|
CINE
Y MUSICA: CALLAS PARA LA ETERNIDAD
Por Angel
Riego Cue. Lee su Curriculum.
Poco
tiempo después de la muerte de María Callas en 1977, ya había surgido
el proyecto de rodar una película sobre la vida de la más célebre
soprano del siglo XX. El cineasta idóneo para esa tarea no podía ser
otro que Franco Zeffirelli, quien la había tratado personalmente durante
muchos años, y había trabajado con ella en montajes operísticos,
primero como ayudante en los que dirigía Visconti, y luego dirigiendo los
suyos propios, de los que el primero fue Il Turco in Italia en
Milán, en 1955, que daría origen a la conocida grabación de EMI. Le
seguirían La Traviata (Dallas, 1958), Lucia di Lammermoor
(Dallas, 1959), Tosca (Londres, en 1964 y 1965, y París en 1965)
y Norma (París, 1964 y 1965).
Asimismo, Zeffirelli era por entonces un director de cine ya consolidado
en esa nueva faceta: a finales de los 60 se había hecho famoso con dos
películas de tema shakespeareano, La fierecilla domada (1967)
con la pareja Richard Burton-Elizabeth Taylor y un Romeo y Julieta
(1969) hecho con actores jóvenes que hizo furor en el público
adolescente de la época. En los años 70, el catolicismo
"militante" de Zeffirelli le llevaría a rodar películas de
tema religioso como Hermano sol, hermana luna (1972) sobre San
Francisco de Asís, o su monumental Jesús de Nazareth (1977, el
mismo año de la muerte de Callas) con un reparto "multiestelar"
donde se encontraba a Laurence Olivier como Nicodemo, Anthony Quinn como
Caifás, James Mason como José de Arimatea o Claudia Cardinale como la
mujer adúltera a la que salva Jesús, quien estaba interpretado por el no
muy conocido actor Robert Powell (el cual, curiosamente, también había
dado vida a Mahler en la película de Ken Russell). Este Jesús de
Nazareth puede tomarse como el momento cumbre del prestigio de
Zeffirelli como cineasta, aunque también para entonces había dejado
notar sobradamente algunas "virtudes" suyas como el excesivo
almibaramiento que ponía siempre en sus películas, nunca había la menor
agresividad, todo estaba dulcificado.
Sin embargo, habrían de pasar 25 años hasta que Zeffirelli realizara por
fin el proyecto de dar vida en la pantalla a María Callas, y lo que ha
hecho no es una reconstrucción histórica de ningún episodio real de su
vida, sino una fantasía de "Lo que pudo haber ocurrido si...",
lo que en principio puede enajenarle las simpatías de muchos aficionados
a la ópera que desearían ver reflejado en el cine lo que realmente fue
la vida de "La Divina".
La acción de Callas forever comienza en 1977 cuando llega a París
el avión donde viaja Larry Kelly, promotor musical que organiza
conciertos de los artistas más diversos, desde María Callas unos años
antes, hasta el conjunto punk "Bad Dreams" (Malos Sueños, o
Pesadillas), famosos por mearse encima de los espectadores, destrozar los
hoteles por donde pasan y ser detenidos constantemente por la policía. Su
inminente actuación en París es la razón "oficial" de la
visita de Larry, pero los periodistas que le aguardan en el aeropuerto le
preguntan si aprovechará la estancia en la capital francesa para intentar
ver a la Callas, que vive recluida en su piso de la Avenida de Georges
Mandel, nº 36.
En el propio aeropuerto, Larry conoce a un apuesto joven, Michael, e
intima con él en lo que claramente parece el comienzo de una relación
"gay". Michael lleva un audífono en el oído, pues había sido
sordo, hasta que recuperó el oído en una operación, tras la cual se
madre le hizo escuchar, aún convaleciente, un disco de María Callas para
que "el primer sonido que oyese fuera algo de otro mundo". Desde
entonces es un gran "fan" de la Callas, colecciona todos sus
discos, y cuando lleva a Larry a su apartamento lo primero que hace es
poner un LP de Callas en el plato; como sabe que Larry organizó para ella
conciertos en el pasado, le pregunta si piensa repetir la experiencia, lo
que Larry niega, pues ella ha perdido la voz. Michael es pintor, y cuenta
a Larry que próximamente va a exponer en sitios como Tel Aviv o Ciudad
del Cabo. Se despiden quedando para cenar.
