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Número 12º - Enero 2001


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GIUSEPPE VERDI: "LA FORZA DEL DESTINO".

Por Asier Vallejo. Estudiante de piano en Bilbao.
 


Giuseppe Verdi


 
        Todos sabemos que este año se cumple el centenario de la muerte de Verdi, pero no es lo único que se puede conmemorar: en el 2001 se cumplirán doscientos años del nacimiento de Bellini, veinte de la muerte del genial director de orquesta Karl Böhm, ochenta de la muerte de Enrico Caruso y de los nacimientos de Franco Corelli, Giuseppe di Stefano y Mario Lanza, etc… También será un año en el que nos quedarán más lejos los fallecimientos de Pilar Lorengar y Alfredo Kraus, aun demasiado recientes. Un siglo en el que surgirán voces nuevas, batutas importantes, creadores nuevos y originales, pero nunca sin olvidar al anciano siglo XIX. Supongo que el día 27 de enero, a las 2:50 horas, todos recordaremos que cien años atrás dijo adiós a la vida un señor humilde que dio grandiosidad a todo un genero musical como la ópera: Giuseppe Verdi. Desde aquí vamos a hacer un repaso a sus obras más importantes de entre lo mucho que compuso.     

Se estrenó en 1.835 el drama del Duque de Rivas “Don Alvaro o la fuerza del sino”, obra que pronto se convirtió en cumbre del teatro romántico español, y que inspiraría a Verdi para crear La Forza del Destino, que se estrenó brillantemente en el Teatro Imperial de San Petersburgo en noviembre de 1.862. Sin embargo, y a pesar del éxito, el compositor no quedó satisfecho con el resultado y confió a Antonio Ghislanzoni una  revisión del libreto, cuyo resultado fue una versión definitiva, muy diferente a la primera, del agrado de Verdi y del agrado del público que llenó la Scala en el estrenó milanés, en 1869.

 La acción transcurre en la España del siglo XVIII. El argumento de la ópera verdiana es complejo, pero se ajusta a aquella famosa frase que resumía los dramas operísticos románticos, y que indicaba que el tenor intentaba seducir a la soprano pero que el barítono lo impedía. En este caso el tenor corresponde al personaje de Don Alvaro el indiano, que ama a Leonora de Vargas (soprano); ya que el padre de ésta, el Marqués de Calatrava (bajo), no admite esta relación, ambos planean una huida. Sin embargo esta huida se hace imposible al descubrir el padre de la joven las intenciones de la pareja; accidentalmente, voluntad del destino, el arma de  Don Alvaro se dispara al caer al suelo, provocando al marqués una herida mortal. Los amantes huyen desesperadamente, por caminos distintos, ante la persecución del hijo del marqués y hermano de Leonora: Don Carlos de Vargas (barítono). Éste coincide con el indiano en un campamento militar en Italia, aunque ninguno de los dos reconoce su verdadera identidad y ambos juran una amistad eterna. Pero, casualmente, Don Carlos descubre la identidad del joven amante, y ambos se enfrentan en un duelo a muerte, que no conoce ganador ya que son separados por un grupo de soldados. Don Alvaro ingresa entonces en un convento, donde es de nuevo hallado por su rival, originando un nuevo combate en el que Carlos es herido de muerte. El destino quiere que al pedir ayuda Don Alvaro se encuentre con Leonora, que, con la ayuda del Padre Guardián (bajo), aguardaba en una ermita hasta el final de sus días. Moribundo, Don Carlos apuñala a su hermana, que fallece poco después ante las impotentes miradas de Alvaro y del Padre Guardián.

Respecto a la obra del Duque de Rivas, hay varios cambios argumentales, que son los siguientes: los hermanos de Leonora pasan de ser dos (Carlos y Alfonso) a ser uno solo; la resignación y el sufrimiento final de Don Alvaro en la obra de Verdi no son más que una traducción del original suicidio en la obra teatral; por otro lado, dos personajes de escasa aportación dramática en la obra literaria (Preziosilla y Frai Melitón) adquieren ahora un mayor protagonismo, que se transforma en la creación de dos importantes roles, uno de Mezzo-Soprano y el otro de Barítono bufo.

Musicalmente, destaca la obertura (La Forza del Destino fue la última de las óperas de Verdi con sinfonía), que recoge los motivos del destino, de Leonora y de Don Alvaro; esta sinfonía sigue siendo el fragmento más popular de la ópera. Leonora es una mujer que, desde su inocencia, es arrastrada por el destino y por las maldiciones recibidas por su padre hacía la muerte; como ella misma indica en el primer acto, “un destino inexorable” le lleva a “extrañas riberas”. Verdi caracteriza a Leonora con una intensa fuerza dramática, y le otorga un monólogo (“Pace mio Dio”) en el ultimo acto que sintetiza toda su existencia. Don Alvaro es otro personaje arrastrado por el destino a un final desesperante y dramático. A pesar de su heroísmo y de sus dotes militares, Alvaro nunca elige el camino de la violencia, aunque cuando acaba practicándola el destino elige un desenlace sin ganador pero con varios perdedores. El monólogo del acto III (“O tu che in seno”) nos indica su origen. Muy poco tiene que ver Don Carlos con el resto de personajes verdianos: el hermano de Leonora es ambicioso, vengativo, joven y noble. Sacrifica su vida por el honor de su sangre, y en sus dúos con Alvaro demuestra su odio y su ira, mientras que en su gran escena del tercer acto Verdi nos muestra la ambición de su personaje y su afán de venganza. Se puede decir que Don Carlos es el instrumento utilizado por el destino para desembocar en la tragedia.  Además de los tres personajes principales, La Forza del Destino hace un perfecto retrato de la España de la época: un país campesino, festivo, militar y religioso. Tanto el pueblo reunido en la taberna, como la gitana Preziosilla como el Padre Guardiano son símbolos de la España del XVIII.       

