¿Existía alguna tradición musical en su familia?
Mucho gusto por la música sí, toda mi familia y antepasados tanto
paternos como maternos han sido melómanos pero no profesionalmente.
¿Por qué eligió el piano en vez de otro instrumento? ¿Fue su
decisión?
No recuerdo muy bien. Mi gusto por el piano vino porque en mi casa había
piano. En plan lúdico mi padre y mi madre me enseñaban alguna pieza muy
sencilla desde muy pequeño.
¿Cuándo tuvo claro que su vida iba a ser el piano?
Cuando me fui a Alemania a estudiar con Kurt Seibert después de hacer
décimo de piano en Málaga. La decisión no era fácil pero pudo más la
pasión por el piano que la razón o los consejos familiares.
Entre todos sus profesores, ¿de quién se considera discípulo y
por qué?
De Kurt Seibert pues con él estudié seis años el piano durante mi
carrera de música en la "Hochschule" de Bremen y a él le debo
mi formación pianística aunque tuve otros maestros a los que también le
debo parte de mi formación musical.
Es difícil conocer a alguien tan joven y sin embargo con tanto
bagaje concertístico como usted. ¿Qué siente cada vez que toca en
público? ¿Aún tiene nervios?
Los nervios dependen, yo creo, de la responsabilidad del concierto. No ha
sido lo mismo un concierto en la sala Siebold de Bonn o en el Teatro
Colón de Buenos Aires que en una gala del Rotary Club en Baviera. Yo
siempre procuro prepararlo bien y tocar al más alto nivel que puedo pero
no sé por qué, dependiendo de lo formal del concierto, se tiene un
estado de ánimo distinto. De cualquier manera no tengo nervios, no.
Cuando subo al escenario y estoy tocando no me dan ganas de bajar. Es lo
más apasionante. Ese sentir la transmisión del arte de la obra y de tu
interpretación hacia los oyentes es indescriptible pero si a algo se
pudiera comparar sería al goce amoroso, a la comunicación entre amantes.
¿Qué cosas recuerda con cariño y qué cosas le gustaría cambiar
tras su paso por el Conservatorio Superior de Música de Málaga?
Hombre, pues... con cariño recuerdo muchas situaciones y a muchas
personas, sobre todo a Dñª. Pilar y a Dñª. Carmen que fueron las que
me iniciaron en el solfeo y en el piano. Y de cambiar cosas... cuando yo
estaba en el Conservatorio de Málaga era muy joven y, supongo que no
tendría el criterio maduro como para atreverme a aconsejar nada a nadie.
¿Qué diferencias ha encontrado entre la enseñanza musical en
Alemania y la española?
Lo que más me impresionó en la primera clase con el Profesor Kurt
Seibert fue que en su aula me sentó en un piano Steinway donde me veía
en un gran espejo todos mis dedos desde distintos ángulos, y él, al lado
en otro piano igual, tocaba todo lo que yo le llevaba; y cuando me
aconsejaba mover la mano o el brazo o el cuarto dedo, lo hacía él
primero. Y así siguió los tres primeros años de la carrera. La manera
de dar clase es totalmente distinta, pero esto no se puede contestar con
una pregunta de una entrevista porque es demasiado complejo.
¿Resulta difícil para alguien joven como usted abrirse paso en
este mundo del concertismo?
Sí. En Alemania se me estaban poniendo las cosas más fáciles porque ya
me estaban conociendo, sobre todo después de estos dos últimos años de
conciertos, en el norte y en Baviera, pero he decidido venir a Madrid y
abrirme camino en España. Si fuera posible no querría quedarme en
Alemania para siempre aunque conservo mis mejores amistades allí.
¿Considera imprescindible la necesidad de salir de Málaga para
triunfar? ¿Por qué aquí no reconocemos los talentos hasta que ya se han
consagrado fuera?
