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Número 34º - Noviembre 2.002


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 CINE Y MUSICA: CALLAS PARA LA ETERNIDAD

Por Angel Riego Cue. Lee su Curriculum.



Poco tiempo después de la muerte de María Callas en 1977, ya había surgido el proyecto de rodar una película sobre la vida de la más célebre soprano del siglo XX. El cineasta idóneo para esa tarea no podía ser otro que Franco Zeffirelli, quien la había tratado personalmente durante muchos años, y había trabajado con ella en montajes operísticos, primero como ayudante en los que dirigía Visconti, y luego dirigiendo los suyos propios, de los que el primero fue Il Turco in Italia en Milán, en 1955, que daría origen a la conocida grabación de EMI. Le seguirían La Traviata (Dallas, 1958), Lucia di Lammermoor (Dallas, 1959), Tosca (Londres, en 1964 y 1965, y París en 1965) y Norma (París, 1964 y 1965).

Asimismo, Zeffirelli era por entonces un director de cine ya consolidado en esa nueva faceta: a finales de los 60 se había hecho famoso con dos películas de tema shakespeareano, La fierecilla domada (1967) con la pareja Richard Burton-Elizabeth Taylor y un Romeo y Julieta (1969) hecho con actores jóvenes que hizo furor en el público adolescente de la época. En los años 70, el catolicismo "militante" de Zeffirelli le llevaría a rodar películas de tema religioso como Hermano sol, hermana luna (1972) sobre San Francisco de Asís, o su monumental Jesús de Nazareth (1977, el mismo año de la muerte de Callas) con un reparto "multiestelar" donde se encontraba a Laurence Olivier como Nicodemo, Anthony Quinn como Caifás, James Mason como José de Arimatea o Claudia Cardinale como la mujer adúltera a la que salva Jesús, quien estaba interpretado por el no muy conocido actor Robert Powell (el cual, curiosamente, también había dado vida a Mahler en la película de Ken Russell). Este Jesús de Nazareth puede tomarse como el momento cumbre del prestigio de Zeffirelli como cineasta, aunque también para entonces había dejado notar sobradamente algunas "virtudes" suyas como el excesivo almibaramiento que ponía siempre en sus películas, nunca había la menor agresividad, todo estaba dulcificado.

Sin embargo, habrían de pasar 25 años hasta que Zeffirelli realizara por fin el proyecto de dar vida en la pantalla a María Callas, y lo que ha hecho no es una reconstrucción histórica de ningún episodio real de su vida, sino una fantasía de "Lo que pudo haber ocurrido si...", lo que en principio puede enajenarle las simpatías de muchos aficionados a la ópera que desearían ver reflejado en el cine lo que realmente fue la vida de "La Divina".



La acción de Callas forever comienza en 1977 cuando llega a París el avión donde viaja Larry Kelly, promotor musical que organiza conciertos de los artistas más diversos, desde María Callas unos años antes, hasta el conjunto punk "Bad Dreams" (Malos Sueños, o Pesadillas), famosos por mearse encima de los espectadores, destrozar los hoteles por donde pasan y ser detenidos constantemente por la policía. Su inminente actuación en París es la razón "oficial" de la visita de Larry, pero los periodistas que le aguardan en el aeropuerto le preguntan si aprovechará la estancia en la capital francesa para intentar ver a la Callas, que vive recluida en su piso de la Avenida de Georges Mandel, nº 36.

En el propio aeropuerto, Larry conoce a un apuesto joven, Michael, e intima con él en lo que claramente parece el comienzo de una relación "gay". Michael lleva un audífono en el oído, pues había sido sordo, hasta que recuperó el oído en una operación, tras la cual se madre le hizo escuchar, aún convaleciente, un disco de María Callas para que "el primer sonido que oyese fuera algo de otro mundo". Desde entonces es un gran "fan" de la Callas, colecciona todos sus discos, y cuando lleva a Larry a su apartamento lo primero que hace es poner un LP de Callas en el plato; como sabe que Larry organizó para ella conciertos en el pasado, le pregunta si piensa repetir la experiencia, lo que Larry niega, pues ella ha perdido la voz. Michael es pintor, y cuenta a Larry que próximamente va a exponer en sitios como Tel Aviv o Ciudad del Cabo. Se despiden quedando para cenar.