 

A continuación, cito los repartos del estreno de la versión definitiva de La Forza del Destino:

LA FORZA DEL DESTINO (VERDI)

          Teatro de la Scala, Milán, 20-02-1869

 ·       Marqués de Calatrava: Giuseppe Vecchi

·       Donna Leonora de Vargas, su hija: Teresa Stolz

·       Don Carlos de Vargas, su hijo: Luigi Colonnese

·       Don Alvaro, joven indiano: Mario Tiberini

·       Preziosilla, una joven gitana: Ida Benza Nagy

·       Padre Guardiano, un monje franciscano: Marcel Junca

·       Fra Melitone, otro franciscano: Giacomo Rota

·       Curra, sirvienta de Leonora: Ester Neri

·       Un Alcalde: Luigi Alessandrini

·       Mastro Trabucco, mulero y vendedor ambulante: Antonio Tasso

·       Un Cirujano militar: Vincenzo Paraboschi

             Ya en nuestro siglo, La Forza del Destino sigue siendo considerada por crítica y público como una de las más importantes óperas escritas por Verdi. Los más grandes interpretes de esta obra hicieron disfrutar al público en las décadas de los cincuenta y de los sesenta; María Callas imprimió a Leonora un dramatismo inédito, pero nunca llegó a brillar tanto en este papel como su gran rival Renata Tebaldi, cuya voz de irresistible belleza y dominio absoluto del fraseo la llevaron a ser, posiblemente, la más importante Leonora de aquella época, a pesar de sus carencias como actriz. Contemporánea de Callas y Tebaldi, Zinka Milanov, soprano de grandísima personalidad, fue la única capaz de hacerles sombra; el testigo de estas voces sobrehumanas lo recogieron Leontyne Price y Martina Arroyo. Como Preziosilla, papel muy querido por las Mezzos, destacaron Giuletta Simionatto, Fedora Barbieri y Oralia Domínguez antes, y  Fiorenza Cossotto y Dolora Zajick posteriormente, sin olvidar la gracia de Shirley Verrett.

             En el apartado masculino, Verdi creó dos de los personajes más exigentes en cuanto a arrebato y heroísmo se refiere: Don Alvaro y Don Carlos. Richard Tucker ha sido un Don Alvaro excelente; más aun, Richard Tucker ha sido Don Alvaro. La personalidad heroica y valiente que otorgó al indiano ha quedado para la posteridad en varias grabaciones, entre ellas una con María Callas. La arrolladora voz de Mario del Mónaco, la impresionante creación de Franco Corelli, el gusto por la perfección de Carlo Bergonzi o la majestuosidad de Plácido Domingo complementan el elenco de voces que han destacado con el papel protagonista. Como Don Carlos, encontramos voces como las de Ettore Bastianini, que suple sus carencias expresivas con un potente y poderoso registro; Leonard Warren, que falleció en plena representación de esta misma ópera en 1960, fue un Carlos soberbio; Piero Cappucilli sabe enfrentarse con el Alvaro de Bergonzi, con el que formó pareja en muchísimas ocasiones. Por último, el Padre Guardiano, ha atraído a los más importantes bajos, como Boris Christoff, Cesare Siepi, Ruggero Raimondi o Nicolai Ghiarouv. La guinda a un sinfín de excelentes interpretes la ponen dos cantantes, una soprano y el otro tenor, que pasarán a la historia como una de las parejas Leonora-Don Alvaro más compenetradas: María Caniglia y Galliano Masini.

            Para acabar con esta grandísima ópera, y siempre bajo mi punto de vista, recomiendo, por orden de preferencia las que son las versiones más completas que nos deja la discografía: (Orden de intérpretes: Don Alvaro, Don Carlos, Leonora Padre Guardiano, Preziosilla; Orquesta y Coro; Director de orquesta):

-        M. del Mónaco, E. Bastianini, R. Tebaldi, C. Siepi, G. Simionato; Orquesta y Coro de la Academia de Santa Cecilia de Roma; F. Molinari-Pradelli; (1955) DECCA

-        C. Bergonzi, P. Cappucilli, M. Arroyo, R. Raimondi, B. Casoni; Ambrosian Opera Chorus, Royal Philarmonic Orchestra; L. Gardelli; (1969) EMI

-        R. Tucker, C. Tagliabue, M. Callas, N. Rossi-Lementi, E. Nicolai; Orquesta y Coro del Teatro de la Scala de Milán; T. Serafín; (1954) EMI

-        G. Masini, C. Tagliabue, M. Caniglia, T. Pasero, E. Stignani; Orquesta y Coro del EIAR de Turín; G. Marinuzzi; (1943) FONIT-CETRA (grabación en vivo)

-        R. Tucker, L. Warren, Z. Milanov, C. Siepi, R. Elias; Orquesta y Coro del Metropolitan de Nueva York; F. Stiedry; (1956) MYTO (grabación en vivo)

  

SOBRE VERDI:

 ·       Verdi; Fernando Fraga; Guías Scherzo

·       Ópera; András Batta; Könemann

·       La discoteca ideal de la ópera; R.Alier, Marc Heilbron, Fernando Sans Rivière; Enciclopedias Planeta