|
|
Los ciclos de lieder de Schubert VI
Por Elisa Rapado. Lee su curriculum. Segunda parte: La segunda entrega de lieder que, al ser publicada en octubre de 1827, dio forma definitiva al ciclo Winterreise, se caracteriza por una contradicción interna: lentitud y actividad. La contradición es sólo aparente: Los tiempos son más lentos, seis de los doce lieder llevan anotaciones que concretan el término Langsam. Sin embargo, es dentro de esta concepción temporal más ensanchada donde se prepara el terreno para una acción dramática más acusada. Si los elementos paisajísticos evocados en la primera parte eran escasos (el tilo, en Der Lindembaum, pero sólo como recuerdo, no como presencia, las flores en Frühligstraum, como sueño, pero tampoco como realidad), en la segunda aparecerán, de modo más brusco y concreto, paisajes, situaciones, que irrumpen en el viaje y obligan al protagonista a cambiar su concepto del mismo entre uno y otro lied.
El metal brillante de la trompeta del correo abre este lied con cierta luminosidad. Sin embargo, con el recuerdo de la traición de la amada, la ironía se asienta definitivamente. Esta será la última referencia al amor en todo el ciclo. La sombra que se cierne sobre el futuro del protagonista ya no depende de un amor no correspondido: se trata de un inexorable destino que ya no puede eludirse. La
tonalidad de partida puede conducirnos a equívocos. En Schubert, mi bemol
mayor no suele semantizar una atmósfera calmada o feliz, sino de cierto
temor o respeto reverencial ante la naturaleza.
Una
sombra de ironía romántica recorre este lied. La anécdota del cabello
encanecido prematuramente (pero sólo a causa de la escarcha helada) sirve
de pretexto para mostrar dolor y amargura por la juventud: ser joven
implica tener demasiado tiempo por delante para seguir sufriendo. La
extensión vocálica es amplia y variada, semantizando en cada caso las
palabras referidas a la juventud y la vejez. Do menor en este caso se refiere en este caso a la naturaleza como enemigo, como elemento de fuerza negativa e insuperable.
Este lied aparece en clara relación con su antecedente. La tonalidad de do menor, símbolo de la naturaleza amenazadora, se concreta en este caso en la figura del cuervo, personificación de la muerte. La presencia obsesiva de esta idea es aún más clara en esta segunda mitad del ciclo. De hecho, en el texto del poema el protagonista se refiere al cuervo como símbolo de fidelidad eterna, lo que convierte a la muerte en la única línea de continuidad, el auténtico sentido del viaje. La figuración da una mayor movilidad a este lied que al anterior, y la línea melódica lo conduce hacia las palabras finales en las que se invoca a la tumba. Esto había sucedido en el lied Irrlicht. En cambio, la sucesión de tresillos que se refiere al aleteo del cuervo, nos evoca una mención anterior de este mismo pájaro, que encontrábamos en el lied Rückblick.
Es
este uno de los lieder en los que tiene más sentido hablar de la
semantización de la tonalidad de mi bemol mayor como respeto y temor ante
la naturaleza: la ilusión del protagonista se establece en las hojas de
los árboles. La naturaleza comparte la emoción del caminante, que
deposita sus esperanzas en las hojas que mueve el viento. Sin embargo, la
conclusión nunca puede ser positiva: si la hoja que el protagonista está
mirando permanece en su sitio, la expectación se mantiene. Si la hoja se
cae, muere la ilusión. Con este planteamiento no existe ninguna
posibilidad de una conclusión feliz, y el lied se mantiene en una ambigüedad
tonal y rítmica (metros binario y ternario contrapuestos). Sin embargo,
ninguna esperanza es tampoco la última, porque los árboles continúan
enmarcando el trágico camino, y siempre quedan nuevas hojas en las que
confiar.
La tonalidad de re mayor no es una de las más empleadas por Schubert. Suele tener relación con la música sinfónica o bien evocar la obra de algún compositor precedente. En este caso parece establecer un ambiente de música eclesiástica, con la nota pedal de re. El empleo de notas pedales con caracter fúnebre sí que aparece en otros lieder, como sucede en el ciclo Die Schöne Mullerin. Pese
al tempo, la atmósfera es viva, violenta y tensa, sobre todo en los
versos que mencionan a los perros salvajes. 18. Der
stürmische morgen (La mañana de tormenta). Re
menor. 4/4. Ziemlich geschwind, doch kräftig Podemos
encontrar la explicación de la elección del tono de re mayor en el lied
precedente por la aparición del re menor en este lied, en cierta relación
con la atmósfera previa. En Schubert implica decisión, fortaleza de carácter,
y suele establecerse en las piezas más dramáticas. Esta es una de ellas:
aunque es uno los lieder más breves del ciclo, esa concisión contribuye
a establecer su extraordinario efecto. El texto
se conecta con el último lied de la primera parte, Einsamkeit. En este
lied, el viajero maldecía a la atmósfera luminosa que le rodeaba por no
estar acorde con sus sentimientos. La mañana de tormenta es símbolo del
corazón helado e invernal del viajero, que se identifica con ella. La línea
instrumental corre casi paralela a la vocal, con pequeñas alteraciones
(acompañamiento en terceras, cambios de registro), llegando, en la frase,
Es ist nichts als der Winter (no
es más que invierno), a culminar en el agudo una frase de la propia línea
vocal. Uno de
los versos centrales se refiere a las rojas llamas de fuego de la
tormenta. Este efecto se dibuja con la aparición de un súbito si bemol
mayor, sin cambio de carácter, de forma que resalta la brusca ansiedad
del contenido, como sucede en las modulaciones del lied Der Zwerg. 19.
