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Already It Is
Dusk / Quasi una Fantasia Por Pablo Vázquez Gómez. Guionista y articulista.
H.M. Górecki,
uno de los grandes compositores que más destacaron durante la transición
musical contemporánea, se abriga ahora en estos nuevos tiempos bajo los
sones más actuales del grupo de cuerda de San Francisco. Cabe, antes de empezar a hablar más detalladamente
de este trabajo (que va camino de los 10 años), hacer un repaso a la
trayectoria de ambos, que no merece ningún desperdicio y representan dos
épocas musicales muy adversas, al contrario de lo que pueda pensar otros. Henryk Mikolaj Górecki
nació en Czernica
(cerca de Rybnik, región de Silesia),
Polonia, el 6 de Diciembre de 1.933.
En esa zona convivían pacíficamente
3 culturas: la checa, Pero,
si ya Górecki y otros músicos del Este de Europa empezaban a ser
considerados y tomados en serio, sin duda alguna la década de los 70 será
la de la consagración definitiva y el bautismo musical internacional de Górecki.
En esta época aparecen la Sinfonía Nº 2: “Copernican”
(1.976); la Sinfonía Nº
3: “Sinfonía de las canciones apesadumbradas” (1.979); y
el Beatus vir (1.979) obra de esquema un tanto pärtiano.
Pero, sin duda, su 3ª Sinfonía será la que lleve a Górecki a su
expansión definitiva y la adoración tardía en su país de origen
(durante más de 10 años ha sido reconocida en Polonia y estudiada
arduamente), ya que, el enorme éxito cosechado por ésta (que todavía
sobrevive a día de hoy con reediciones en prácticamente todos los sellos
de gran prestigio, como EMI, Naxos, etc.) le llevó a un estatus mundial
con tratamiento de obra y compositor para la “Historia” (Musical, se
entiende) y sorprendió a sus homólogos coetáneos, que veían
sorprendidos como este difícil cambio estructural podía llegar a romper
moldes y triunfar en no buenos tiempos para la música clásica, cosa que
ellos no supieron aprovechar debido al rígido y encorsetado
“seguimiento” de sus propias reglas. En
los años 80 la música de Górecki se llena de cambios en su
pentagrama (en el tempo, la densidad, y la disonancia harmónica) lo que
le llevarán a obras tales como “Lerchenmusik” (1.984) u otras
más folklóricas basadas en la tradición musical polaca. Será también
por estos tiempos cuando inicie su relación con el KQ, un grupo al
que escuchó por casualidad y recibió entusiasmado la posibilidad de
trabajar con ellos durante diversos viajes a los EE.UU. (como anécdota,
cabe decir que, cuando llegó a NY, lo primero que le preguntó a su
agente fue : “¿Dónde están las montañas?”), que terminó realizándose
con “Already It Is Dusk” (String Quartet nº 1, Op.62),
en el año 88, y, ya en el 91, “Quasi una Fantasia”, (String
Quartet Nº 2, Op.64), aunque ambas se unificarían en
un solo disco publicado por la casa Nonesuch (en su subdivisión Elektra)
en el año 1.993. Otros
trabajos de los 90 son el “Concerto-Cantata” (1.992), y, mucho
más reciente, su última publicación musical, “Sidus Polonorum”
(1.997-2.000), obras corales. En la actualidad, se encuentra trabajando de nuevo con el KQ a la espera de sacar un nuevo álbum acompañado de la “tenebrosa” sección de cuerda de este prolífico cuarteto .
Kronos
Quartet es uno de los pocos grupos clásicos actuales (junto a Bang
on a can, también de cuerda, o la ya retirada y muy
recomendable, salvando las distancias, Penguin Cafe Orchestra,
a la que puede otorgársele el título de pionera en estos campos) que
conviven con un éxito relativo que les ha ayudado a seguir con su
incomparable innovación artística durante casi 30 años. Este conjunto,
fundado por David Harrington en el año 1.973 (un obsesionado del
“tempo” musical, que le llevó a poner el n EL
DISCO: Pongamos un pie en esta interesante grabación (ya
que esta edición, como dije antes, está compuesta de 2 obras). En
concreto, en el “Already It Is Dusk”. Es muy factible (y obvio,
ya que lo ha compuesto en su totalidad) decir que todo el disco en sí está
impregnado de la figura de Górecki, esto es, en lo referente al
sonido que apreciamos y al uso de los instrumentos, que no hace perder el
estilo inconfundible del Kronos, aunque solo se deja entrever en un
par de temas muy alejados del compositor polaco (en su interpretación) en
los cuales predomina un uso de la cuerda más rotundo y polivalente propio
del cuarteto.
