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MAGDALENA KOZENÁ,
EN IMPARABLE ASCENSO
Por
"Don Profondo".
Es
aún bastante joven: tan sólo veintiocho años. A pesar de ello, ya
se ha convertido en una de las grandes estrellas de Deutsche
Grammophon, sello tan necesitado como los demás de encontrar nombres
atractivos para todo tipo de público, es decir, eminentemente
comerciales al tiempo que de calidad, que sustituyan a los de las
grandes figuras de antaño. Magdalena Kozená lo tiene todo: un
hermoso, potente y extenso instrumento, una gran musicalidad y, no
menos importante, un físico muy atractivo. Sus contratos son cada vez
más relevantes y su fama crece por doquier. No parece equivocado, por
tanto, pensar que la mezzo checa va a ser una de las grandes figuras
del canto de las primeras décadas del nuevo siglo.
En
poquísimo tiempo ha grabado diez discos para DG y su sección de música
antigua, Archiv. Ello nos habla de la gran confianza en ella
depositada, sobre todo si pensamos que a otros grandes divos del
canto, el piano o la batuta les han anulado sus compromisos. De todos
esos registros, y coincidiendo con la gira que ha realizado por España,
nos toca comentar tres. El primero es un recital de arias de Bach
grabado con una agrupación historicista checa, Musica Florea, bajo la
solvente dirección del desconocido Marek Stryncl.
No es el acompañamiento lo que interesa, de todas formas, sino la
intervención de la cantante. Comedida y alejada de cualquier tipo de
divismo, la Kozená nos ofrece versiones luminosas y musicales, a
veces un tanto impersonales y ajenas al contenido dramático, pero
siempre cantadas con gusto e intensidad. Disco de muy agradable
escucha, representativo de las grandes posibilidades de la cantante en
este repertorio.
El
segundo es uno de los tres discos Haendel grabados junto a su buen
amigo Marc Minkowski y la agrupación que éste lidera, Les Musicians
du Louvre. Si hemos de ser sinceros, no nos parece el acompañamiento
ideal para estas hermosas obras religiosas. Antes al contrario, nos
resulta la suya una dirección un tanto plana, sin garra, por mucho
que la mezzo insita en las entrevistas en que precisamente se
caracteriza por el dramatismo y la espontaneidad. Ella sí que está
bien. Más que eso: fabulosa. Escúchese el Salve Regina para
comprobar cómo recrea de manera portentosa
todas y cada una de las palabras del texto. La comunicatividad
se convierte en el principal arma de la mezzo, que con su voz fresca y
connatural buen gusto termina llevándonos al huerto. Se nota, por lo
demás, que el autor de El Mesías es uno de sus preferidos,
por lo que es de esperar que en el futuro nos ofrezca nuevas
incursiones en su obra. La larga duración del compacto hace más
atractiva su compra, sobre todo para quien no posea estas páginas.
Finalmente tenemos un
disco sorprendente: canciones de Dvorák, Janacek y Martinu.
Repertorio en principio alejado de la imagen que tenemos de la Kozená,
pero que ella misma, y no la discográfica, se ha empeñado en
registrar. De
hecho es un disco a priori poco comercial, a pesar de que las páginas
escogidas sean todas hermosísimas y apenas contásemos con
alternativas (las Mélodies pour une amie de mon pays de
Martinu son primera grabación mundial). En cuanto a la interpretación,
hemos de compartir la opinión de quienes señalan que la cantante
todavía puede madurar en este
género, pero aún así convence por la comunicatividad que inyecta a
sus recreaciones. La óptima labor del incansable Graham Johnson, el
gran pianista actual para los lieder, hace subir el nivel
interpretativo. Sea como fuere, sólo por el programa ya merece la
pena comprar este cedé, imprescindible para los especialmente
interesados en la música checa, y muy recomendable para los amantes
del lied en general. Como la incluimos en esta página, no hace falta
insistir en lo hermoso de la portada. Esperemos nuevas grabaciones de
la diva, pues a tenor de lo que hasta ahora nos ha ofrecido sólo
podemos esperar grandes cosas.
Bach:
Arias.
Musica Florea, Marek Stryncl. 54’.
Archiv 457 367-2.
Haendel: Laudate
pueri Dominum, Salve Regina, Dixit Dominus, Saeviat tellus Inter
rogores.
A. Massis (soprano), S. Fulgoni (contralto), P. Henckens, K. McLean-Mair
(tenores), M. Pujol (bajo).
Les
Musicians du Louvre, Marc Minkowski. 78’.
Archiv 459
9627-2.
Love Songs.
Lieder de Dvorák, Janacek y Martinu.
Graham Johnson, piano. 67’.
Deutsche Grammophon, 463 472-2.
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