
recoge los motivos del destino, de Leonora y de Don Alvaro; esta sinfonía
sigue siendo el fragmento más popular de la ópera. Leonora es una mujer
que, desde su inocencia, es arrastrada por el destino y por las
maldiciones recibidas por su padre hacía la muerte; como ella misma
indica en el primer acto, “un destino inexorable” le lleva a “extrañas
riberas”. Verdi caracteriza a Leonora con una intensa fuerza dramática,
y le otorga un monólogo (“Pace mio Dio”) en el ultimo acto que
sintetiza toda su existencia. Don Alvaro es otro personaje arrastrado por
el destino a un final desesperante y dramático. A pesar de su heroísmo y
de sus dotes militares, Alvaro nunca elige el camino de la violencia,
aunque cuando acaba practicándola el destino elige un desenlace sin
ganador pero con varios perdedores. El monólogo del acto III (“O tu che
in seno”) nos indica su origen. Muy poco tiene que ver Don Carlos con el
resto de personajes verdianos: el hermano de Leonora es ambicioso,
vengativo, joven y noble. Sacrifica su vida por el honor de su sangre, y
en sus dúos con Alvaro demuestra su odio y su ira, mientras que en su
gran escena del tercer acto Verdi nos muestra la ambición de su personaje
y su afán de venganza. Se puede decir que Don Carlos es el instrumento
utilizado por el destino para desembocar en la tragedia.
Además de los tres personajes principales, La
Forza del Destino hace un perfecto retrato de la España de la época:
un país campesino, festivo, militar y religioso. Tanto el pueblo reunido
en la taberna, como la gitana Preziosilla como el Padre Guardiano son símbolos
de la España del XVIII.
A
continuación, cito los repartos del estreno de la versión definitiva de La Forza del Destino:
Teatro de la Scala, Milán, 20-02-1869 ·
Marqués
de Calatrava: Giuseppe
Vecchi ·
Donna
Leonora de Vargas, su hija: Teresa
Stolz ·
Don
Carlos de Vargas, su hijo: Luigi
Colonnese ·
Don
Alvaro, joven indiano: Mario
Tiberini ·
Preziosilla,
una joven gitana: Ida
Benza Nagy ·
Padre
Guardiano, un monje franciscano: Marcel
Junca ·
Fra
Melitone, otro franciscano: Giacomo
Rota ·
Curra,
sirvienta de Leonora: Ester
Neri ·
Un
Alcalde: Luigi
Alessandrini ·
Mastro
Trabucco, mulero y vendedor ambulante:
Antonio Tasso · Un Cirujano militar: Vincenzo Paraboschi
Ya en nuestro siglo, La Forza
del Destino sigue siendo considerada por crítica y público como una
de las más importantes óperas escritas por Verdi. Los más grandes
interpretes de esta obra hicieron disfrutar al público en las décadas de
los cincuenta y de los sesenta; María Callas imprimió a Leonora un
dramatismo inédito, pero nunca llegó a brillar tanto en este papel como
su gran rival Renata Tebaldi, cuya voz de irresistible belleza y dominio
absoluto del fraseo la llevaron a ser, posiblemente, la más importante
Leonora de aquella época, a pesar de sus carencias como actriz. Contemporánea
de Callas y Tebaldi, Zinka Milanov, soprano de grandísima personalidad,
fue la única capaz de hacerles sombra; el testigo de estas voces
sobrehumanas lo recogieron Leontyne Price y Martina Arroyo. Como
Preziosilla, papel muy querido por las Mezzos, destacaron Giuletta
Simionatto, Fedora Barbieri y Oralia Domínguez antes, y
Fiorenza Cossotto y Dolora Zajick posteriormente, sin olvidar la
gracia de Shirley Verrett.
En el apartado masculino, Verdi creó dos de los personajes más exigentes
en cuanto a arrebato y heroísmo se refiere: Don Alvaro y Don Carlos.
Richard Tucker ha sido un Don Alvaro excelente; más aun, Richard Tucker
ha sido Don Alvaro. La personalidad heroica y valiente que otorgó al
indiano ha quedado para la posteridad en varias grabaciones, entre ellas
una con María Callas. La arrolladora voz de Mario del Mónaco, la
impresionante creación de Franco Corelli, el gusto por la perfección de
Carlo Bergonzi o la majestuosidad de Plácido Domingo complementan el
elenco de voces que han destacado con el papel protagonista. Como Don
Carlos, encontramos voces como las de Ettore Bastianini, que suple sus
carencias expresivas con un potente y poderoso registro; Leonard Warren,
que falleció en plena representación de esta misma ópera en 1960, fue
un Carlos soberbio; Piero Cappucilli sabe enfrentarse con el Alvaro de
Bergonzi, con el que formó pareja en muchísimas ocasiones. Por último,
el Padre Guardiano, ha atraído a los más importantes bajos, como Boris
Christoff, Cesare Siepi, Ruggero Raimondi o Nicolai Ghiarouv. La guinda a
un sinfín de excelentes interpretes la ponen dos cantantes, una soprano y
el otro tenor, que pasarán a la historia como una de las parejas
Leonora-Don Alvaro más compenetradas: María Caniglia y Galliano Masini.
Para acabar con esta grandísima ópera, y siempre bajo mi punto de vista,
recomiendo, por orden de preferencia las que son las versiones más
completas que nos deja la discografía: (Orden de intérpretes: Don Alvaro,
Don Carlos, Leonora Padre Guardiano, Preziosilla; Orquesta y Coro;
Director de orquesta): -
M.
del Mónaco, E. Bastianini, R. Tebaldi, C. Siepi, G. Simionato; Orquesta y
Coro de la Academia de Santa Cecilia de Roma; F. Molinari-Pradelli; (1955)
DECCA -
C.
Bergonzi, P. Cappucilli, M. Arroyo, R. Raimondi, B. Casoni; Ambrosian
Opera Chorus, Royal Philarmonic Orchestra; L. Gardelli; (1969) EMI -
R.
Tucker, C. Tagliabue, M. Callas, N. Rossi-Lementi, E. Nicolai; Orquesta y
Coro del Teatro de la Scala de Milán; T. Serafín; (1954) EMI -
G.
Masini, C. Tagliabue, M. Caniglia, T. Pasero, E. Stignani; Orquesta y Coro
del EIAR de Turín; G. Marinuzzi; (1943) FONIT-CETRA (grabación en vivo) -
R.
Tucker, L. Warren, Z. Milanov, C. Siepi, R. Elias; Orquesta y Coro del
Metropolitan de Nueva York; F. Stiedry; (1956) MYTO (grabación en vivo) SOBRE
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R.Alier, Marc Heilbron, Fernando Sans Rivière; Enciclopedias Planeta
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