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Número 22º - Noviembre 2.001


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LA TEMPESTAD Shakespiriana
COMO Inspiración para los compositores

Por María del Mar Gallego García. Profesora de Lengua Extranjera.

No es la primera vez que me pongo en contacto con vosotros, lectores y lectoras de Filomúsica, para poder hablar e investigar sobre uno de los más importantes escritores de todos los tiempos: William Shakespeare, (1564-1616), poeta y autor teatral inglés, considerado uno de los mejores dramaturgos de la literatura universal, cuyas obras son fuente de inspiración en diversas artes.

Resulta imposible llevar a cabo una exposición completa y rigurosa de la vida de este famoso autor inglés, pues son muy pocos los datos comprobados que se tienen de él; pero se mantiene tradicionalmente que nació el 23 de abril de 1564, en la modesta ciudad de Stratford-Upon-Avon, que es ahora un museo shakesperiano. Compuso sonetos y obras de teatro: dramas, romances, comedias y tragedias. Y aunque no se conoce con exactitud la fecha de composición de muchas de sus obras, su carrera literaria se suele dividir en cuatro periodos.

Murió el 23 de abril de 1616, acaso el mismo día de su cumpleaños. Por esta fecha murió Cervantes en Madrid; sin duda, ninguno de los dos oyó hablar del otro. El idioma inglés era entonces un milagro secreto.Hasta el siglo XVIII, Shakespeare fue considerado únicamente como un genio difícil. A pesar de la controvertida identidad de Shakespeare, sus obras fueron admiradas ya en su época por diversos autores, que vieron en él una brillantez destinada a perdurar en el tiempo; Jonson dijo que Shakespeare "no era de una época, sino de todas las épocas". Casi todas sus obras continúan hoy representándose y son fuente de inspiración para numerosos experimentos teatrales y composiciones musicales, pues comunican un profundo conocimiento de la naturaleza humana, ejemplificado en la perfecta caracterización de sus variadísimos personajes, siendo capaz de crear una unidad estética a partir de una multiplicidad de expresiones y acciones.

Pero la obra que quería destacar en mi artículo de este mes, y que recientemente comentaba con otros amantes de la Literatura, era "La Tempestad": quizá, la más lograda de las creaciones del cuarto período (caracterizado por obras en las que, a través de la intervención de la magia, la piedad, el arte o la gracia, sugiere con frecuencia la esperanza en la existencia de una redención para el género humano) que consiguió completar y aquella en la que alcanzó las más altas cimas de lirismo poético. "La Tempestad" (escrita hacia 1611), es una tragicomedia a través de cuyo desenlace se pueden comprender los beneficiosos efectos de la alianza entre la sabiduría y el poder. En esta obra, Próspero, duque de Milán, expulsado de su reino por su hermano y condenado al exilio en una lejana isla, utiliza sus poderes mágicos para confundir al usurpador de su ducado y crear una relación de amor entre su propia hija, Miranda, y el hijo del rey de Nápoles, cómplice del golpe de Estado.

Basándose en esta obra, diversos músicos han creado bellísimas composiciones, en las que intentan trasladar esa emoción que se desprende de la obra.

Uno de ellos es Sir Arthur Seymour Sullivan (compositor británico, 1842 - 1900). Cursó sus estudios en la Royal Academy of Music de Londres, en el Conservatorio de Leipzig y con su padre, Thomas Sullivan, director de orquesta y profesor de clarinete. En el año 1861 fue nombrado organista de la iglesia de San Miguel de Londres. Siendo un año más tarde cuando escribió la música para la obra "La Tempestad" de William Shakespeare, con lo cual consiguió una gran reputación. En 1866 comenzó a ejercer como profesor de composición de la Royal Academy of Music de Londres.

La primera ópera cómica de Sullivan, "Cox and Box" (1867) puso de relieve su notable talento. En 1871 conoció a Sir W.S. Gilbert y ambos comenzaron una fecunda colaboración que duró 25 años. Ambos representan la cumbre del desarrollo de la opereta inglesa (obra teatral compuesta por arias y ballet entremezclados con diálogos). Juntos produjeron 14 óperas cómicas, destacando "Trial by Jury" (1875), "H.M.S. Pinafore" (1878), "The Pirates of Penzance" (1879), "The Mikado" (1885), "The Yeomen of the Guard" (1888) y "The Gondoliers" (1889). Sullivan fue el creador de nuevos tipos de escenarios cómicos musicales y un tipo de canción especial que consistía en una melodía ligera dentro de una gama vocal limitada con la recitación de un texto largo y rápido. Entre sus últimas obras se encuentra la cantata popular "The Golden Legend" (1886), "Te Deum" (1897), la gran ópera "Ivanhoe" (1891) y canciones entre las que destacan las escritas para unos poemas de Shakespeare y la famosa "Onward! Christian Soldiers" (1872) y "The Lost Chord" (1877). Murió el 22 de noviembre de 1900 en Londres.