Larry se dirige al estadio donde tendrá lugar el concierto de los Bad Dreams, que por cierto será en play-back. Allí se encuentra con una periodista, Sarah Keller, que sigue la actuación del conjunto interesada no por su música sino por el "morbo" periodístico de su historial delictivo. Sarah, que también conoció a María Callas, ha intentado enviarle un ramo de flores que le ha sido devuelto; la Callas no recibe. Larry también desea ver a María, que nunca se pone al teléfono, siempre que llama su criada Bruna dice que la señora no está, que se encuentra de viaje (por ejemplo, en un crucero por las islas griegas). Uno de los componentes del equipo de Larry, al oír que están hablando de Callas, se refiere a ella despectivamente como "esa vieja gloria", lo que le cuesta ser despedido.

Larry, por fin, decide presentarse por sorpresa en el piso de la Callas, y no hacer caso a las razones de la criada, pues sabe que María sí se halla en casa. Y en efecto, la encuentra jugando a las cartas con varios hombres, a uno de los cuales la temperamental griega le ordena que "acompañe a Larry hasta la puerta", por lo que este tiene que recurrir a la violencia para conseguir que no le echen. Una vez asegurada por métodos "expeditivos" su permanencia en la casa, le dice a Callas que quiere hablarle de un proyecto. Ella le hace ver una cinta de vídeo de su último concierto en Japón (correspondiente a la gira de su breve reaparición, de 1973-74, tras haberse retirado en 1965), donde se nota que su voz está ya deshecha. Tras eso, se acabó: no volverá a actuar. Larry le dice que el público la acogió con una gran ovación, pero según ella el público la aplaudiría igual aunque saliera a ladrar al escenario, es su propia autoexigencia artística la que le impide seguir cantando. Le llegará a preguntar a Larry qué nuevos planes puede tener para ella: unirse a un circo, enseñar el culo ante el público, etc.

Callas llega a decir a Larry que "lo que necesitas es un novio", y al empezar a conocer la historia de Michael se muestra interesada por el "cotilleo", olvidando que quería que Larry se fuera. Al hallarla ahora más receptiva, Larry aprovecha para contarle su proyecto: se trata de filmar óperas en "play-back", sincronizando la imagen que se filme con grabaciones antiguas, de cuando ella estaba bien de voz. El proyecto tiene algo de "fáustico", al igual que Fausto vendía su alma al diablo a cambio de recuperar su juventud, así Callas debe prestarse a un montaje que en principio es un engaño al público (el cantar en "play-back") para conseguir filmar películas con su voz en buen estado. El nombre que le ha puesto Larry a su idea es "Callas forever" (Callas para siempre), y llegará a decir que gracias a ella Callas será recordada en los siglos venideros, por todo el público que vea esas películas.

Tras la visita de Larry, la Callas ha quedado más dispuesta a recibir a sus viejos amigos, y es ella quien llama a Sarah. A la periodista le dirá "Nunca he tenido un hogar, no he sido feliz en ningún sitio". Ante una foto del fallecido Onassis, el millonario que fue el gran amor de su vida, el calificativo de "qué guapo era" hace que Sarah le pregunte si llevaba puestas las gafas cuando le conoció. Sarah le dirá después a Larry lo preocupada que está por María, que apenas come, se pasa el día tomando píldoras de toda clase y escuchando sus antiguas grabaciones. "Está de luto por su voz, su carrera y por Onassis", con lo que Sarah ha llegado a temer por su vida... y sólo tiene 53 años. Entre los dos deben arreglárselas para hacerla salir de su encierro.