Larry se dirige al estadio donde tendrá lugar el concierto de los Bad
Dreams, que por cierto será en play-back. Allí se encuentra con una
periodista, Sarah Keller, que sigue la actuación del conjunto interesada
no por su música sino por el "morbo" periodístico de su
historial delictivo. Sarah, que también conoció a María Callas, ha
intentado enviarle un ramo de flores que le ha sido devuelto; la Callas no
recibe. Larry también desea ver a María, que nunca se pone al teléfono,
siempre que llama su criada Bruna dice que la señora no está, que se
encuentra de viaje (por ejemplo, en un crucero por las islas griegas). Uno
de los componentes del equipo de Larry, al oír que están hablando de
Callas, se refiere a ella despectivamente como "esa vieja
gloria", lo que le cuesta ser despedido.
Larry, por fin, decide presentarse por sorpresa en el piso de la Callas, y
no hacer caso a las razones de la criada, pues sabe que María sí se
halla en casa. Y en efecto, la encuentra jugando a las cartas con varios
hombres, a uno de los cuales la temperamental griega le ordena que
"acompañe a Larry hasta la puerta", por lo que este tiene que
recurrir a la violencia para conseguir que no le echen. Una vez asegurada
por métodos "expeditivos" su permanencia en la casa, le dice a
Callas que quiere hablarle de un proyecto. Ella le hace ver una cinta de vídeo
de su último concierto en Japón (correspondiente a la gira de su breve
reaparición, de 1973-74, tras haberse retirado en 1965), donde se nota
que su voz está ya deshecha. Tras eso, se acabó: no volverá a actuar.
Larry le dice que el público la acogió con una gran ovación, pero según
ella el público la aplaudiría igual aunque saliera a ladrar al
escenario, es su propia autoexigencia artística la que le impide seguir
cantando. Le llegará a preguntar a Larry qué nuevos planes puede tener
para ella: unirse a un circo, enseñar el culo ante el público, etc.
Callas llega a decir a Larry que "lo que necesitas es un novio",
y al empezar a conocer la historia de Michael se muestra interesada por el
"cotilleo", olvidando que quería que Larry se fuera. Al
hallarla ahora más receptiva, Larry aprovecha para contarle su proyecto:
se trata de filmar óperas en "play-back", sincronizando la
imagen que se filme con grabaciones antiguas, de cuando ella estaba bien
de voz. El proyecto tiene algo de "fáustico", al igual que
Fausto vendía su alma al diablo a cambio de recuperar su juventud, así
Callas debe prestarse a un montaje que en principio es un engaño al público
(el cantar en "play-back") para conseguir filmar películas con
su voz en buen estado. El nombre que le ha puesto Larry a su idea es
"Callas forever" (Callas para siempre), y llegará a decir que
gracias a ella Callas será recordada en los siglos venideros, por todo el
público que vea esas películas.
Tras la visita de Larry, la Callas ha quedado más dispuesta a recibir a
sus viejos amigos, y es ella quien llama a Sarah. A la periodista le dirá
"Nunca he tenido un hogar, no he sido feliz en ningún sitio".
Ante una foto del fallecido Onassis, el millonario que fue el gran amor de
su vida, el calificativo de "qué guapo era" hace que Sarah le
pregunte si llevaba puestas las gafas cuando le conoció. Sarah le dirá
después a Larry lo preocupada que está por María, que apenas come, se
pasa el día tomando píldoras de toda clase y escuchando sus antiguas
grabaciones. "Está de luto por su voz, su carrera y por
Onassis", con lo que Sarah ha llegado a temer por su vida... y sólo
tiene 53 años. Entre los dos deben arreglárselas para hacerla salir de
su encierro.
En su siguiente visita, Larry comprueba el estado al que ha llegado María,
que pasa la noche, a la luz de las velas, "cantando" (o moviendo
los labios) al compás de uno de sus viejos discos, cayendo finalmente
desmayada sin darse cuenta que Larry la estaba observando; la criada le
pide a Larry que se vaya, pero a la mañana siguiente está ante el lecho
de María, sirviéndole el desayuno y pidiéndole que confíe en él, y
que salga de su casa para asistir a un ensayo del proyecto que le ha
propuesto.
