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LA
TEMPESTAD Shakespiriana
COMO Inspiración para los compositores
No
es la primera vez que me pongo en contacto con vosotros, lectores y
lectoras de Filomúsica, para poder hablar e investigar sobre uno de los
más importantes escritores de todos los tiempos: William Shakespeare, (1564-1616),
poeta y autor teatral inglés, considerado uno de los mejores
dramaturgos de la literatura universal, cuyas
obras son fuente de inspiración en diversas artes.
Resulta
imposible llevar a cabo una exposición completa y rigurosa de la vida de
este famoso autor inglés, pues son muy pocos los datos comprobados que se
tienen de él; pero se mantiene tradicionalmente que nació el 23 de abril
de 1564, en la modesta ciudad de Stratford-Upon-Avon, que es ahora un
museo shakesperiano. Compuso sonetos y obras de teatro: dramas, romances,
comedias y tragedias. Y aunque no se conoce con exactitud la fecha de
composición de muchas de sus obras, su carrera literaria se suele dividir
en cuatro periodos.
Murió el 23 de
abril de 1616, acaso el mismo día de su cumpleaños. Por esta fecha
murió Cervantes en Madrid; sin duda, ninguno de los dos oyó hablar del
otro. El idioma inglés era entonces un milagro secreto.Hasta el siglo
XVIII, Shakespeare fue considerado únicamente
como un genio difícil. A pesar de la controvertida identidad de
Shakespeare, sus obras fueron admiradas ya en su época por diversos
autores, que vieron en él una brillantez destinada a perdurar en el
tiempo; Jonson dijo que Shakespeare "no era de una época, sino de
todas las épocas". Casi todas sus obras continúan hoy
representándose y son fuente de inspiración para numerosos experimentos
teatrales y composiciones musicales, pues comunican un profundo
conocimiento de la naturaleza humana, ejemplificado en la perfecta
caracterización de sus variadísimos personajes, siendo capaz de crear
una unidad estética a partir de una multiplicidad de expresiones y
acciones.
Pero la obra que
quería destacar en mi artículo de este mes, y que recientemente
comentaba con otros amantes de la Literatura, era "La
Tempestad": quizá, la más lograda de las creaciones del
cuarto período (caracterizado por obras en las que, a través de la
intervención de la magia, la piedad, el arte o la gracia, sugiere con
frecuencia la esperanza en la existencia de una redención para el género
humano) que consiguió completar y aquella en la que alcanzó las más
altas cimas de lirismo poético. "La Tempestad"
(escrita hacia 1611), es una tragicomedia a través de cuyo desenlace se
pueden comprender los beneficiosos efectos de la alianza entre la
sabiduría y el poder. En esta obra, Próspero, duque de Milán, expulsado
de su reino por su hermano y condenado al exilio en una lejana isla,
utiliza sus poderes mágicos para confundir al usurpador de su ducado y
crear una relación de amor entre su propia hija, Miranda, y el hijo del
rey de Nápoles, cómplice del golpe de Estado.
Basándose en
esta obra, diversos músicos han creado bellísimas composiciones, en las
que intentan trasladar esa emoción que se desprende de la obra.
Uno de ellos es
Sir Arthur Seymour Sullivan (compositor británico, 1842 - 1900). Cursó
sus estudios en la Royal Academy of Music de Londres, en el Conservatorio
de Leipzig y con su padre, Thomas Sullivan, director de orquesta y
profesor de clarinete. En el año 1861 fue nombrado organista de la
iglesia de San Miguel de Londres. Siendo un año más tarde cuando
escribió la música para la obra "La Tempestad"
de William Shakespeare, con lo cual consiguió una gran reputación. En
1866 comenzó a ejercer como profesor de composición de la Royal Academy
of Music de Londres.
La primera
ópera cómica de Sullivan, "Cox and Box" (1867) puso de relieve
su notable talento. En 1871 conoció a Sir W.S. Gilbert y ambos comenzaron
una fecunda colaboración que duró 25 años. Ambos representan la cumbre
del desarrollo de la opereta inglesa (obra teatral compuesta por arias y
ballet entremezclados con diálogos). Juntos produjeron 14 óperas
cómicas, destacando "Trial by Jury" (1875), "H.M.S.
