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AIRES
DEL NORTE
Por Rubén
Flórez Bande
EMI se decide a
sacar un álbum "recopilatorio" de uno de sus
últimos fichajes: el pianista noruego Leif Ove Andsnes
(Karmoy, 1970). En él se recogen grabaciones del sello
Virgin (filial de EMI) para el que Andsnes grabara desde
1990 a 1997, y de EMI, donde graba en exclusiva desde
1997.
Este pianista perteneciente a la "generación
Kissin", tiene una carrera muy estudiada y
meticulosa: no con un gran repertorio como puede tener el
pianista ruso, todo lo contrario, pero con un estudio de
la partitura asombroso, en todos los sentidos, y estos
discos dejan constancia de ello, desde las obras como
solista en las que crea una atmósfera intimista
sorprendente, hasta las obras acompañadas con orquesta
en las que que da muestra de una gran personalidad frente
al piano.
En el Concierto para piano, Op.16 de Grieg (que
fuera superventas en Noruega, en 1991, incluso superando
a los grupos de pop), Ansdnes, pese a su corta edad
-contaba 20 años cuando lo grabó-, muestra un alarde de
conocimientos y de búsqueda de detalles en la partitura,
que muchos pianistas a edades mayores no consiguen
descifrar; no es nada mecánico, todo lo contrario,
profundamente melódico, con un control de las agógicas
y las dinámicas casi "Polliniana" y una
lentitud y matizaciones en los trinos que recuerdan a los
de Arrau. Pueden ser criticables sus bruscos
"stacatto" o la arbitrariedad de elegir los
"tempi" en algunas frases, pero eso va a seguir
siendo "marca de la casa" durante toda su
carrera. Lo que sí está fuera de lugar es el
acompañamiento, una orquesta muy ruidosa (la
Filarmónica de Bergen), con una dirección muy poco
cuidada (Kitaienko) que recuerdan a la grabación que
tienen del mismo concierto Zimerman y Karajan, en el que
el pianista tocaba una cosa, y la orquesta -explosión
tras explosión- tocaba otra.
También da Andsnes la talla en el Concierto para
piano, trompeta y cuerdas, el opus 35 de
Shostakovich. Aquí deja a un lado el virtuosismo, y se
inclina más por el lado de la melodía y la expresividad
de la obra, salvo en el último movimiento. A los tres
primeros les da unos toques muy coloristas, resaltando
sobre todo la meticulosidad con la que aborda el Lento,
gracias a una concentración y un saber sacar todo lo que
hay en la partitura que muy pocos pueden, entre esos
pocos la Argerich; para ello se ayuda de su inmejorable
técnica. A la trompeta está Hardenberger, todo un lujo.
La sección de cuerdas de la Sinfónica de Birmingham y
la dirección de Paavo Järvi (mucho mejor director que
su padre) hacen un acompañamiento muy digno, y donde
llegan a una máxima compenetración con el pianista es
en el último movimiento: ¡de infarto!
El último concierto para piano que incluye este álbum
es el Hob. XVIII:11 en Do mayor de Joseph Haydn,
el más conocido de los del compositor austríaco. Su
interpretación no es tan personal, ni tan intensa como
la de una Argerich, ni tan "clasicista" como la
de Ax. Andsnes le da un toque más romántico, más hacia
lo que serán los conciertos de Beethoven, la digitación
vulve a ser asombrosa, y el conocimiento del lenguaje de
Haydn (del que también ha grabado algunas sonatas) se
hace notar. La orquesta es la de Cámara Noruega, que el
propio Andsnes dirige, a la que le da plena libertad
(tampoco es que tenga mucho que decir la orquesta en
estos conciertos, de todos es conocido la poca suerte que
tuvo Haydn para introducirla en sus conciertos para
piano) Solista y orquesta se entienden a la perfección.
En las obras para piano sólo, Andsnes, se crece aún
más, en ellas se puede ver todo su conocimiento y todo
su dominio del piano.
La Sonata 1.X.1905 de Janacek, como casi la
totalidad de la obra pianística del compositor checo,
requiere gran madurez en el intérprete. A lo largo de
toda la obra aparecen distintos temas o referencias como:
la impotencia ante el destino, el miedo, la amargura, la
añoranza del pasado con sus alegres recuerdos .... Pues
Andsnes, a pesar de su juventud consigue sacar todos esos
detalles gracias a su concentración, sensibilidad y
escrupuloso análisis de la partitura.
También sabe entresacar toda la ironía y juventud de la
Bagatela-Humoresca de Nielsen, se escucha cómo
disfruta con esta música, que conoce "al
dedillo"; igual que en la selección de las Piezas
Líricas de Grieg en las que exprime la música al
máximo para sacarles todo su colorido, interpretaciones
muy en la línea de Gilels o Pletnev, sin grandes
virtuosismos.
El álbum se completa con un Vals Mefisto de
Liszt, de poner al borde del asiento, curiosa la forma de
abordar el "crescendo" final para que no nos
dé mal; una selección de compositores escandinavos como
Tveitt, Johansen y Saeverud con un profundo aire
nacionalista, a las que Andsnes les da un aire romántico
y deja planear sobre ellas la sombra de Grieg. Y para
terminar se incluyen movimientos de la Fantasía, Op.
17 de Schuman, de los Intermezzi, Op. 117
de Brahms, de la Sonata Hob.XVI:32 de Haydn, de
los cuales, sumando toda su duración, daría para haber
incluido otra obra completa, pero que nos permite
percibir, aunque sea mal, el repertorio del noruego.
En definitiva, un álbum que nos muestra a un pianista
con una gran sensibilidad, que ha corrido no mucho, pero
estudiando todos sus pasos, y que sin duda tendrá mucho
que decir aún.
REFERENCIAS:
LEIF OVE ANDSNES-A PORTRAIT
Obras de: Grieg, Haydn, Shostakovich, Janacek, Liszt,
Johansen, Tiveit, Nielsen, Rachmaninov, Saeverud,
Schumann, Brahms.
Leif Ove Andsnes, piano. Diversas orquestas y directores.
1990-2000 DDD.
EMI 5 74789 2 (2 CDs)
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