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Número 32º - Septiembre 2.002


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KARITA MATTILA, SOPRANO LÍRICA "ALEMANA"

Por Angel Riego Cue. Lee su Curriculum.

          

Cuando tantas veces se dice (a menudo con razón) que los cantantes de hoy no están a la altura de los de antes, lo que se achaca a veces a la "comercialización" actual, es reconfortante encontrarse con una carrera artística llevada con la seriedad que se encuentra en la de Karita Mattila, soprano finlandesa nacida en 1960 y que puede considerarse hoy día (o, en todo caso, junto a Renée Fleming) como la más autorizada representante de las sopranos líricas "alemanas", es decir, las herederas de las Schwarzkopf, Grümmer, Della Casa, etc.

Mattila, de quien empezamos a tener noticia a mediados de los años 80 por sus grabaciones junto a Abbado (Sinfonía nº 2 de Mendelssohn en 1985; Misa en si bemol de Schubert en 1986), grabaría en 1987 su primer recital en Philips, dirigido por Pritchard, y en 1990 en este mismo sello dejaría registrado el papel de Agathe del Freischütz de Weber, en la grabación completa dirigida por Colin Davis. Once años y muchos discos después nos presenta este recital grabado para Erato en junio de 2001, titulado Arias Románticas Alemanas, donde volvemos a encontrar las dos arias de Agathe; para que todo coincida, el recital está grabado en el mismo lugar donde se registró la ópera completa en 1990 (una iglesia, concretamente la Lukaskirche de Dresde), con la misma orquesta (la Staatskapelle) y con el mismo director, otra vez Colin Davis.

No se piense por lo antes dicho que vamos a encontrar una repetición de lo que escuchaba en la grabación completa de 1990; entonces oíamos una voz impecable en la técnica, pero que en lo expresivo no llegaba a profundizar en su personaje, a la que se le podía achacar cierta frialdad o cierto "elegante distanciamiento" como si la soprano no "viviera" el texto que cantaba. Por todo ello, aun admitiendo su buen nivel, su encarnación de Agathe se consideró por debajo de la que ofrecían otras conocidas intérpretes de este papel en disco, en cabeza la inalcanzable Grümmer, y tras ella otras como Behrens, Seefried o incluso Janowitz.

Por el contrario, en el presente recital esas dos arias son todo un modelo de maduración del personaje, de saber apianar, adelgazando la voz de la forma precisa para sugerir la "delicadeza femenina" de la protagonista; como botón de muestra puede compararse cómo dice en ambas grabaciones la frase que da título a su primera aria, "Leise, leise, fromme Weise"; con la voz indudablemente más fresca en 1990, pero dicha con infinitamente más "tacto" en este recital de 2001; ahora sí se podría poner perfectamente al mismo nivel que cualquiera de las grandes, incluso superaría a más de una. En la segunda aria, "Und ob die Wolke sie verhülle", se observa el mismo progreso, aunque ni entonces ni ahora llegaba en ella al nivel alcanzado en el "Leise, leise".


No sólo encontramos en este disco arias para soprano lírica, tereno donde Mattila se defiende mejor, sino que se han incluido también otras de papeles más dramáticos, donde su encarnación podría ser, en principio, más discutible. Así, el disco se abre con la gran escena de Leonora del Acto 1 del Fidelio de Beethoven, "Abscheulicher... Komm, Hoffnung" y con el aria de concierto Ah! perfido del mismo autor. Obras ambas "de bravura" que no asociábamos a la voz de Mattila; no sabemos si es que desea dar el salto a soprano dramática o, lo que es más probable, se quede solamente en interpretarlas en recital.

Su versión de estas piezas, aunque aparezca un dramatismo que obviamente no se daba en sus arias del Freischütz, sin embargo sigue pareciendo mucho más dulce de lo que se escucha habitualmente; en la gran escena de Fidelio donde siempre han brillado cantantes wagnerianas (Flagstad, Mödl, Nilsson, Behrens, actualmente Waltraud Meier en su grabación completa con Barenboim), es normal encontrar un mayor dramatismo del que muestra Mattila, sin necesidad de irnos a los extremos de la Meier, que convierte esta escena en una verdadera explosión de rabia. No obstante, Mattila realiza una interesante creación, más que válida tratándose de un recital y no de una grabación completa, también matizadísima y perfectamente recomendable. Lo anterior puede aplicarse también al aria de concierto Ah! perfido!.


El disco se complementa con tres piezas más infrecuentes. Dos de ellas son escenas de óperas de Weber, de las que existen varias grabaciones completas pero que rara vez se incluyen en recitales: el "Aria del Océano" que canta Rezia en el Oberon, aquí cantada en su versión original inglesa y no la traducción alemana habitual (aunque lo que se canta no se corresponde con el texto que figura en el libreto), y la gran escena de Euryanthe al comienzo del tercer acto de la ópera del mismo nombre, "Schirmende Engelschar... So bin ich nun verlassen", dividida en dos pistas. Por último, una rareza casi absoluta como el aria de concierto Infelice Op. 94 de Mendelssohn, con textos de Metastasio, y de la que hasta ahora sólo conocíamos una versión moderna, la que grabó Janet Baker casi al final de su carrera (en el doble CD de Virgin dirigido por Hickox, en 1990); una obra que, se dice, pudo estar inspirada por la relación amorosa de la soprano María Malibrán con el violinista Charles de Bériot, pues incluye una importante parte de violín "obbligato". De cualquier modo, la pareja nunca interpretaría tal obra.

En las arias de Weber puede repetirse lo dicho antes sobre Beethoven, en el sentido de que encontramos unas versiones impecables dentro de su estilo, quizás demasiado lírico; por su parte, en el aria de Mendelssohn advertimos que Mattila ha captado ese tono digamos "decadente" o de "languidez" que se asocia con las interpretaciones de Elisabeth Schwarzkopf, sin ser una mera imitadora (como tantas veces se reprochó a la Tomowa-Sintow).


En resumen, una espléndida cantante, con un peso indiscutible en el panorama lírico actual, y un disco perfectamente recomendable a todo el que se interese por recitales de los cantantes de hoy. Por último una pregunta que es inevitable hacerse: ¿cómo, teniendo una cantante de este calibre, la Warner pudo haber elegido a Jane Eaglen para cantar Elisabeth en el Tannhäuser de Barenboim?


REFERENCIAS:

KARITA MATTILA: ARIAS ROMÁNTICAS ALEMANAS
Beethoven, Weber & Mendelssohn.
Staatskapelle Dresden. Dir. Colin Davis
Erato 0927-42141-2