Dicho y hecho, vemos a la Callas ataviada con un elegante vestido, ponerse
un sombrero de la época como los que vemos en sus fotos, y viajar en
coche hasta el estudio de grabación a donde le lleva Larry. Por el
camino, es reconocida por abundantes admiradores. En el estudio, se le
pone la filmación del concierto de Japón, lo que la hace indignarse: ¿Por
qué le tienen que recordar su peor actuación? Larry sin embargo le pide
que se calme, que ha sido un error, y ordena que pongan el material
correcto: se trata de las imágenes del concierto en Japón pero acopladas
al sonido de una grabación 22 años más antigua. La primera reacción de
Callas es decir que "eso es deshonesto", aunque se la ve
interesada en el proyecto.
Poco después, Larry encuentra a María en su casa escuchando su grabación
de Carmen. María le dice que no pensaba utilizar esas
grabaciones trucadas para "competir" con lo que realizó en los
escenarios, pero que con Carmen es distinto, pues no la cantó
nunca en un teatro, sólo la grabó. Tal vez podría ser la excepción...
Larry le pide un "sí" y María se lo da. Ya sólo falta
convencer a los productores para que financien la primera película que
rodará Callas en "play-back": Carmen. En una reunión
de ejecutivos, estos recelan de la idea, afirman que la Callas es famosa
por incumplir contratos, y piden mayores garantías: Larry afirma que él
pondrá el 50% del dinero, y que hay que pensar en los inmensos beneficios
que se producirán al subir las ventas de los discos de Callas o, cuando
próximamente aparezca el vídeo doméstico, en la comercialización de
las propias películas. Finalmente se llega a un acuerdo para producir la
película, que será dirigida por "el prestigioso realizador de cine
español Esteban Gómez".
Callas llega de nuevo al estudio para empezar a hacer las pruebas para Carmen,
y se encuentra con una multitud de curiosos que le piden autógrafos, y de
periodistas que le hacen todo tipo de preguntas, a las que contesta como
primero se le ocurre ("¿Por qué ha estado retirada?" "Eso
no le incumbe"). En el estudio, Callas prueba a sincronizar el
movimiento de sus labios con su grabación de la "Habanera" de Carmen.
También se hace el "casting" para elegir al resto de los intérpretes,
curiosamente entre jóvenes cantantes desconocidos, y no entre otras
figuras de la ópera que también hubieran cantado en esa grabación
(nadie piensa en buscar a Nicolai Gedda para que doble a Don José).
Callas recibe clases de baile flamenco para aprender a moverse como una
mujer española.
La filmación se inicia con gran abundancia de "extras" y un
decorado que pretende ser "típicamente andaluz". Durante el
rodaje, Larry lleva a María a que conozca a su gran admirador, Michael;
al entrar en su apartamento, lleno de cuadros, dirá que eso parece el
Acto I de La Bohème. Michael le dice que lo que pinta es lo que
siente cuando escucha sus discos, y le muestra un cuadro de la luna
saliendo en el claro de un bosque, que representa al aria "Casta
Diva" (de la ópera Norma de Bellini); la Callas llegará a
decir que "me has leído el pensamiento". Otro episodio que
sucede en un descanso del rodaje es el intento de seducción del joven
cantante que interpreta a Don José cuando acude al camerino de la Callas
a llevarle unas flores, y preguntarle si ella cree que en un futuro podrá
cantar a Don José con su propia voz, y no doblando a otro. Ella le besa,
pero él reacciona fríamente (lo que puede ser un síntoma de que, por
mucha tecnología que se utilice, no es posible volver atrás y recuperar
la juventud). Cuando quiere rectificar, ya es demasiado tarde, y la Diosa,
despechada, le rechaza.
Finalmente, el rodaje de Carmen termina y algunos personajes
desaparecen de escena: Sarah debe volver a Nueva York para renudar sus
columnas periodísticas de actualidad, poco después Michael va a exponer
a Tel Aviv. Una recepción saluda a Callas con un Brindis para anunciar su
próximo proyecto: filmar La Traviata. Sin embargo, la obsesión
de Callas en ese momento es Tosca (hasta sueña con ello por las
noches) y, viajando en un taxi por medio de París, le dirá a Larry:
"No puedo hacer Traviata... pero tal vez haga Tosca".
En principio, esto agrada a Larry, al menos será otra película que
filmarán juntos... pero ella le pide irse de "picnic" a un
parque parisino para revelarle algo importante. La revelación es... ¡que
la "Tosca la piensa cantar con su propia voz!
