|
|
MÚSICA VASCA: EL ORIGEN DE UNA MÚSICA Por Asier Vallejo Ugarte. Estudiante de piano.
Dicen que fue el propio Túbal, célebre astrólogo,
filósofo, matemático y padre de la música, el que introdujo en tierras
vascas este arte cuando asentó su tribu en las montañas del Pirineo. No
deja de ser una leyenda, quizás no errónea, pero muy dudosa si tenemos
en cuenta que Túbal no fue ciertamente el padre de la música, título
que debería ostentar Júbal, “padre de cuantos manejan el kinnor y el
ougab” (*1).
Leyenda, historia, mito… alejado de la realidad nos parece. La música
no tiene más padre que el tiempo; nadie puede asegurar con precisión cuándo
y cómo nació la música, y nadie lo hará. Parecería lógico pensar que
la música existe desde que existe la razón, puesto que es una necesidad
intelectual propia del ser humano. Las hipótesis se disparan, desde la de
Darwin (que calificó a la música medio de selección, de recurso del
hombre a la hora de descubrir su corazón) hasta la de Bucher (que afirmó
que la música era una herramienta matemática para el orden social). Lo
cierto es que las hay más convincentes. Spencer dijo que la música era
un lenguaje de ámbito festivo o ritual, relativo al hombre desde la
palabra. También se puede entender que nuestro arte nació en el Paleolítico,
con la llegada de la percusión, llegando el hombre a crear ritmos
mediante la carraca o el tambor. Siguiendo una línea cronológica, la
melodía instrumental llegaría mucho después, allá por el Neolítico,
con una sociedad moderna y avanzada, cuando se trata de imitar la voz
humana a través de ciertas cañas o tubos creados a partir de hueso o
cuerno; poco después, se le harían agujeros al tubo, creando sonidos
nuevos. Estamos ante la invención de la flauta.
Si ya decíamos antes que era difícil precisar información sobre
el origen de la música en su conjunto, referirnos concretamente a la génesis
y desarrollo inicial de dicho arte en tierras vascas es, consecuentemente,
de mayor dificultad. El euskera
es, ya se sabe, una lengua desconocida aun para los filólogos o
investigadores y, por lo tanto, no es conveniente por el momento ligar su
origen al de la música vasca. Es verosímil que hayan caminado juntas
durante siglos, y también lo es que tengan las mismas raíces. Sin
embargo, ignorando el origen de dicha lengua, más conviene analizar
hechos concretos, como los siguientes:
Nos cuenta José Antonio Arana Martija (*2) que en la villa de
Isturitz, en la Baja Navarra, se descubrió en 1.895 una cueva en la que,
entre otros materiales prehistóricos vascos, se halló “un hueso de ave
con tres agujeros que apareció en el más antiguo estrato auriñaciense”,
es decir, de la primera época del paleolítico superior; “se observó
–añade Arana- que, tratándose de una flauta con tres agujeros, precedía
en muchos siglos a la aparición de un instrumento semejante en otras
culturas”. En efecto, y como ya he mencionado antes, lo que actualmente
entendemos como el instrumento predecesor de la flauta sería originario
del periodo final del paleolítico (el periodo magdaleniense), por lo que
“si ha de darse crédito a los arqueólogos (…) es, sin duda, el
instrumento de este tipo más antiguo de todas las culturas del mundo”.
Tampoco se descarta que sea el antecesor del Txistu que, como el lector
conocerá, es uno de los instrumentos más representativos del folklore
musical vasco.
José Miguel de Barandiarán, por su parte, descubrió en Forua la
cueva de Atxeta, y halló en ella un objeto que describe de la siguiente
forma (*3): “Un cuerno de ciervo (base) con tres pitones, de los que uno
está ahuecado en forma de tubo. Este tiene su punta rodeada de un surco,
y en la base un orificio con varias ranuras a sus lados: ha podido servir
de silbato.” Aunque en un principio se sostuvo que el objeto pertenecía
a la Edad de Bronce, cierto profesor americano afirmó que el instrumento
databa de una época muy anterior, siendo de una antigüedad mayor que los
similares del resto del planeta.
Si nos fiamos de las conclusiones de los investigadores de estos
casos, quizás podamos afirmar con precaución que la tierra vasca fue
precursora en el uso de los instrumentos musicales no exclusivamente rítmicos
o, al menos, que la música vasca es originaria de su tierra. El no serlo
no representaría una paradoja, ya que, como en muchos otros lugares del
mundo, la cultura se importa, y es dentro del lugar importado donde la
cultura cambia, se amolda a los intereses o necesidades de cada lugar, y
son muchos los musicólogos que creen que este el caso de los vascos.
Pruebas concluyentes no existen, pero sí ciertas coincidencias que, en
ocasiones, más que abrir el camino lo nublan. Resurrección Mª de Azkue,
eminente musicólogo, sostuvo que existía una relación entre la música
vasca y la griega, basándose en el Himno de Apolo, hallado en Grecia hace más de 2.000 años, y que
presenta el compás de 5/8 (que se cree propio del cancionero vasco).
Sabin Salaberri, en el libro “Música Alavesa”, descarta que la música
celta y la vasca compartan raíces, como en ocasiones se ha querido ver,
sino que las similitudes entre ambas se deben al cruce entre culturas.
Las especulaciones no retratan una realidad; y por ello creemos que
son los hechos concretos, las pruebas contrastadas y verificadas las que
nos aportarán una solución fiable. Algunos, muy orgullosos, queremos
creer en el origen propio, en la capacidad de nuestros antepasados de
crear un estilo artístico que viviría durante los siglos. La música ha
sido, además, históricamente un arte adecuada para los vascos; así lo
creía don Miguel de Unamuno (*4).
“El vasco es pobre en imaginación artística, no en sentimiento;
son cosas distintas. Siente, pero no sabe expresar; tiene la materia, la
forma se le escapa. Así es que de las artes es más apto para aquella que
exige más sentimiento, menos imaginación: la música”
Es difícil despedirse de un artículo de mejor forma que con
palabras de un bilbaíno célebre, como Unamuno. Él fue apto para pensar. BIBLIOGRAFÍA 1.
José Subira, “Historia de la música” Salvat Ed. S.A. (Barcelona, 1.958) 2.
José Antonio de Arana Martija, “Música
Vasca” Caja de Ahorros Vizcaína 1.987, Biblioteca Musical del País
Vasco 3.
José Miguel de Barandiarán, “Excavaciones
en Atxeta” 2ª Memoria, Imp. Provincial de Vizcaya (Bilbao, 1.961) 4.
Miguel de Unamuno, “Espíritu
de la raza vasca” conferencia pronunciada en 1.887 Ob. Comp. Afrodísio
Aguado S.A. (Madrid, 1.958) -
“Música Vasca” José Antonio Arana Martija Caja
de Ahorros Vizcaína 1.987 Biblioteca
Musical del País Vasco -
“La música en Alava” Sabin Salaberri … - “De
música vasca” Padre José Antonio de Donostia, Padre Francisco de
Madina. Editorial
Vasca Ekin (Buenos Aires, 1.943) |