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El
museo del ballet
Royal
Danish Ballet. Conservatoire. Música de Simon Paulli. La Sylphide. Música
de Herman S. Løvenskiold. Coreografías de August Bournonville. Director
general: Michael Christiansen. Director del ballet: Frank Andersen.
Diector musical: Henrik Vagn Christensen. Orquesta Sinfónica de Madrid. Teatro
Real
de Madrid, 2 a 9 de junio de 2002. El
Real Ballet de Dinamarca es una compañía completamente dedicada a
preservar de la tradición romántica. Es un conjunto y un centro de
formación que se abastece de sus propios discípulos a quines ofrece unas
excelentes oportunidades profesionales. El programa presentado en el
Teatro Real de Madrid ha sido una gran muestra de estas cualidades y un
homenaje al histórico coreógrafo danés Augusto Bournonville
(1805-1879). Fue director del Ballet del Teatro Real de Copenhague en sus
mejores tiempos, durante casi medio siglo, en los que asentó las bases de
la escuela académica. Conservatoire, de 1849, escenifica el
trabajo de clase, elevándolo a la categoría de leyenda y permitiendo al
público participar como espía en las lecciones de danza. Es una pieza en
la que interviene toda la compañía, desde las primeras figuras hasta niños,
pasando por el cuerpo de baile y los debutantes. Es toda una celebración
escolar y festiva, un ejemplo de respeto a la pedagogía lleno de sabor y
poder de evocación. Pero el plato fuerte fue la presentación La
Sylphide, la
gran pieza creada en 1832 en París por Filippo Taglioni, con la
que se inaugura el ballet romántico y de la cual Bournonville y Lucile
Grahn, su joven bailarín favorito, hicieron una versión danesa con música
del compositor Herman Løvenskiold. Esta obra figura en el repertorio del
Real Ballet de Dinamarca desde 1836 y los detalles de sus personajes se
han ido transmitiendo de generación en generación hasta hoy en día. La
combinación entre danza y pantomima alcanza un delicado equilibrio y
permite al público, incluso al profano, seguir la trama a la perfección.
Es como hacer una visita a un museo con viejas pinturas o esculturas, de
gran valor, conservadas con cariño y pulcritud. El arte, cuando es
grande, mejora con los años igual que el buen vino. La versión en
Bournonville es la que ha tenido la fortuna de transmitirse hasta nuestros
días conservando todo el encanto feérico del romanticismo, la magia del ballet
blanc (que sentaría escuela), o la lógica de las puntas que evocan
la volatilidad de la sílfide. Todos los artistas, figuras y cuerpo de
baile demostraron estar dotados y contar con una gran preparación física.
Interpretaron sus papeles con el dominio y la seguridad, poco entusiasta,
que les otorga saberse herederos directos de una vieja escuela. Pero, a
pesar del tiempo transcurrido y del historicismo militante de toda la
puesta en escena, la función resulta deliciosa, rebosante de gracia y de
ingenuidad. (Fotografía
de Martín Mydtskov Rønne) Próximos
espectáculos del Teatro Real 18
a 28 de julio
Madama
Butterfly
de Giacomo Puccini
Nueva Producción del Teatro Real 19
a 25 de julio
Festival Flamenco: Vicente
Amigo, Sara Baras, La Susi, Arcángel, Miguel Poveda,
Diego el Cigala y Manuela Carrasco. |