Para ello comienza a ensayarla con un pianista, y da una especie de
"clase magistral" a jóvenes cantantes, donde les explica su
concepción del personaje de Tosca: cada vez que le clavó el cuchillo a
Scarpia en escena, en su imaginación pensaba en una persona a la que
odiara en aquel instante; cada vez mató a un Scarpia distinto. Sin
embargo, esta pretensión de cantar Tosca y no solamente doblarla
será lo que dé al traste con el proyecto y precipite el desenlace. Los
empresarios que han de poner su dinero no quieren ni oír hablar del
asunto, y la propia Callas se da cuenta que su tiempo ha pasado. En otro
encuentro en el parque con Larry, le dice que ambos se han hecho mayores,
que eso de filmar en "Play-back" es un engaño y le pide que
destruya la Carmen ya filmada. La razón que da es que toda su
carrera se ha basado en la sinceridad artística, y que si se prestara a
ese fraude, echaría por la borda los valores que ha defendido siempre.
Larry, llorando, le promete que la Carmen nunca se exhibirá y la
Callas se despide de él. Mientras la vemos paseando por una calle de París,
un cartel nos recuerda que María Callas murió el 16 de septiembre de
1977.
Las incoherencias de un argumento como el de Callas forever
pueden dar lugar a que la película reciba duras críticas. De entrada
sabemos que los hechos de esta historia son pura fantasía de Zeffirelli,
eso nos dice él mismo en un cartel al principio del film: "María
Callas existió realmente. Los hechos relatados en esta película
provienen de mis recuerdos y mis fantasías". El caso es que la
historia, aunque sea inventada, debe guardar una cierta coherencia interna
para darle credibilidad, pues lo peor que puede ocurrir a toda película
es que el espectador no se crea lo que está viendo. Sin llegar a estos
extremos, sí hay en Callas forever algunas incoherencias que
perjudican la credibilidad de la historia: Callas está al principio
deprimida, moribunda, tomando constantemente fármacos; al poco tiempo,
tras presentársele el proyecto de Larry, la vemos animada, llena de vida,
de buen humor y con ánimos incluso para intentar seducir a jovencitos; y
poco tiempo después de abandonar el proyecto, ha muerto... Muchos cambios
en tan poco tiempo. Además, es increíble que los promotores no quieran
poner su dinero en un proyecto con Callas, pues eso es garantía de éxito,
como ella misma dice al principio, "aunque saliera a ladrar".
Una explicación algo benevolente de estas incoherencias sería que en
realidad Zeffirelli utiliza el pretexto del argumento para contar
impresiones o situaciones que se produjeron entre él y la Callas a lo
largo de distintos años. Así, cuando en medio del rodaje de Carmen
la Callas desata su fuerte temperamento contra la falta de ensayos de sus
compañeros de rodaje, motivados por las restricciones de horarios que
impone su sindicato, su exigencia de que todo el que trabaje con ella debe
rendir al máximo nos suena muy real, y lo mismo el que después de tener
una bronca con Larry amenazando con retirarse del proyecto, termine
abrazada con él riendo de buena gana y afirmando que una riña de vez en
cuando es buena para la salud. Cuántas veces debió de haber presenciado
Zeffirelli algo semejante... aunque no en el último año de la vida de
ella, por supuesto.
En cuanto a la negativa de los promotores, sencillamente el argumento
requiere un desenlace verosímil, todo el mundo sabe que no existe tal película
de Carmen ni ninguna otra ópera completa filmada por Callas, y
es necesario encontrar un pretexto para hacerla desaparecer. Después de
dar rienda suelta al vuelo de la fantasía, se impone regresar a tierra.
La excusa de que supone un fraude artístico puede resultar no muy creíble
(¿cómo no se dio cuenta antes? Aunque así no hubiera habido película...)
y algunas de las frases finales que le dirige a Larry tienen un sentido
que se nos escapa: "Dios escucha las oraciones. Lo que pasa es que le
pedimos cosas erróneas. Yo nunca le pedí ser una mujer ni tú ser un
hombre".
