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LA
MÚSICA VASCA EN LA ÉPOCA MEDIEVAL Por Asier Vallejo Ugarte. Estudiante de piano. ·
CONTEXTO HISTÓRICO Referencias escritas de autores latinos testimonian que existía una
división tribal en el espacio geográfico vasco anterior a la ocupación
del territorio por parte de los romanos. Las tribus, cuatro, tenían en
común rasgos lingüísticos, así como de carácter pagano. Roma dominó las tierras vascas sin precisar, en general, de conflicto bélico.
Desde el siglo I a.C., siglo en el que se estableció la ocupación, hasta
el siglo V, en el que la crisis imperial conlleva la salida de los romanos
del territorio, las relaciones entre los ocupantes y las tribus vascas
fueron, por razones históricas, de carácter amistoso. La romanización
fue de una intensidad mayor en las comarcas del sur que en las cantábricas. No hay datos suficientes para poder describir la situación del país en
la época inmediatamente previa a la Edad Media, intermedia entre la
ocupación romana y el asentamiento de los pueblos germánicos en los
alrededores del territorio. Estos, francos al norte y visigodos al sur,
trataron sin éxito de dominar las tierras vascas, aun cuando los segundos
se hicieron con la Ribera del Ebro y parte de Navarra (cogen Pamplona en
el 481). Las relaciones entre los vascones (cuya tribu se convirtió en la
principal y única en el territorio), y los pueblos germánicos distaron
de ser similares a las establecidas con los romanos, pues los
enfrentamientos fueron continuos. Data de esta época el denominado Ducado
de Vasconia (que incluía Aquitania), creado por los francos, y cuya
existencia pudo establecer una unidad política en el país. Ya a comienzos del siglo VIII los árabes entraron en la península. Al
igual que los godos, aquellos tan sólo llegaron a ocupar determinados
sectores de Navarra. No cesaron los enfrentamientos entre los vascones y
sus vecinos, ahora francos y árabes. En la Edad Media se configuró un nuevo mapa político, dependiente de las
monarquías cristianas que llevarían a cabo la reconquista. Mientras que
en el territorio en el que habitaron los antiguos vascones nació el Reino
de Pamplona, el vascongado fluctuó entre esta monarquía y la vecina
asturiana. El centro político, cultural y social se estableció en Pamplona. El
reino pamplonés llegó a dominar un sector importante en el norte de la
península, en la época de Sancho el Mayor (1.000-1.035). Tras el
asesinato de Sancho IV por sus hermanos el reino de descompuso, y sus
tierras fueron tomadas por los reinos de Aragón y de Castilla, antaño
monarquía asturiana. A mediados del siglo XII se formó el Reino de
Navarra, recuperando así esta tierra su independencia. En el territorio de las vascongadas nacieron los condados de Alava y de
Guipúzcoa, así como el Señorío de Vizcaya. Estos se anexionaron
definitivamente al Reino de Castilla a comienzos del siglo XIII, otorgando
la Corona a los territorios unos fueros que permitirían a estos tener
cierta capacidad de autogobierno dentro del reino. Se data el final de la Edad Media en el País Vasco y Navarra en el año 1.521, cuando ésta pierde su independencia y ultima su agregación a la unidad peninsular, con un reconocimiento por parte de la corona castellana, al igual que hiciera con las provincias vascongadas, de un régimen foral que le daría jurisdicción y gobierno propios.
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SOCIEDAD, CULTURA Y RELIGIÓN La sociedad medieval en el País Vasco y Navarra era esencialmente rural,
en la que el poder se jerarquizaba de manera similar al feudalismo
europeo. No tardarían en llegar, aun así, los primeros signos de la
industrialización, significada en la creación de ferrerías y molinos. Las prácticas paganas eran mayoritarias al comenzar la época medieval,
pero el cristianismo fue, desde el siglo III, encontrando un espacio en un
proceso llamativamente lento, hasta culminar en el IX con la creación de
monasterios (Leyre e Iratxe) y diócesis, instaurando así su religión en
Navarra y el sur del País Vasco. Dos siglos más tarde, se consumó la práctica
en los territorios de Bizkaia y Gipuzkoa, dejando al paganismo en un plano
discreto. Que Navarra y el sur del País Vasco fueran paso obligatorio del Camino de
Santiago, establecido en el siglo XI, dio a estos sectores una posibilidad
de desarrollo cultural y económico mayor que la del norte del país, aun
cuando en la comarca cantábrica pronto nacería una ruta mercantil que
establecería una unión por mar entre la península y los principales
puertos Europeos. En ambos contextos se produjo el proceso de fundación
de las villas, siendo Estella y Sangüesa las primeras en ser fundadas en
1090, ambas paso de la ruta Jacobea. La idea principal habrá de ser que durante la Edad Media el centro político
y cultural del territorio vasco, entendiendo por éste las provincias
vascongadas y Navarra, fue la ciudad de Pamplona. ·
PRÁCTICA MUSICAL RELIGIOSA Aun por ser sometida a un estudio serio, la música vasca en el periodo
medieval está sometida a un importante desconocimiento. Se considera que
hasta el siglo IX la música en el país evolucionó a partir de la
existente desde los tiempos primitivos, aun cuando las comarcas limítrofes
pudieron verse expuestas a influencias de los pueblos vecinos, fueran
romanos, godos o árabes. Cuando en el siglo IX el cristianismo se establece con intensidad en
Navarra y el sur del País Vasco, adquieren vida los cantos litúrgicos,
que tendrán una importancia que durará hasta finales del siglo XIII.