Pinafore" (1878), "The Pirates of Penzance" (1879), "The
Mikado" (1885), "The Yeomen of the Guard" (1888) y "The
Gondoliers" (1889). Sullivan fue el creador de nuevos tipos de
escenarios cómicos musicales y un tipo de canción especial que
consistía en una melodía ligera dentro de una gama vocal limitada con la
recitación de un texto largo y rápido. Entre sus últimas obras se
encuentra la cantata popular "The Golden Legend" (1886),
"Te Deum" (1897), la gran ópera "Ivanhoe" (1891) y
canciones entre las que destacan las escritas para unos poemas de
Shakespeare y la famosa "Onward! Christian Soldiers" (1872) y
"The Lost Chord" (1877). Murió el 22 de noviembre de 1900 en
Londres.
Otro músico que
se inspiró en "La Tempestad", fue Jean Julius
Christian Sibelius (1865-1957), compositor nacido en Hämeenlinna
(Finlandia) cuyas sinfonías y
poemas sinfónicos reflejan un concepto romántico de la música con
tendencia nacionalista. Asistió al Conservatorio de Helsinki, donde
cursó sus estudios de música, decantándose desde un primer momento por
ser violinista, aunque algún tiempo después dejó esta idea para
dedicarse a la composición. Su obra presenta al principio una clara
influencia de Grieg y Berwald para seguir posteriormente a Brahms, Wagner
y Reger. Entre 1892 y 1897 ejerció como profesor de teoría musical en el
conservatorio de Helsinki, concediéndole, en este último año, una beca
del gobierno que le permitió dedicarse exclusivamente a la composición.
En 1929 dejó de componer. Falleció el 20 de octubre de 1957 a la
edad de 91 años.
Sibelius fue el
principal compositor finés y uno de los autores sinfónicos más
importantes del siglo XX. Su música se inspira en gran medida en la
naturaleza y en las leyendas finesas; es muy sentimental. Aunque en
sus composiciones no utiliza directamente músicas folclóricas, sí
emplea patrones melódicos y rítmicos extraídos de la poesía y la
música popular finlandesa. Una de sus obras más famosas, el poema
sinfónico "Finlandia" (1899, revisada en 1900) fue prohibida en
su momento por las autoridades rusas porque suscitaba un gran fervor
patriótico entre la población.
Una de las
principales características de Sibelius es el uso frecuente de motivos
breves que se transforman de modo continuo, evolucionando finalmente hacia
desarrollos melódicos completos. Destaca como compositor de sinfonías y
poemas sinfónicos y es preciso ponderar su dominio del arte de la
orquestación. Sibelius, uno de los últimos exponentes del romanticismo
musical del siglo XIX, se esforzaba por mantener la estructura formal
siguiendo la huella de Johannes Brahms. Para este músico lo importante
era "una lógica profunda que interconectarse todos los
motivos", por esta razón sus sinfonías tienden hacia la austeridad
y la compresión de la forma, tendencia que se iba haciendo más
pronunciada a medida que avanzaban los años. Sibelius condensó los dos
primeros movimientos de la Sinfonía nº 5 en mi bemol mayor, opus 82
hasta dejarlos en uno sólo, y la estructura tradicional de cuatro tiempos
de su Sinfonía nº 7 en do mayor, opus 105 la redujo a un sólo
movimiento.
Entre las
principales obras de Sibelius se encuentran sus 7 sinfonías (1899-1924) y
los poemas sinfónicos como "Karelia" (1893), "El cisne de
Tuonela" (1893), "Cabalgata nocturna y amanecer" (1909),
"Las Oceánicas" (1914) y "Tapiola" (1925). También
es autor de un Concierto para violín en re menor, opus 47 (1903), música
de cámara y vocal, obras para piano, un ciclo de poemas sinfónicos sobre
el héroe legendario Leminiaken, la ópera "La muchacha de la
torre", numerosas canciones y el famoso "Vals Triste", que
es, sin duda, su obra más popular.
En definitiva,
Sibelius, que en su país está considerado como una figura emblemática,
es el punto de partida del importante movimiento musical finés de nuestro
siglo. En sus sinfonías se pone de manifiesto una honda inspiración, un
perfecto conocimiento instrumental y una gran solidez, que le sitúan en
un lugar más que digno entre la producción sinfónica del s.XX.
También en
teatro en la actualidad, se ha representado dicha obra. Un ejemplo lo
tenemos en Vanessa Redgrave que se vistió de hombre en el Teatro Globe de
Gran Bretaña para representar a Próspero, el duque de Milán, en "La
Tempestad", de William Shakespeare. Papel que su famoso padre
había representando en Stratford en la década del 50.
Con todo lo
expuesto, podemos observar que la producción Shakesperiana, tuvo y tiene
una gran repercusión en distintas artes; siendo sus obras objeto de
deleite y fuente de inspiración para los músicos y los amantes de la
Literatura que nos sentimos imantados por la densidad emotiva con las que
William Shakespeare sabe dotar a sus creaciones.
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