Pueden encontrarse otras conexiones del argumento de Callas forever
con la realidad, aunque sean más lejanas. Zeffirelli (que en buena medida
se refleja a sí mismo en el personaje de Larry) intentó montar Carmen
en un teatro con la Callas por la época de su grabación de 1964, pero no
fue posible; ahora lo ha conseguido 25 años después de la muerte de
ella, ya que no pudo montar una Carmen con la Callas de la
realidad, al menos sí con la de la ficción. Asimismo, la última grabación
que hizo Callas de Tosca en 1965 (con Bergonzi, Gobbi y dirigida
por Prêtre) estaba destinada en principio a ser la banda sonora original
de una película que filmaría Zeffirelli, y que tampoco llegó a
realizarse. Como el dinero que había puesto Callas de su bolsillo no fue
recuperado, ello pudo determinar el que Zeffirelli fuera declarado
"persona non grata" en casa de María.
Poco antes de su muerte, la Callas sí había intentado reaparecer, pero
como cantante: en 1976 hizo un ensayo a puerta cerrada en el Teatro de los
Campos Elíseos de París (del que existe grabación privada del Ah,
perfido de Beethoven con acompañamiento de piano) con vistas, según
se dice, a una posible reaparición como Tosca. La noticia se filtró a la
prensa sensacionalista, y apareció una foto con el título "Callas
ha fallado en el Do agudo", que parece haber dado al traste con el
proyecto (es de señalar este ensañamiento con los fallos de la Callas,
con un rigor que nunca se aplica a ninguna otra cantante en su declive).
De ese mismo 1976 existe una grabación privada, hecha en su apartamento,
del primer lied del Amor de poeta de Schumann con acompañamiento
de piano. En idénticas circunstancias está hecha una toma de agosto de
1977 de un fragmento del aria "Madre, Pietosa Vergine" de La
Forza del Destino de Verdi (concretamente el momento que empieza
"Deh! non m'abbandonar"). Su voz estaba arruinada y ella misma
debió haberse dado cuenta que la reaparición era ya imposible. Un mes
después, había muerto.
Aunque parece obvio que Larry es un trasunto del propio director, también
podría verse a un joven Zeffirelli en el personaje de Michael, pintor de
cuadros inspirados en escenas operísticas, y en este caso Larry ocuparía
el lugar de su mentor, Luchino Visconti. Entre ambos hubo una relación
que duró muchos años, a despecho de ocasionales peleas y
reconciliaciones. En uno de los momentos "buenos", en 1956,
ambos habían ido a España para asistir al bautizo del hijo de una actriz
italiana descubierta por Visconti, Lucía Bosé. En una de las postales
que enviaba por entonces Zeffirelli a la Callas se leía: "La sombra
de Carmen planea por encima de nosotros". Y ciertamente, la
sombra de Carmen planea sobre Callas forever, hasta tal
punto que la película podría tomarse como un film divulgativo del
argumento de Carmen entre el gran público.
El montaje de Carmen por Zeffirelli es "kitsch" a más
no poder, recuerda los tiempos gloriosos del Hollywood del technicolor y
quizás a un público español no le guste por el excesivo tópico
folklorista, pero hay que reconocerle la brillantez escénica, lo bien
hechos que están los movimientos de masas y la fotografía en colores cálidos
(distinta la que se ve en las secuencias de Carmen a la del resto
de la película). Por desgracia, en el reparto hay que resignarse a otra
de las manías de Zeffirelli, la presencia de apuestos jovencitos que
parecen sacados de un concurso de beldades masculinas (así son el intérprete
de Don José y el de Escamillo o, ya fuera del montaje de Carmen,
el papel de Michael), lo que resta credibilidad a lo que se ve en la
pantalla. Puede destacarse también el anacronismo de que las multitudes
que vitorean a Escamillo porten, además de la bandera española, la
bandera regional andaluza (verde y blanca) que no sería creada hasta el
siglo XX.
En total, las escenas de la supuesta película sobre Carmen que
vemos en pantalla son: (aparte de la Obertura, que presenciamos al tiempo
que vemos a las cámaras filmando el movimiento de los "extras")
el coro de hombres que rodean a Carmen cuando aparece en escena
("Carmen, sur tes pas nous pressons tous"), el momento en que
lanza la flor al solitario Don José (aquí la Callas, con el cigarro en
la boca, adopta una "pose" realmente vampiresca), la "Canción
Bohemia" con que se inicia la acción del Acto II (tras el primer
Entreacto), la escena en que llega Don José recién salido de la cárcel
a ver a Carmen (que culmina en la conocida "Aria de la flor", de
la que en el film sólo se escucha la mitad), el coro del acto IV que
vitorea al torero Escamillo ("Les voici! Les voici!") y, por último,
el diálogo final entre Carmen y Don José que culminará en que él la
mate de una puñalada; esta última secuencia no se ve en el momento de su
rodaje, sino al final de "Callas forever", en la escena en que
María le pide a Larry que destruya Carmen. Hay que notar que no
se ven momentos tan conocidos como la Seguidilla ("Pres les ramparts
de Seville") ni el aria de Escamillo, el famoso "Toreador".