En su siguiente visita, Larry comprueba el estado al que ha llegado María, que pasa la noche, a la luz de las velas, "cantando" (o moviendo los labios) al compás de uno de sus viejos discos, cayendo finalmente desmayada sin darse cuenta que Larry la estaba observando; la criada le pide a Larry que se vaya, pero a la mañana siguiente está ante el lecho de María, sirviéndole el desayuno y pidiéndole que confíe en él, y que salga de su casa para asistir a un ensayo del proyecto que le ha propuesto.

Dicho y hecho, vemos a la Callas ataviada con un elegante vestido, ponerse un sombrero de la época como los que vemos en sus fotos, y viajar en coche hasta el estudio de grabación a donde le lleva Larry. Por el camino, es reconocida por abundantes admiradores. En el estudio, se le pone la filmación del concierto de Japón, lo que la hace indignarse: ¿Por qué le tienen que recordar su peor actuación? Larry sin embargo le pide que se calme, que ha sido un error, y ordena que pongan el material correcto: se trata de las imágenes del concierto en Japón pero acopladas al sonido de una grabación 22 años más antigua. La primera reacción de Callas es decir que "eso es deshonesto", aunque se la ve interesada en el proyecto.

Poco después, Larry encuentra a María en su casa escuchando su grabación de Carmen. María le dice que no pensaba utilizar esas grabaciones trucadas para "competir" con lo que realizó en los escenarios, pero que con Carmen es distinto, pues no la cantó nunca en un teatro, sólo la grabó. Tal vez podría ser la excepción... Larry le pide un "sí" y María se lo da. Ya sólo falta convencer a los productores para que financien la primera película que rodará Callas en "play-back": Carmen. En una reunión de ejecutivos, estos recelan de la idea, afirman que la Callas es famosa por incumplir contratos, y piden mayores garantías: Larry afirma que él pondrá el 50% del dinero, y que hay que pensar en los inmensos beneficios que se producirán al subir las ventas de los discos de Callas o, cuando próximamente aparezca el vídeo doméstico, en la comercialización de las propias películas. Finalmente se llega a un acuerdo para producir la película, que será dirigida por "el prestigioso realizador de cine español Esteban Gómez".

Callas llega de nuevo al estudio para empezar a hacer las pruebas para Carmen, y se encuentra con una multitud de curiosos que le piden autógrafos, y de periodistas que le hacen todo tipo de preguntas, a las que contesta como primero se le ocurre ("¿Por qué ha estado retirada?" "Eso no le incumbe"). En el estudio, Callas prueba a sincronizar el movimiento de sus labios con su grabación de la "Habanera" de Carmen. También se hace el "casting" para elegir al resto de los intérpretes, curiosamente entre jóvenes cantantes desconocidos, y no entre otras figuras de la ópera que también hubieran cantado en esa grabación (nadie piensa en buscar a Nicolai Gedda para que doble a Don José). Callas recibe clases de baile flamenco para aprender a moverse como una mujer española.

La filmación se inicia con gran abundancia de "extras" y un decorado que pretende ser "típicamente andaluz". Durante el rodaje, Larry lleva a María a que conozca a su gran admirador, Michael; al entrar en su apartamento, lleno de cuadros, dirá que eso parece el Acto I de La Bohème. Michael le dice que lo que pinta es lo que siente cuando escucha sus discos, y le muestra un cuadro de la luna saliendo en el claro de un bosque, que representa al aria "Casta Diva" (de la ópera Norma de Bellini); la Callas llegará a decir que "me has leído el pensamiento". Otro episodio que sucede en un descanso del rodaje es el intento de seducción del joven cantante que interpreta a Don José cuando acude al camerino de la Callas a llevarle unas flores, y preguntarle si ella cree que en un futuro podrá cantar a Don José con su propia voz, y no doblando a otro. Ella le besa, pero él reacciona fríamente (lo que puede ser un síntoma de que, por mucha tecnología que se utilice, no es posible volver atrás y recuperar la juventud). Cuando quiere rectificar, ya es demasiado tarde, y la Diosa, despechada, le rechaza.