En esta misma época, y a iniciativa de Carlomagno, se recogieron
en el territorio vasco cantos populares, cantos épicos antiguos y
cantares de gesta, mostrando así cierto interés por la cultura no
romana. Pertenece al siglo IX el canto epitalámico más antiguo de los que se
conocen hasta la fecha. Se trata de un canto compuesto en Pamplona para la
celebración de la boda entre Fortún, rey de Navarra, y Leodegundia de
Asturias. Consta de 29 estrofas de 3 versos cada una, con una melodía común
para todas ellas; se citan, además, la cítara, la tibia y la lira como
instrumentos de acompañamiento. No es posible actualmente leer la música
del canto, pues está escrita en indescifrable notación mozárabe. Ya en el siglo XI se practican en las misas el Antifonario, el
Brevariario, las Salmodias y el Evangelio del Gregoriano. La música mozárabe
se implanta en Pamplona en este mismo siglo; los episcopados castellano y
vasco, aceptada ya la liturgia mozárabe, mostraron su rebeldía ante el
intento del Papa Alejandro II de abolir esta liturgia e imponer la
gregoriana, y enviaron al máximo exponente de la religión cristiana
cuatro libros litúrgicos procedentes
de Navarra como señal de protesta. El éxito fue relativo, ya que aunque
en principio se aceptaron, pocos años después Gregorio VII abolió el
rito mozárabe. Al parecer la notación musical ideada por Guido de Arezzo en el siglo XI
no se utilizó en Navarra, ni en el País Vasco, hasta bien entrado el
siglo XIII. ·
TROVADORES Y MÚSICA CORTESANA Los trovadores provenzales y franceses se acercaron a la corte de Navarra
en el siglo XII; nombres que se conocen son los de Peire y Ramón Vidal,
Americ de Peguelhamy y Rigaut de Barbezieux, este último cercano al Señor
de Vizcaya don Diego López de Haro. Teobaldo IV de Francia y Champagne y I de Navarra (1.201-1.254) fue un
trovador de reconocido prestigio, autor de 541 textos y más de 400 melodías.
No habrá, sin embargo, trovadores o juglares indígenas hasta finales del
siglo XIV. La importancia de la música en la corte de Navarra creció ágilmente
durante el siglo XIV. El rey Carlos II (1.350-1.387) tuvo amistad con
Guillaume de Machault (1.300-1.377), aunque la influencia musical de éste
no fue, al parecer, relevante, y en su corte la música ejecutada
destacaba por su mediocridad. En el siglo XV se empezaron a reunir ya en
la corte instrumentistas, nombrados sonadores
de órganos, arpa y laúd. ·
LA POLIFONÍA Se sabe que en el reino de Navarra hubo una escuela de polifonía.
Efectivamente, Juana I de Navarra fundó en 1.304 el Colegio de Navarra de
París; se cree que el uso de la “nota mínima” se debe a la
influencia de dicha escuela, y en concreto al obispo Simón Johanes
Tunstede, que a su vez introdujo la influencia del Ars
Nova francesa y florentina en el país, a finales del siglo XIV. Esta
tendencia musical no tendría, sin embargo, especial esplendor en tierras
vascas. Se establecen así los principios de la polifonía en Navarra, y pronto lo
harán en el País Vasco, a mediados del siglo XV. ·
MÚSICA POPULAR La música popular era cultivada en las comarcas de Bizkaia, Alava y
Gipuzkoa, transmitida oralmente de generación en generación, sin dejar
testimonio escrito de ella; y en el caso de conservarse textos
supuestamente acompañados de música, es ésta la que se ignora por no
haberse trasladado al papel. Por ello, su análisis en las circunstancias
actuales es de una dificultad extrema. Es gracias a la iconografía que se
puede idear un cuadro de lo que pudo ser la realidad de la música popular
en el territorio. Bufones, gaiteros, tamborinos, txistularis y cantores
recorren el país. En Navarra, mientras, aparecen ya en el siglo XV los primeros bertsolaris,
que pronto se extenderían por el territorio. ·
INSTRUMENTOS DE LA ÉPOCA Gonzalo de Berceo cita en su obra “El duelo que fizo la Virgen María el
día de la pasión de su fijo Jesu Christo” tres instrumentos: la cedra,
la rota y la giga. El primero de ellos podría ser el instrumento
precursor de la guitarra; el segundo una especie de arpa, mientras que el
tercero, la giga, podría tratarse de otro instrumento de cuerda pulsada. Además, se tiene constancia del uso de otros instrumentos más
habituales, como la viola, la cítara, la lira, el laúd, la pandereta, la
gaita, el tambor... El órgano se instaló en la capilla real de Navarra
recién estrenado el siglo XV.
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