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DISCOS
OBJETIVO PARA PRINCIPIANTES
Por Angel
Riego Cue. Lee su Curriculum.
Las fechas
navideñas suelen ser apropiadas para que se editen o
reediten álbumes con música clásica destinados a una
venta masiva entre un público no aficionado, las
típicas "recopilaciones" o "discos
objetivo". EMI ya había lanzado en su día una
serie de dobles CDs de contenidos "temáticos"
que ahora se reeditan en cajas de 4 CDs, cada caja
incluyendo dos de los dobles originales.
La primera de las cajas incluye los dos CDs dobles que
salieron en su día con el título de El mejor álbum
de relajación del mundo. El concepto de
"Música para la relajación" nos da una idea
de lo que podemos encontrar aquí: músicas tranquilas,
adagios, nada de estruendo ni sobresaltos. Justamente lo
que puede buscar un amplio sector de público que decida
entrar por vez primera en la música clásica.
Dentro de esta idea de "relajación", el
primero de los álbumes aparecidos nos ofrecía muchas de
las piezas más típicas de estas colecciones de
"hits": piezas barrocas (o pseudo-barrocas) y
del clasicismo del XVIII como el Adagio de
Albinoni (que en realidad es de Giazotto), el Canon
de Pachelbel, o diversos fragmentos de Bach (Aria de la Suite
nº 3, Largo del Concierto para clave nº 5
- aquí tocado con piano-, o los corales Jesús,
alegría de los hombres y Coral del Vigilante,
ambos en versión cantada) o de Mozart (movimientos
lentos del Concierto para piano nº 21 -famoso por la
película Elvira Madigan-, el de clarinete -idem
por Memorias de Africa- o el de flauta y arpa).
También en músicas posteriores la mayoría de las
piezas orquestales que ofrece entrarían en un
hipotético "hit-parade" de obras más tópicas
de la música clásica: La mañana de Grieg, El
Cisne de Saint-Saëns, la Pavana de Fauré
(arr. flauta y orquesta), la Gymnopedie nº 1 de
Satie, la Meditación de Thais de
Massenet, el Nocturno del Cuarteto nº 2 de
Borodin (arr. orquesta de cuerdas), la más conocida de
las variaciones de la Rapsodia Paganini de
Rachmaninov, el Intermezzo de Cavalleria rusticana
de Mascagni, la Fantasía sobre Greensleeves de
Vaughan-Williams, el Adagio del Concierto de Aranjuez
de Rodrigo y el Adagio para cuerdas de Barber,
entre otras piezas.
Por último, rompiendo un poco con la línea anterior,
había cosas no orquestales: piano (Claro de luna
de Debussy, y la sonata del mismo título de Beethoven),
ópera (Dúo de Lakmé de Delibes, Barcarola de Los
Cuentos de Hoffmann de Offenbach, "Canción de
la Luna" de Russalka de Dvorak) u otras
obras cantadas, como un fragmento del Requiem de
Fauré u otro de la Sinfonía nº 3 de Gorecki
(esto último es prácticamente la única sorpresa del
disco).
Las obras que originalmente son en varios movimientos,
lógicamente, nunca aparecen completas, sólo el
movimiento "relajante" y muchas veces mutilado
incluso este último; por supuesto, hay otras obras que
aparecen enteras, como la Fantasía sobre
Greensleeves o el Adagio de Barber, por
poner dos ejemplos. Las versiones son muy buenas como es
habitual en EMI: mucha Academy of St. Martin,
especialmente para el XVIII, preferencia en general por
versiones modernas y DDD (es una lástima que el Concierto
21 de Mozart lo toque Hough y no Baremboim) pero
también con algunos nombres históricos de la casa:
Beecham (Concierto para clarinete), Schwarzkopf
(Barcarola), Caballé (Babbino caro) o
Du Pré (Cisne).
El éxito de este primer volumen animó a EMI, al
parecer, a sacar en 1998 el nº 2. En la segunda entrega,
las piezas "tópicas de siempre" son muchas
menos, pues la mayoría se habían usado en el volumen 1.
Aun así, encontramos algún típico "hit" de
los discos de Adagios, como la Danza de los
espíritus bienaventurados del Orfeo y Eurídice
de Gluck, la Pavana para una infanta difunta de
Ravel, el Adagietto de la Sinfonía nº 5 de
Mahler, el Largo de la Sinfonía del Nuevo Mundo
de Dvorak o el del Concierto para Laúd R 93 de
Vivaldi. Es un acierto total el incluir el arreglo
orquestal de la maravillosa aria de soprano de la Cantata
208 de Bach (traducida aquí como "Que el
rebaño paste en paz"), no se entiende cómo no se
la incluye tanto como el Jesús, alegría de los
hombres en este tipo de recopilaciones. Lo mismo se
puede decir del Romance de El Tábano de
Shostakovich, una obra que muchos descubrirán por esta
grabación.