Finalmente, el rodaje de Carmen termina y algunos personajes desaparecen de escena: Sarah debe volver a Nueva York para renudar sus columnas periodísticas de actualidad, poco después Michael va a exponer a Tel Aviv. Una recepción saluda a Callas con un Brindis para anunciar su próximo proyecto: filmar La Traviata. Sin embargo, la obsesión de Callas en ese momento es Tosca (hasta sueña con ello por las noches) y, viajando en un taxi por medio de París, le dirá a Larry: "No puedo hacer Traviata... pero tal vez haga Tosca". En principio, esto agrada a Larry, al menos será otra película que filmarán juntos... pero ella le pide irse de "picnic" a un parque parisino para revelarle algo importante. La revelación es... ¡que la "Tosca la piensa cantar con su propia voz!

Para ello comienza a ensayarla con un pianista, y da una especie de "clase magistral" a jóvenes cantantes, donde les explica su concepción del personaje de Tosca: cada vez que le clavó el cuchillo a Scarpia en escena, en su imaginación pensaba en una persona a la que odiara en aquel instante; cada vez mató a un Scarpia distinto. Sin embargo, esta pretensión de cantar Tosca y no solamente doblarla será lo que dé al traste con el proyecto y precipite el desenlace. Los empresarios que han de poner su dinero no quieren ni oír hablar del asunto, y la propia Callas se da cuenta que su tiempo ha pasado. En otro encuentro en el parque con Larry, le dice que ambos se han hecho mayores, que eso de filmar en "Play-back" es un engaño y le pide que destruya la Carmen ya filmada. La razón que da es que toda su carrera se ha basado en la sinceridad artística, y que si se prestara a ese fraude, echaría por la borda los valores que ha defendido siempre. Larry, llorando, le promete que la Carmen nunca se exhibirá y la Callas se despide de él. Mientras la vemos paseando por una calle de París, un cartel nos recuerda que María Callas murió el 16 de septiembre de 1977.



Las incoherencias de un argumento como el de Callas forever pueden dar lugar a que la película reciba duras críticas. De entrada sabemos que los hechos de esta historia son pura fantasía de Zeffirelli, eso nos dice él mismo en un cartel al principio del film: "María Callas existió realmente. Los hechos relatados en esta película provienen de mis recuerdos y mis fantasías". El caso es que la historia, aunque sea inventada, debe guardar una cierta coherencia interna para darle credibilidad, pues lo peor que puede ocurrir a toda película es que el espectador no se crea lo que está viendo. Sin llegar a estos extremos, sí hay en Callas forever algunas incoherencias que perjudican la credibilidad de la historia: Callas está al principio deprimida, moribunda, tomando constantemente fármacos; al poco tiempo, tras presentársele el proyecto de Larry, la vemos animada, llena de vida, de buen humor y con ánimos incluso para intentar seducir a jovencitos; y poco tiempo después de abandonar el proyecto, ha muerto... Muchos cambios en tan poco tiempo. Además, es increíble que los promotores no quieran poner su dinero en un proyecto con Callas, pues eso es garantía de éxito, como ella misma dice al principio, "aunque saliera a ladrar".

Una explicación algo benevolente de estas incoherencias sería que en realidad Zeffirelli utiliza el pretexto del argumento para contar impresiones o situaciones que se produjeron entre él y la Callas a lo largo de distintos años. Así, cuando en medio del rodaje de Carmen la Callas desata su fuerte temperamento contra la falta de ensayos de sus compañeros de rodaje, motivados por las restricciones de horarios que impone su sindicato, su exigencia de que todo el que trabaje con ella debe rendir al máximo nos suena muy real, y lo mismo el que después de tener una bronca con Larry amenazando con retirarse del proyecto, termine abrazada con él riendo de buena gana y afirmando que una riña de vez en cuando es buena para la salud. Cuántas veces debió de haber presenciado Zeffirelli algo semejante... aunque no en el último año de la vida de ella, por supuesto.