Täuschung (Ilusión): La mayor. 6/8. Etwas geschwind En el
tempo de un vals lento, el texto del Täuschung evoca irónicamente
la ilusión de una vida feliz. La tonalidad de La mayor, una de las más
frecuentes en Schubert, ya no adquiere un significado positivo: el camino
ha sido largo. La mayor era la tonalidad de las emociones más radiantes
en Die Schöne Mullerin, en la mayor se establece el luminoso Dúo
para violín y piano, y piezas hermosas y precisas, tan cuidadosamente
elaboradas como An Sylvia. Sin embargo, en este caso toma el
significado de su homónimo menor para implicar la desilusión. 20. Der
wegweiser (El poste indicador): Sol menor. Sol mayor. Sol menor.
2/4. MaBig De nuevo
se establece el ritmo del camino. Sin embargo, como en el lied precedente,
la idea fundamental del texto ha cambiado durante el trayecto: también el
camino es distinto. El viajero no se conduce a ningún lugar concreto, su
extravío ya es tan físico como mental. no se trata de una batalla contra
elementos naturales ni sobrenaturales, sino de un camino cada vez más
insensato, más debilitado. 21.
Das wirthaus (La posada): Fa mayor. 4/4. Sehr langsam La
finalidad de este debilitado camino es la imagen de la muerte: de ideas más
o menos elaboradas que recreaban la muerte hemos descendido a una
apariencia mucho más real: el cementerio. Esto nos lleva a una primera
conclusión: si la idea de la muerte fuese realmente la más importante
del ciclo, éste debería ser el último de los lieder. Sin embargo, aún
existen tres más y ninguno de ellos se refiere ya a esta idea. En cambio
subsiste una existencia alucinada, exasperada, en lucha contra la propia
vida y la naturaleza, pero que aún encuentra energía y coraje para
retomar el camino. 22.
Mut (Valor): Sol menor. 2/4. Ziemlich geschwind, kräftig De nuevo
se establecen la energía y la fuerza necesarias para seguir adelante. Se
trata de sol menor, la tonalidad de la lucha contra el destino. La
irresistible conducción direccional del lied está en relación de nuevo
con la amargura y decepción que muestra su texto. En este momento aparece
la idea de Dios: Si él no existe, el ser humano es el propio Dios. Sin
embargo, superada la idea de la muerte en el lied anterior, ni la
presencia ni la ausencia de Dios pueden dar sentido al camino del
protagonista. Se trata de un nuevo sinsentido. 23. Die Nebensonnen (Los soles): La mayor. ¾. Nicht zu langsam Los tres soles de esta pieza han dado lugar a múltiples interpretaciones. Se trata de una visión alucinada, metafísica, de difícil explicación. ¿Qué son estos tres soles? Estas tres imágenes de sol, juntas, representan la luz: El protagonista pide la oscuridad. Son tres etapas de la misma realidad positiva e inalcanzable frente a la realidad terrible. Pueden ser los ojos de la amada y la mirada divina. También las tres edades de la vida. O tal vez se refiere a las tres estaciones pasadas, primavera, verano, otoño, que no consigue soslayar la presencia, descrita durante 22 lieder (en este no aparece ninguna referencia ) del invierno. Claridad y oscuridad parecen definir los extremos de un inmenso todo desde el que solamente puede salir una conclusión, la que sea, en el siguiente lied. Nos hemos alejado, más de lo que nosotros podríamos imaginar, del La mayor de Die Schöne Mullerin, incluso de Täuschung: la realidad y la irrealidad son una misma cosa. Esta es la verdadera conclusión del viaje. 24. der leiermann (El hombre de la zanfona). La menor. ¾. Etwas langsam La menor es la tonalidad de la desesperanza y el trastorno psíquico. Esto es así en piezas como Der Zwerg o Gesange des Harfners. Se trata de un canto congelado en un único motivo, en el que el personaje del doble, (un futuro Doppelgänger), el tañedor de zanfona, aparece representado con las líneas quebradas del instrumetno que se evoca. Desde la luz y la sombra reunidas en Die Nebensonnen, lo más parecido a la conclusión que encontramos es una caricatura, desdibujada, incompleta. El camino no ha terminado y la desesperanza continúa, nunca finaliza. El ciclo gira sobre sí mismo e ilumina el paisaje arrasado que atraviesa el viajero. ¿A dónde conduce este nuevo camino?
|