También hay piezas para piano archi-conocidas, más que
en el volumen 1, como el Ensueño de las Escenas
de niños de Schumann, el Sueño de amor de
Liszt, el Vals nº 10 de Brahms , el Preludio
nº 7 y Nocturno nº 2 de Chopin, La
muchacha de los cabellos de lino de Debussy o un
curioso arreglo para piano y orquesta del "Adagio
cantabile" de la Sonata Patética de
Beethoven. En la parte de obras cantadas (la minoría)
pueden mencionarse el Panis angelicus de Franck
o la Pavana de Fauré, única pieza que aparece
en ambos volúmenes, aunque aquí en versión cantada.
Entre las versiones, vuelven a aparecer históricos de
EMI como Schwarzkopf (Franck), Barbirolli (Mahler),
Menuhin, Marriner (Bach) y los pianistas Moura Lympany y
John Ogdon.
La mayor novedad de este volumen 2 es la inclusión de
bastantes obras de compositores actuales de género
"fronterizo" entre la música clásica y la
"no clásica", por ejemplo tomadas de la
música de cine, como el tema de La lista de
Schindler de John Williams (que proviene de la
Sinfonía nº 8 de Mahler), o el tema de Jean de
Florette de Jean-Claude Petit (plagiado de la
obertura de La Forza del Destino de Verdi),
terminando con un arreglo instrumental de la canción de
la película Titanic.
En resumen, dos recopilaciones que cumplen con su misión
de "relajación" (en ese sentido están muy
bien elegidas), que no interesarán a los ya aficionados
a la música clásica, a pesar de incluir alguna pieza
infrecuente, pero que siempre pueden servir para crear
nuevos aficionados.
Lo mismo se puede decir de otra caja que edita ahora EMI,
conteniendo otras dos recopilaciones: El mejor álbum
de ópera del mundo (publicado originalmente en
1996) y El mejor álbum de coros del mundo
(1998).
El álbum de ópera está pensando como una primera
introducción a ese mundo, incluyendo los números más
populares del repertorio, tanto dentro de las arias como
de los dúos o coros (sólo se dejan fuera las oberturas
y piezas sólo orquestales). Naturalmente, dada la
amplitud de lo que se podía incluir, y el disponer sólo
de dos discos, muchos fragmentos famosos han debido
quedar fuera, pero al menos se puede asegurar que
"son todos los que están".
La selección ha cargado las tintas en los repertorios
italiano (sobre todo Verdi y Puccini) y francés; de
"bel canto" sólo se escucha el "Largo al
factotum" del Barbero de Sevilla de Rossini
(¡dónde se ha visto una antología operística sin
"Casta Diva" o "Una furtiva
lacrima"!); de Wagner, sólo la Muerte de Isolda,
y no hay más ópera alemana aparte de La Flauta
Mágica de Mozart (el aria de Martha de
Flotow se canta en italiano). Aparte de eso, en las
versiones se han preferido a veces tomas modernas, en vez
de las mejores del rico archivo fonográfico de EMI:
así, de un recital de Roberto Alagna (su último
"fichaje" entre los tenores, que parece que
quieren promocionar) se han aprovechado "La donna è
mobile", "Pourqui me reveilleur" (en lugar
de incluir en ambas a Kraus), "Che gelida
manina" (en vez de acudir a Bjoerling), el aria de Martha
(donde podrían incluir a Wunderlich) o el aria de la
flor de Carmen. No obstante, el resto de las
versiones están en general muy bien escogidas y
confirman que no hay fondo de catálogo mejor que el de
EMI en lo que se refiere a grabaciones de ópera.
Haciendo un breve resumen de lo que nos encontramos, los
tres autores más representados son Mozart, Verdi y
Puccini. De Mozart tenemos 3 fragmentos de las Bodas
de Fígaro (el "Non più andrai" y el
"Voi che sapete" de la grabación de Muti, el
"Dove sono" de la Schwarzkopf con Giulini), el
terceto "Soave sia il vento" del Così
(también con Muti) y dos números de la Flauta
Mágica, el aria de Papageno (Berry) y la segunda
aria de la Reina (Gruberova).
De Verdi tenemos, de Nabucco el famoso coro de
esclavos (de un disco de coros por Haitink, lástima que
no se haya elegido a Muti), de Rigoletto sólo
"La donna è mobile" por Alagna (una pena que
quede fuera el cuarteto o el aria de Gilda), de la Traviata
sólo el brindis (Scotto-Kraus), del Trovatore
sólo el coro de gitanos, sacado del mismo programa de
Haitink (lástima que no entre también el "Di
quella pira") y de Aida sólo el aria
"Celeste Aida" con Domingo (y no se incluye la Marcha
Triunfal, ¡increíble!).