En cuanto a la negativa de los promotores, sencillamente el argumento requiere un desenlace verosímil, todo el mundo sabe que no existe tal película de Carmen ni ninguna otra ópera completa filmada por Callas, y es necesario encontrar un pretexto para hacerla desaparecer. Después de dar rienda suelta al vuelo de la fantasía, se impone regresar a tierra. La excusa de que supone un fraude artístico puede resultar no muy creíble (¿cómo no se dio cuenta antes? Aunque así no hubiera habido película...) y algunas de las frases finales que le dirige a Larry tienen un sentido que se nos escapa: "Dios escucha las oraciones. Lo que pasa es que le pedimos cosas erróneas. Yo nunca le pedí ser una mujer ni tú ser un hombre".

Pueden encontrarse otras conexiones del argumento de Callas forever con la realidad, aunque sean más lejanas. Zeffirelli (que en buena medida se refleja a sí mismo en el personaje de Larry) intentó montar Carmen en un teatro con la Callas por la época de su grabación de 1964, pero no fue posible; ahora lo ha conseguido 25 años después de la muerte de ella, ya que no pudo montar una Carmen con la Callas de la realidad, al menos sí con la de la ficción. Asimismo, la última grabación que hizo Callas de Tosca en 1965 (con Bergonzi, Gobbi y dirigida por Prêtre) estaba destinada en principio a ser la banda sonora original de una película que filmaría Zeffirelli, y que tampoco llegó a realizarse. Como el dinero que había puesto Callas de su bolsillo no fue recuperado, ello pudo determinar el que Zeffirelli fuera declarado "persona non grata" en casa de María.

Poco antes de su muerte, la Callas sí había intentado reaparecer, pero como cantante: en 1976 hizo un ensayo a puerta cerrada en el Teatro de los Campos Elíseos de París (del que existe grabación privada del Ah, perfido de Beethoven con acompañamiento de piano) con vistas, según se dice, a una posible reaparición como Tosca. La noticia se filtró a la prensa sensacionalista, y apareció una foto con el título "Callas ha fallado en el Do agudo", que parece haber dado al traste con el proyecto (es de señalar este ensañamiento con los fallos de la Callas, con un rigor que nunca se aplica a ninguna otra cantante en su declive). De ese mismo 1976 existe una grabación privada, hecha en su apartamento, del primer lied del Amor de poeta de Schumann con acompañamiento de piano. En idénticas circunstancias está hecha una toma de agosto de 1977 de un fragmento del aria "Madre, Pietosa Vergine" de La Forza del Destino de Verdi (concretamente el momento que empieza "Deh! non m'abbandonar"). Su voz estaba arruinada y ella misma debió haberse dado cuenta que la reaparición era ya imposible. Un mes después, había muerto.

Aunque parece obvio que Larry es un trasunto del propio director, también podría verse a un joven Zeffirelli en el personaje de Michael, pintor de cuadros inspirados en escenas operísticas, y en este caso Larry ocuparía el lugar de su mentor, Luchino Visconti. Entre ambos hubo una relación que duró muchos años, a despecho de ocasionales peleas y reconciliaciones. En uno de los momentos "buenos", en 1956, ambos habían ido a España para asistir al bautizo del hijo de una actriz italiana descubierta por Visconti, Lucía Bosé. En una de las postales que enviaba por entonces Zeffirelli a la Callas se leía: "La sombra de Carmen planea por encima de nosotros". Y ciertamente, la sombra de Carmen planea sobre Callas forever, hasta tal punto que la película podría tomarse como un film divulgativo del argumento de Carmen entre el gran público.

El montaje de Carmen por Zeffirelli es "kitsch" a más no poder, recuerda los tiempos gloriosos del Hollywood del technicolor y quizás a un público español no le guste por el excesivo tópico folklorista, pero hay que reconocerle la brillantez escénica, lo bien hechos que están los movimientos de masas y la fotografía en colores cálidos (distinta la que se ve en las secuencias de Carmen a la del resto de la película). Por desgracia, en el reparto hay que resignarse a otra de las manías de Zeffirelli, la presencia de apuestos jovencitos que parecen sacados de un concurso de beldades masculinas (así son el intérprete de Don José y el de Escamillo o, ya fuera del montaje de Carmen, el papel de Michael), lo que resta credibilidad a lo que se ve en la pantalla. Puede destacarse también el anacronismo de que las multitudes que vitorean a Escamillo porten, además de la bandera española, la bandera regional andaluza (verde y blanca) que no sería creada hasta el siglo XX.