En cuanto a la famosísima "Habanera" no la vemos
"representada" en pantalla, sino sólo la escuchamos en un
ensayo de la Callas en el estudio de grabación, cuando prueba a mover sus
labios coincidiendo con lo que suena en el disco; en esta escena es donde
antes de la prueba oímos a Callas preguntar "dónde puedo
respirar", lo que en una cantante de su experiencia no deja de ser
sorprendente, y más cuando se trata de una grabación hecha por ella
misma.
Un plano como el de esa "Habanera", en el que vemos tan sólo el
rostro de la Callas durante todo lo que dura la pieza, supone un desafío
para cualquier actriz; cualquier manual cinematográfico dirá que un gran
actor es alguien capaz de mantener el interés de un plano tan sólo con
su rostro. Y, según esa definición, Fanny Ardant pasa la prueba con un
10 sobre 10. La actriz francesa, de aproximadamente la misma edad que
tendría Callas en la época en que se desarrolla la supuesta acción,
realiza una interpretación realmente soberbia desde cualquier punto de
vista, y en la pantalla del cine da la impresión de que "es"
María Callas; claro está, no se la puede comparar directamente con la
auténtica, entonces se ven las diferencias, pero es que tal comparación
no la resistiría ninguna actriz. La interpretación de la Ardant, siempre
elegantísima (a lo que ayuda en buena manera el espléndido vestuario que
ha proporcionado Chanel) supone lo mejor de esta película; aparte, claro
está, de contar en las grabaciones con la voz de la auténtica Callas.
Sin embargo, lo que nunca se ve en la pantalla es una fotografía de la
Callas real, siempre vemos a Fanny Ardant, tanto en el vídeo del
concierto en Japón como en una famosa fotografía promocional en blanco y
negro en la que ella aparece con la cabeza entre las dos manos.
Otra baza del reparto que da un mayor interés a "Callas
forever" es la presencia de un actor como el británico Jeremy Irons,
ganador de un Oscar en 1990 con El Misterio Von Bülow (Reversal
of Fortune) y que ciertamente no necesita presentación, al ser uno de los
más sólidos valores interpretativos del momento; una nueva muestra la
tenemos aquí en su soberbia composición del papel de Larry Kelly, dando
un retrato perfecto del "manager" homosexual (con su moño detrás
y todo) que tanto abunda, según dicen, en el llamado mundo del espectáculo.
También hay que destacar a Joan Plowright, la actriz británica viuda de
Laurence Olivier (quien ya vimos que trabajó con el director en Jesús
de Nazareth), la cual es un rostro habitual en las últimas
producciones de Zeffirelli, además de Callas forever ha actuado
en sus dos películas anteriores, la adaptación de Jane Eyre de
1996 y la autobiográfica Té con Mussolini de 1999. Su personaje
"Sarah Keller" podría estar a su vez inspirado en la periodista
norteamericana Elsa Maxwell, gran admiradora de la Callas hasta el punto
de que hubo quien habló de atracción homofílica hacia ella (de hecho,
recordemos que en la primera escena de Callas forever donde
aparece Sarah, se queja de que María le ha rechazado unas flores).
Una curiosidad del reparto es la presencia en los créditos de la actriz
española Angela Molina, aunque su papel parece haber sido eliminado en el
montaje final, pues no se la ve.