En cuanto a Puccini, de Tosca también tenemos 3
fragmentos, las dos arias de tenor con Domingo (el
"Recondita Armonia está tomado del recital con
Kohn, para que no sea interrumpida por el Sacristán,
aunque su voz está en declive, y el "E
luceven" de la completa con Levine) y el "Visi
d'arte" en la grabación de Callas con Pretre; luego
diversas arias de soprano como el Sueño de Doretta de La
Rondine (Caballé), el "Un bel dì" de Butterfly
(Scotto), "O mio babbino caro" de Gianni
Schicchi (Los Angeles) y por último dos fragmentos
del Turandot, "Signore, ascolta"
(Caballé) y "Nessun dorma" (Carreras).
En fin, no faltan números tan populares como el
"Vesti la giubba" de Pagliacci de
Leoncavallo (Carreras) o tres de Carmen de
Bizet: La Habanera (Los Angeles), la Canción
del Toreador (Massard) y el aria de la flor
(Alagna). Por otra parte, es curioso encontrar algún
número que se repite de los discos de
"relajación" (misma obra y versión): la Barcarola
de Los Cuentos de Hoffmann o la Canción de
la Luna de Russalka. Para terminar, diremos
que en el álbum se encuentra también una
representación de las grabaciones que hizo María Callas
para EMI: aparte del aria de Tosca, también la
escuchamos en una de Sansón y Dalila de
Saint-Saëns. el "Ebben, ne andrò lontana" de La
Wally de Catalani y, cómo no, en la famosísima
"La mamma morta" del Andrea Chenier de
Giordano.
Menos divulgado que el repertorio operístico es el de
grandes coros, aunque algunas de sus piezas gozan de
mucha popularidad, pensemos en el "Aleluya" de
Haendel o el "O Fortuna" inicial de los Carmina
Burana de Orff, ambos incluidos en esta selección,
que en su mayoría se orienta hacia la música sacra. Hay
también coros no sacros, como por ejemplo de ópera:
entre ellos dos de Verdi, de Nabucco e Il
Trovatore en las mismas versiones que en el álbum
de ópera, con lo que el que se compre la caja de 4 CDs
los tendrá repetidos. Por si fuera poco, hay también un
coro de zarzuela (de El último romántico de
Vives) que no se sabe bien lo que pinta aquí, el Himno
a la alegría de la Novena de Beethoven acoplando
seguidos tres fragmentos que suenan separados (!!!!), y
un coro de la ópera El príncipe Igor de
Borodin con acompañamiento de sintetizador (!!!!). Se
echan en falta coros sacros tan fundamentales como los
inicial y final de La pasión según san Mateo o
el inicial del Oratorio de Navidad, todos ellos
de Bach, o el Canto de júbilo del Judas
Macabeo de Haendel. Quizás por ello EMI-Virgin ha
sacado un nuevo recopilatorio dedicado íntegramente a
coros sacros, que se comentó en esta revista el pasado
mes de agosto y que parece más logrado que este, del
cual repite parte de su contenido.
No obstante, pese a los reparos apuntados, este álbum
puede desempeñar también la misión divulgativa para la
que está pensado, al incluir alguna de las piezas más
famosas del repertorio coral: de Bach los corales de las
cantatas 140 y 147 (ya incluidos en los discos de
"relajación" en estas mismas versiones), del Mesías
de Haendel (en la grabación de Mackerras) los coros
"For Unto us a Child is Born" y el
"Aleluya", del propio Haendel el Zadok the
Priest, el Gloria de Vivaldi, dos obras de
canto gregoriano por los monjes de Silos (Veni
creator spiritus y Veni, Sancte Spiritus),
dos fragmentos de La Creación de Haydn, uno del
Requiem de Mozart (el Lacrimosa; debería
haberse incluido alguno más, el Kyrie, el Dies Irae, el
Confutatis...), del propio Mozart el Ave Verum
por Norrington, un coro del Elías de
Mendelssohn, etc. Las versiones del Cántico de Jean
Racine de Fauré y del "Agnus Dei" del Réquiem
de Duruflé son las mismas incluidas en los discos de
"relajación", la del "In Paradisum"
del Requiem de Fauré al menos es otra. Como
curiosidad, se incluye el Agnus Dei de Barber,
que es la versión cantada de su famoso Adagio para
cuerda.
Una característica a señalar es la gran atención
prestada a compositores actuales: encontramos aquí a
Gorecki, Tavener, el mismo John Rutter del que sonaba
otro fragmento de su Requiem en un disco de
"relajación" y el mismísimo Paul McCartney (Standing
Stone).
Todas las recopilaciones citadas tienen una introducción
y un pequeño comentario de cada obra, íntegramente en
castellano, lo que sin duda agradecerá el público al
que van destinadas.
REFERENCIAS:
Los mejores álbumes de relajación del mundo
EMI 7243 5 67793 2 7 (4 CDs)
sueltos:
- nº 1, 7243 5 66685 2 2 (2 CDs)
- nº 2, 7243 5 67025 2 3 (2 CDs)
Los mejores álbumes de ópera y coros del mundo
EMI 7243 5 67794 2 6 (4 CDs)
sueltos:
- ópera: 7243 5 66303 2 1 (2 CDs)
- coros: 7243 5 67052 2 7 (2 CDs)
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