Yo creo que no es imprescindible salir, pero a mi me vino bien salir
porque aquí no se me abrían más horizontes y desde luego estos seis
años en Alemania han sigo magníficos. El triunfo es algo efímero. El
aplauso es muy bonito recibirlo pero se pasa rápido. En el momento en que
entras a los camerinos a limpiarte el sudor ya ha pasado el triunfo y el
aplauso. Lo que creo que debemos perseguir es el triunfo diario con el
trabajo constante y metódico para que el arte musical perdure y se siga
perfeccionando. Y respecto a lo que me preguntas de ser consagrado fuera,
pues no te sé responder, pero bueno, yo creo que antes de salir de
Málaga se valoraba mi arte hasta el listón al que yo llegaba. Lo que
pasa es que aquí no hay una mayoría de la sociedad que valora el arte
musical y en concreto el arte del piano. Aquí la mayoría del pueblo
valora más otros aspectos del arte como la copla o el flamenco o los
bailes rocieros; y los alemanes carecen de esos aspectos del arte y
contratan a pianistas para cualquier acontecimiento incluso en "Haus
Konzerte" bueno, quiero decir conciertos en privado donde unas
cuantas familias con formación y gusto musical contratan a un pianista
para oír un concierto en su casa. Es decir, que hay más demanda de arte
musical clásico.
¿Cree usted que los concursos son la única manera de destacar para
los jóvenes pianistas?
Bueno, yo me presentaba a concursos de niño y adolescente cuando no
sabía en qué consistían, pero yo he dado muchos conciertos sin
necesidad de que me dieran premios en concursos. Hay quien considera la
música como una competición deportiva. Yo no lo veo así. El arte lo
considero fuera del marco de la competición, pero parece ser que otros no
lo ven así. El concierto es lo gratificante porque es donde se disfruta
con la música. Yo creo que los que participan en concursos ven al resto
de los pianistas no como compañeros artistas sino como enemigos y eso me
parece un disparate.
De los pianistas actuales y de los históricos, ¿Cuáles son sus
ídolos?
De los históricos tengo especial preferencia hacia los profesores de mi
maestro: Conrad Hansen y Edwin Fischer y a otro condiscípulo de Fischer
que era Claudio Arrau. Además pertenecen a la escuela tradicional alemana
de piano. Y de los actuales quizá a Kristian Zimerman, también a Alfred
Brendel, aunque yo voy a muchos conciertos y trato de valorar lo mejor de
cada uno. Es que andar comparando a ver quién es el mejor, no me lo
planteo, porque ya te digo que no considero el arte como comparación y
competición porque de todos los pianistas se puede sacar aspectos
positivos. Desde luego no tengo ídolos, sino que considero a los
distintos pianistas como profesionales que unos son más serios que otros
o más trabajadores que otros. Lo que trato yo en los conciertos es sobre
todo de observar cómo entiende cada uno la obra que interpreta.
¿Se considera especialista en algún tipo de repertorio? ¿Qué
compositores admira especialmente? ¿Por qué se siente identificado con
ese estilo?
No me parece adecuada la especialización, puesto que se dejarían de lado
a muchos compositores interesantes y siempre he tratado de interpretar a
compositores de diferentes estilos y épocas, desde Scarlatti hasta
Berstein. Mi formación en Alemania se ha centrado principalmente en
compositores del barroco, romanticismo y postromanticismo alemán, por lo
que tengo un profundo conocimiento en el repertorio que abarca estas
épocas.
En la actualidad, ¿hacia dónde ha evolucionado la interpretación
pianística? ¿Qué diferencias observa entre los pianistas de ahora y los
de hace un siglo?
La evolución se observa sobre todo en la perfección interpretativa. Hoy
en día se entiende como buena música aquella que está interpretada
correctamente y con un menor número posible de notas falsas. Lo más
interesante creo que es buscar un grado en la interpretación en la cual
utilices mecanismos que no se encuentren en la partitura. En este caso es
más importante la imaginación que el conocimiento. De los pianistas de
hace un siglo sólo conozco algunas grabaciones de D'Albert, Busoni y del
mismo Reger realizadas con un aparato denominado "Welt de Mignon".