En total, las escenas de la supuesta película sobre Carmen que vemos en pantalla son: (aparte de la Obertura, que presenciamos al tiempo que vemos a las cámaras filmando el movimiento de los "extras") el coro de hombres que rodean a Carmen cuando aparece en escena ("Carmen, sur tes pas nous pressons tous"), el momento en que lanza la flor al solitario Don José (aquí la Callas, con el cigarro en la boca, adopta una "pose" realmente vampiresca), la "Canción Bohemia" con que se inicia la acción del Acto II (tras el primer Entreacto), la escena en que llega Don José recién salido de la cárcel a ver a Carmen (que culmina en la conocida "Aria de la flor", de la que en el film sólo se escucha la mitad), el coro del acto IV que vitorea al torero Escamillo ("Les voici! Les voici!") y, por último, el diálogo final entre Carmen y Don José que culminará en que él la mate de una puñalada; esta última secuencia no se ve en el momento de su rodaje, sino al final de "Callas forever", en la escena en que María le pide a Larry que destruya Carmen. Hay que notar que no se ven momentos tan conocidos como la Seguidilla ("Pres les ramparts de Seville") ni el aria de Escamillo, el famoso "Toreador". En cuanto a la famosísima "Habanera" no la vemos "representada" en pantalla, sino sólo la escuchamos en un ensayo de la Callas en el estudio de grabación, cuando prueba a mover sus labios coincidiendo con lo que suena en el disco; en esta escena es donde antes de la prueba oímos a Callas preguntar "dónde puedo respirar", lo que en una cantante de su experiencia no deja de ser sorprendente, y más cuando se trata de una grabación hecha por ella misma.

Un plano como el de esa "Habanera", en el que vemos tan sólo el rostro de la Callas durante todo lo que dura la pieza, supone un desafío para cualquier actriz; cualquier manual cinematográfico dirá que un gran actor es alguien capaz de mantener el interés de un plano tan sólo con su rostro. Y, según esa definición, Fanny Ardant pasa la prueba con un 10 sobre 10. La actriz francesa, de aproximadamente la misma edad que tendría Callas en la época en que se desarrolla la supuesta acción, realiza una interpretación realmente soberbia desde cualquier punto de vista, y en la pantalla del cine da la impresión de que "es" María Callas; claro está, no se la puede comparar directamente con la auténtica, entonces se ven las diferencias, pero es que tal comparación no la resistiría ninguna actriz. La interpretación de la Ardant, siempre elegantísima (a lo que ayuda en buena manera el espléndido vestuario que ha proporcionado Chanel) supone lo mejor de esta película; aparte, claro está, de contar en las grabaciones con la voz de la auténtica Callas. Sin embargo, lo que nunca se ve en la pantalla es una fotografía de la Callas real, siempre vemos a Fanny Ardant, tanto en el vídeo del concierto en Japón como en una famosa fotografía promocional en blanco y negro en la que ella aparece con la cabeza entre las dos manos.

Otra baza del reparto que da un mayor interés a "Callas forever" es la presencia de un actor como el británico Jeremy Irons, ganador de un Oscar en 1990 con El Misterio Von Bülow (Reversal of Fortune) y que ciertamente no necesita presentación, al ser uno de los más sólidos valores interpretativos del momento; una nueva muestra la tenemos aquí en su soberbia composición del papel de Larry Kelly, dando un retrato perfecto del "manager" homosexual (con su moño detrás y todo) que tanto abunda, según dicen, en el llamado mundo del espectáculo.

