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EL
DRAGÓN ROJO - Danny Elfman Por
Joaquín R. Fernández. Curiosamente,
una de las características más llamativas de la tercera entrega de la
trilogía de "El Silencio de los Corderos" es el nuevo relevo
que se ha producido en el autor de su banda sonora. Brett Ratner, director
de la cinta, ha escogido a uno de los compositores con los que
habitualmente trabaja, Danny Elfman, para que se haga cargo de la
partitura, aunque se ha permitido lanzar un guiño a uno de sus autores
fetiche, Lalo Schifrin, que aparece en los minutos iniciales de la película
dirigiendo una orquesta. Tras Howard Shore y Hans Zimmer, Elfman se puede
considerar un adecuado sucesor, sobre todo teniendo en cuenta que es un
experto a la hora de recrear atmósferas turbias y agobiantes. Por
supuesto, todo ello lo consigue en "El Dragón Rojo". Ya
desde los primeros compases del compacto («The Revelation») percibimos
la angustia y la desesperación que marcará el devenir de toda la
partitura, siendo los títulos de crédito del filme («Main Titles») una
buena muestra de los habituales desgarros musicales a los que tan
aficionado es el compositor. La historia, que bascula entre el drama, la
intriga y el romance (la relación de Dolarhyde con Reba McClane y, en
menor medida, la de Graham con su mujer), permite a Elfman explayarse con
tales premisas y prolongar con acierto las imágenes que le brinda el
director. Cortes
como «The Old Mansion» o «The Note» son buena muestra de la vivacidad
orquestal a la que Elfman nos tiene acostumbrados, al igual que «Enter
the Dragon», aunque en este caso con la particularidad de que incluye
algunos breves y lastimosos elementos corales, todo ello rodeado de
acordes misteriosos e incluso insanos. La violencia de la partitura se
desata en los minutos finales de la historia, en esa cascada de sorpresas
y acontecimientos que culminan en un clímax vibrante e intenso, algo que
Elfman aprovecha para regalarnos una muestra de su mejor repertorio («The
Fire», «The Back»). Si
tuviéramos que ponerle algún pero a la banda sonora de "El Dragón
Rojo" quizás habría que mencionar su escasa originalidad, aunque. más
reseñable me parece el hecho de que Elfman abuse en ocasiones de la
grandilocuencia gratuita, de una fastuosa orquesta que recalca más de lo
necesario lo que sucede en pantalla. En todo caso, y a modo de resumen, me
parece un disco muy correcto que, obviamente, y salvo algunas excepciones,
sólo se podrá disfrutar de su audición si se tiene presente la temática
a la que sirve. Además, incluye una pista multimedia que contiene diversa
información acerca de la película; una iniciativa que, por suerte, últimamente
las discográficas están implementando con asiduidad en sus ediciones.
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