Los pianistas ejecutaban y al mismo tiempo un punzón hacía unos
agujeritos en una especie de rollo que correspondía al grado de
intensidad y de tempo. Después se ponía en marcha el rollo otra vez y
los macillos del aparato golpeaban las teclas del piano con lo que se
podía escuchar nuevamente la interpretación. Tuve la oportunidad de
conocer ese aparato en una conferencia en Alemania, y el privilegio de
escuchar a estos pianistas históricos en un Steinway moderno gran cola.
Los pianistas actuales tienen un criterio formado por todo lo anterior que
hubo, así que me parece que no tiene demasiado sentido establecer
diferencias. Imagínate que queremos establecer diferencias entre García
Lorca y Bécquer. No le veo demasiado sentido a esa pretensión.
¿Ha dado clases alguna vez?
Sí. He dado clases en Alemania y aquí en España antes de irme.
Considero que la enseñanza enriquece tanto al alumno como al profesor,
por lo menos a mí me ha ocurrido eso.
¿qué cuestión o cuestiones importantes trata de transmitirle a
sus alumnos por encima de otros aspectos?
Creo que para dar clase se necesita muchísima preparación incluso
anatómica. Si alguna vez me dedicara primordialmente a la enseñanza del
piano, cosa que todavía no me he planteado, me gustaría hacerlo a la
altura de Kurt Seibert. Y por supuesto enseñar lo que yo antes haya
trabajado y ofrecido en conciertos.
¿Cuál cree que es la mejor escuela pianística en la actualidad?
Yo sólo conozco a fondo la escuela alemana: la de Edwin Fisher, Conrad
Hansen y Kurt Seibert y los ocho discípulos de Seibert entre los que me
encuentro. Claudio Arrau es un histórico también de nuestra escuela.
Como he sido formado durante seis años en esta escuela creo que es muy
difícil ser objetivo. Tendría que estar el mismo tiempo en Estados
Unidos o en Inglaterra o en Francia para hablar con pleno conocimiento de
causa.
Tenemos entendido que ha grabado un CD hasta la fecha. ¿Cómo puede
conseguirse dicho CD? ¿De todas las piezas grabadas en su primer CD,
cuál es de la que se encuentra más satisfecho?
Sí, es una antología de obras que he tocado y grabado en directo en mis
conciertos. Casi siempre he encargado a alguien que enchufara la grabadora
y de esas grabaciones, en los estudios Soundwerft de Alemania, han sacado
el master para editar el disco. Se han vendido dos ediciones en Alemania.
En Málaga hay todavía algunos discos de la primera edición en la tienda
de música "Polifonía". Me encuentro satisfecho de todas.
¿Qué le recomendaría a un joven pianista que quiere abrirse paso
en este mundo?
Pues la verdad es que no lo sé. Porque yo me abrí paso en Alemania
después de ganar la beca "Wardwell" de la Fundación
"Alexander von Humboldt", que me permitió vivir durante tres
años muy holgadamente y sin preocuparme por el dinero, que es lo que hice
yo, hacer la carrera en una Universidad y participar en festivales, y de
ahí me contrataron todos los conciertos en Alemania y fuera de Alemania,
pero aquí, a partir de Octubre, después de un concierto que daré en
Madrid el 1 de Octubre seré también un joven pianista que tiene que
abrirse paso en este mundo del piano. Porque de momento tengo la
intención de quedarme en España.
¿Qué futuros proyectos tiene en mente: grabaciones, conciertos,
concursos, etc.?
Fundamentalmente seguir estudiando y ampliando repertorio para ulteriores
conciertos. En Noviembre tocaré algunas sonatas de Beethoven en Baviera.
También quiero comenzar un doctorado en la Universidad Autónoma de
Madrid y seguir con las grabaciones. En cuando a los concursos ya le dije
antes lo que pienso.