Aparte de los papeles protagonistas, merece una mención que, en el ensayo
de Tosca, el pianista sea Eugene Kohn (quien fue el pianista de
Callas en las famosas clases magistrales de Nueva York y Filadelfia en
1971-72, y figura como asesor musical de la película) y que Scarpia sea
el barítono Justino Díaz, quien ya había colaborado con Zeffirelli
cantando a Yago en el Otello que filmó en 1986, con Plácido
Domingo. En él presenciamos la escena del apuñalamiento de Scarpia por
parte de Tosca, acompañado por un pianista y recitado (no
cantado) por Callas. Por cierto que, entre los comentarios de Callas, está
el que Tosca sentirá remordimientos toda su vida por matar a Scarpia, se
le aparecerá en sueños... comentario bastante pintoresco, pues en la
acción de la ópera Tosca muere ella misma al poco tiempo de matar a
Scarpia. Este comentario habrá, pues, que entenderlo en un sentido
"no literal". Se supone que en la película debería aparecer
algo sobre Tosca, pues no podía menos Zeffirelli que tener un
recuerdo de uno de los más famosos papeles de María y de la famosa
puesta en escena del Covent Garden de 1964, en el que al Scarpia, Tito
Gobbi, lo caracterizó con los rasgos de Onassis para que así Callas
pudiera descargar su rabia contra él ("cada vez que he matado a
Scarpia en escena ha sido a un Scarpia distinto"). De hecho, antes de
este ensayo ha estado mirando viejos recortes de prensa de 1968 con la
noticia "Onassis se casa con Jacqueline Kennedy". Lo que puede
haber querido decir en la famosa frase es que después de matar a Scarpia
en escena seguía pensando en Onassis.
La parte musical de la película está, lógicamente, protagonizada por
grabaciones de María Callas para EMI, gran parte de las cuales han sido
recogidas en su banda sonora. El disco incluye los fragmentos de Carmen
que se han mencionado más arriba al hablar del montaje escénico, con la
particularidad de que el "Aria de la flor" viene completa (y no
está la llegada de Don José) y el Acto IV se presenta en el disco casi
completo, desde el coro "Les Voici!" hasta el final, sólo
faltarían los dos primeros minutos con el coro "A deux
quartos!" para que estuviera todo el acto, mientras que en la película
se cortan momentos (por ejemplo, no presenciamos el dúo de Escamillo y
Carmen, "Se tu m'aimes, Carmen" o el final de la ópera tras apuñalar
Don José a la gitana). La versión empleada no será necesario decir que
es la grabación de 1964, con Nicolai Gedda como Don José y dirigida por
Georges Prêtre a los conjuntos de la Ópera de París.
De Tosca escuchamos en la película el aria del acto 2
"Vissi d'arte" en la clásica grabación de 1953 dirigida por
Victor de Sabata, durante la escena en que Callas "sueña" con
el personaje de Tosca antes de decirle a Larry que es lo que quiere
filmar, y no Traviata. El disco de la banda sonora añade también
la escena final del Acto II, desde que Tosca finge aceptar las exigencias
de Scarpia para liberar a Mario, hasta que mata al barón y termina el
acto; lo que en la película se ve como un ensayo al piano, en el disco
está sacado también de la grabación con De Sabata.
No podían faltar en una selección de arias por María Callas tres
"hits" como son el "O mio babbino caro" del Gianni
Schicchi de Puccini; el "Un bel dì vedremo", de la Madama
Butterfly del mismo Puccini; o la "Casta Diva" de la ópera
Norma de Bellini. La primera suena acompañada al piano en el vídeo
del concierto en Japón, y más tarde en el "montaje" donde a
Callas se la ve en 1974 acompañada al piano, pero se la oye en 1954 con
acompañamiento orquestal. El aria de Butterfly (donde la
protagonista de la ópera expresa su esperanza de que un día vuelva con
ella el hombre de su vida) suena en la escena en que la Callas deambula
por la noche en su apartamento, encendiendo velas y acabando desmayada...
Si el hombre de su vida era Onassis, ¿cómo puede volver con ella, si ya
estaba muerto por entonces? ¿Quizás lo que ella deseaba era
"reunirse con él"?. En cuanto a "Casta Diva", que le
había inspirado a Michael uno de sus cuadros, aparte de algunos
fragmentos que se escuchan en el apartamento del joven pintor, suena íntegra
en los títulos de crédito del final. Las versiones utilizadas están
dirigidas en los tres casos por Tullio Serafin y grabadas en 1954: las dos
primeras proceden de un recital registrado en Londres con la Orquesta
Philharmonia y la última de su primera grabación completa de Norma
con los conjuntos de la Scala de Milán.