Posamos ya el otro pie que nos queda en la segunda parte de este disco, el “Quasi una Fantasia”, que está compuesto por 4 temas y que tiene una duración cercana a los 32 minutos. Aquí comienza con un LARGO SOSTENUTO – MESTO (8:07), un sonido muy góreckiano que recuerda y hasta nos lleva a dudar (de no ser por la cuerda que se oye de trasfondo) si estamos de nuevo ante la 3ª de sus sinfonías. El ritmo no varía en toda la pieza, y, cercano a la mitad, comienza a subir levemente, pero nada que destaque sobre el resto. Por lo tanto, lo antes dicho, una muestra muy típica del hacer del polaco en donde se ve que la presencia del KQ es tan solo testimonial, con un tono muy oscuro que no deja paso a la claridad. Ya en el segundo tema (tercero en general) la cosa cambia enormemente. En DECISO – ENERGICO: FURIOSO, TRANQUILO – MESTO (6:45), es el Quartet quien predomina sobre Górecki. La pieza comienza (y continua) con un violín muy enérgico, como el título indica, que se va tornando en virguería sonora a la vez que avanza el tiempo de la audición y que nos lleva a recordar infinidad de cosas que se podrían caracterizar por estas duras notas, objetivo cumplido por el Quartet con creces. Se puede tildar, sin duda, del corte más original y diverso del disco, que aunque al final vuelva de nuevo a Górecki y a la difusión musical de éste, es el más profundo. Como en todos los temas de “larga duración” del Quartet, hacia la mitad del metraje de la pieza (2:45), los violines se detienen y dan lugar a un ritmo más pausado y comedido, pero muy agradable, además de toda la clase de interrupciones, cambios de ritmo etc., muy propias del conjunto. Es ya en los últimos 2 minutos del tema cuando Górecki “regresa” y pone su estilo a funcionar, sin desperdiciar en absoluto lo sobrante. El siguiente es un ARIOSO: ADAGIO CANTABILE (7:29), que comienza con una distorsión del cuarteto propia de Glass y sus obras más cinematográficas, y continua durante gran parte del tiempo estipulado. Únicamente el ritmo se detiene poco después de comenzar para continuar como en el principio, aunque irá más tranquilo, mas pausado, durante el resto. Y, para finalizar, el último tema es un ALLEGRO – SEMPRE CON GRANDE PASIONE E MOLTO MARCATO; LENTO – TRANQUILÍSIMO (9:31) que comienza de una forma muy similar al que le precede pero que, ya pasados unos breves minutos, vuelve de nuevo al Górecki más puro y se funde en su sinfonismo más desgarrador. Por lo tanto, y como conclusión, es un disco que se aleja en su mayoría del envolvente y atrayente sonido del Kronos (pero no lo anula, sigue muy presente en algunas piezas, como se ha explicado) , pero que a los entusiastas de Górecki, no defraudará (si cual los más tradicionalistas no se lo perdonarán), a pesar de que, en mi opinión, las divergencias temporales de ambos no logran congeniar a la perfección , ya que es muy difícil intentar unir la complicada práctica contemporánea con la interesante mescolanza actual. Por lo que, si los pocos compositores de esa época que hoy quedan vivos (Stockhausen, etc.) y que todavía están a tiempo desean unirse a la “Actualidad”, deberían de intentarlo con músicos más experimentados y que compongan sus obras, como ellos mismos (sin quitar ningún mérito al Kronos, que es una gran formación) para poder así confrontar mejor los estilos propios.
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