Otro músico que se inspiró en "La Tempestad", fue Jean Julius Christian Sibelius (1865-1957), compositor nacido en Hämeenlinna (Finlandia) cuyas sinfonías y poemas sinfónicos reflejan un concepto romántico de la música con tendencia nacionalista. Asistió al Conservatorio de Helsinki, donde cursó sus estudios de música, decantándose desde un primer momento por ser violinista, aunque algún tiempo después dejó esta idea para dedicarse a la composición. Su obra presenta al principio una clara influencia de Grieg y Berwald para seguir posteriormente a Brahms, Wagner y Reger. Entre 1892 y 1897 ejerció como profesor de teoría musical en el conservatorio de Helsinki, concediéndole, en este último año, una beca del gobierno que le permitió dedicarse exclusivamente a la composición. En 1929 dejó de componer. Falleció el 20 de octubre de 1957 a la edad de 91 años.

Sibelius fue el principal compositor finés y uno de los autores sinfónicos más importantes del siglo XX. Su música se inspira en gran medida en la naturaleza y en las leyendas finesas; es muy sentimental. Aunque en sus composiciones no utiliza directamente músicas folclóricas, sí emplea patrones melódicos y rítmicos extraídos de la poesía y la música popular finlandesa. Una de sus obras más famosas, el poema sinfónico "Finlandia" (1899, revisada en 1900) fue prohibida en su momento por las autoridades rusas porque suscitaba un gran fervor patriótico entre la población.

Una de las principales características de Sibelius es el uso frecuente de motivos breves que se transforman de modo continuo, evolucionando finalmente hacia desarrollos melódicos completos. Destaca como compositor de sinfonías y poemas sinfónicos y es preciso ponderar su dominio del arte de la orquestación. Sibelius, uno de los últimos exponentes del romanticismo musical del siglo XIX, se esforzaba por mantener la estructura formal siguiendo la huella de Johannes Brahms. Para este músico lo importante era "una lógica profunda que interconectarse todos los motivos", por esta razón sus sinfonías tienden hacia la austeridad y la compresión de la forma, tendencia que se iba haciendo más pronunciada a medida que avanzaban los años. Sibelius condensó los dos primeros movimientos de la Sinfonía nº 5 en mi bemol mayor, opus 82 hasta dejarlos en uno sólo, y la estructura tradicional de cuatro tiempos de su Sinfonía nº 7 en do mayor, opus 105 la redujo a un sólo movimiento.

Entre las principales obras de Sibelius se encuentran sus 7 sinfonías (1899-1924) y los poemas sinfónicos como "Karelia" (1893), "El cisne de Tuonela" (1893), "Cabalgata nocturna y amanecer" (1909), "Las Oceánicas" (1914) y "Tapiola" (1925). También es autor de un Concierto para violín en re menor, opus 47 (1903), música de cámara y vocal, obras para piano, un ciclo de poemas sinfónicos sobre el héroe legendario Leminiaken, la ópera "La muchacha de la torre", numerosas canciones y el famoso "Vals Triste", que es, sin duda, su obra más popular.

En definitiva, Sibelius, que en su país está considerado como una figura emblemática, es el punto de partida del importante movimiento musical finés de nuestro siglo. En sus sinfonías se pone de manifiesto una honda inspiración, un perfecto conocimiento instrumental y una gran solidez, que le sitúan en un lugar más que digno entre la producción sinfónica del s.XX.

También en teatro en la actualidad, se ha representado dicha obra. Un ejemplo lo tenemos en Vanessa Redgrave que se vistió de hombre en el Teatro Globe de Gran Bretaña para representar a Próspero, el duque de Milán, en "La Tempestad", de William Shakespeare. Papel que su famoso padre había representando en Stratford en la década del 50.

Con todo lo expuesto, podemos observar que la producción Shakesperiana, tuvo y tiene una gran repercusión en distintas artes; siendo sus obras objeto de deleite y fuente de inspiración para los músicos y los amantes de la Literatura que nos sentimos imantados por la densidad emotiva con las que William Shakespeare sabe dotar a sus creaciones.