Otro "hit" operístico típico en cualquier recopilación es el
"Brindis" de La Traviata ("Libiamo, nei lieti
calici"), que en la película suena cuando el equipo de filmación de
Carmen "brinda" por el éxito del siguiente proyecto
con participación de Callas, el cual se piensa que será el filmar dicha
ópera de Verdi. En la película, la versión que se utiliza es la de
Lisboa de 1958, junto a Alfredo Kraus, dirigida por Franco Ghione, aunque
en el disco se ha editado en su lugar la de la otra Traviata clásica
de la Callas, la de la Scala de 1955, con Giuseppe di Stefano, dirigida
por Giulini y con escenografía de Visconti. Ambas grabaciones, como es
sabido, son en vivo, pues EMI nunca grabó este título con Callas en
estudio. Hay que decir que el "Brindis" incluido en el disco
suena con algo más de presencia que lo que se escucha en las ediciones
oficiales de esta Traviata, pues se ha realizado un reprocesado
especial para esta edición a cargo de Nicos Velissiotis,
"manager" del sello Arkadia y nieto del famoso director Dimitri
Mitropoulos.
Dentro de la música que suena en la película pero no está incluida en
el disco, podemos mencionar el aria "Donna non vidi mai", de la
ópera Manon Lescaut de Puccini, que oímos brevemente durante el
primer "casting" en el que se busca un reparto para Carmen,
y cuyas palabras serían aplicables a la propia Callas ("Nunca vi una
mujer semejante a esta"). Y, fuera ya del campo operístico, la canción
Complete control del grupo "The Clash" que acompaña
las primeras escenas del film, con el avión donde viaja Larry llegando a
París, y que parece representar en sonidos la música del imaginario
conjunto punk "Bad Dreams".
Por último, debemos mencionar la música original compuesta por Alessio
Vlad, un nombre también habitual en las películas de Zeffirelli desde
los años 90, y que ha procurado hacer una música de un lirismo que no
desentone con el ambiente operístico de las grabaciones de Callas. Así,
cuando Larry llega por primera vez ante la casa de María, la música
parece anticipar el aria "O mio babbino caro" (que le mostrará
la Callas en el vídeo de su concierto japonés y que será la elegida por
Larry para mostrarle el poder de la tecnología). Cuando él le sirve el
desayuno, la música sigue recordando el tema de "Un bel dì
vedremo" que ella escuchaba la noche anterior, hasta desmayarse.
Antes de aceptar el proyecto de Larry, la música que escuchamos reproduce
el tema del aria de Leonora en Il trovatore de Verdi,
"D'amor sull'ali rosee", que intenta llevar consuelo a un hombre
que va a morir; esta música es la que figura en el disco de la banda
sonora con el título de "María y Larry" y es una de las tres
que incluye compuestas por Vlad: las otras son: la que lleva el título
del film, "Callas forever", que escuchamos cuando María le
cuenta a Sarah que nunca ha tenido un hogar, y la titulada
"Picnic", que acompaña los diálogos en el parque entre María
y Larry.
En resumen, la película que ha hecho Zeffirelli tiene incoherencias,
fallos de ambientación (por mucho que repitan en los diálogos
"Estamos en 1977" luego muchas veces no se nota), puede indignar
a los seguidores de Callas... pero al mismo tiempo nos ofrece un argumento
que puede mantener interesado a un público amplio, no operófilo. No será
una gran película, pero sí una agradable de ver, que transcurre con
suavidad, sin brusquedades (aparte del comienzo con música de los
supuestos Bad Dreams) y no exenta de belleza; sumado a la labor de la
Ardant, ello basta para, al menos, salvar Callas forever. Nótese
que este título es el mismo que el del proyecto de Larry, del cual le dirá
a Callas que hará que sea recordada dentro de cien años por la gente que
contemple sus óperas filmadas. Quizás eso mismo piense Zeffirelli de su
obra, que dentro de un siglo el mito Callas será más asociado entre las
masas con esta fantasía que con los hechos de su vida real; ya se sabe
que la creación y destrucción de mitos obedece a sus propias reglas, y
lo que de ellos permanece suele responder a lo que encaje en un esquema mítico,
antes que a lo ocurrido en la realidad.
Un hecho que presenció este comentarista en la sala donde se proyectaba
el film puede abonar esta impresión de una película hecha para impactar
en un público no aficionado: mientras que lo habitual es que la sala se
quede vacía apenas empiecen a aparecer los créditos finales, aquí, por
el contrario, la mayoría del (escaso) público permaneció en su sitio
para escuchar completa la "Casta Diva" cantada por María
Callas. Muchos de ellos no parecían gente que escuchara ópera
habitualmente, más bien de aquellos cuya única guía es lo que se
anuncia en la televisión, donde suele haber poco sitio para el reino de
la belleza.
|