También hay que destacar a Joan Plowright, la actriz británica viuda de Laurence Olivier (quien ya vimos que trabajó con el director en Jesús de Nazareth), la cual es un rostro habitual en las últimas producciones de Zeffirelli, además de Callas forever ha actuado en sus dos películas anteriores, la adaptación de Jane Eyre de 1996 y la autobiográfica Té con Mussolini de 1999. Su personaje "Sarah Keller" podría estar a su vez inspirado en la periodista norteamericana Elsa Maxwell, gran admiradora de la Callas hasta el punto de que hubo quien habló de atracción homofílica hacia ella (de hecho, recordemos que en la primera escena de Callas forever donde aparece Sarah, se queja de que María le ha rechazado unas flores).

Una curiosidad del reparto es la presencia en los créditos de la actriz española Angela Molina, aunque su papel parece haber sido eliminado en el montaje final, pues no se la ve.

Aparte de los papeles protagonistas, merece una mención que, en el ensayo de Tosca, el pianista sea Eugene Kohn (quien fue el pianista de Callas en las famosas clases magistrales de Nueva York y Filadelfia en 1971-72, y figura como asesor musical de la película) y que Scarpia sea el barítono Justino Díaz, quien ya había colaborado con Zeffirelli cantando a Yago en el Otello que filmó en 1986, con Plácido Domingo. En él presenciamos la escena del apuñalamiento de Scarpia por parte de Tosca, acompañado por un pianista y recitado (no cantado) por Callas. Por cierto que, entre los comentarios de Callas, está el que Tosca sentirá remordimientos toda su vida por matar a Scarpia, se le aparecerá en sueños... comentario bastante pintoresco, pues en la acción de la ópera Tosca muere ella misma al poco tiempo de matar a Scarpia. Este comentario habrá, pues, que entenderlo en un sentido "no literal". Se supone que en la película debería aparecer algo sobre Tosca, pues no podía menos Zeffirelli que tener un recuerdo de uno de los más famosos papeles de María y de la famosa puesta en escena del Covent Garden de 1964, en el que al Scarpia, Tito Gobbi, lo caracterizó con los rasgos de Onassis para que así Callas pudiera descargar su rabia contra él ("cada vez que he matado a Scarpia en escena ha sido a un Scarpia distinto"). De hecho, antes de este ensayo ha estado mirando viejos recortes de prensa de 1968 con la noticia "Onassis se casa con Jacqueline Kennedy". Lo que puede haber querido decir en la famosa frase es que después de matar a Scarpia en escena seguía pensando en Onassis.


La parte musical de la película está, lógicamente, protagonizada por grabaciones de María Callas para EMI, gran parte de las cuales han sido recogidas en su banda sonora. El disco incluye los fragmentos de Carmen que se han mencionado más arriba al hablar del montaje escénico, con la particularidad de que el "Aria de la flor" viene completa (y no está la llegada de Don José) y el Acto IV se presenta en el disco casi completo, desde el coro "Les Voici!" hasta el final, sólo faltarían los dos primeros minutos con el coro "A deux quartos!" para que estuviera todo el acto, mientras que en la película se cortan momentos (por ejemplo, no presenciamos el dúo de Escamillo y Carmen, "Se tu m'aimes, Carmen" o el final de la ópera tras apuñalar Don José a la gitana). La versión empleada no será necesario decir que es la grabación de 1964, con Nicolai Gedda como Don José y dirigida por Georges Prêtre a los conjuntos de la Ópera de París.

De Tosca escuchamos en la película el aria del acto 2 "Vissi d'arte" en la clásica grabación de 1953 dirigida por Victor de Sabata, durante la escena en que Callas "sueña" con el personaje de Tosca antes de decirle a Larry que es lo que quiere filmar, y no Traviata. El disco de la banda sonora añade también la escena final del Acto II, desde que Tosca finge aceptar las exigencias de Scarpia para liberar a Mario, hasta que mata al barón y termina el acto; lo que en la película se ve como un ensayo al piano, en el disco está sacado también de la grabación con De Sabata.

No podían faltar en una selección de arias por María Callas tres "hits" como son el "O mio babbino caro" del Gianni Schicchi de Puccini; el "Un bel dì vedremo", de la Madama Butterfly del mismo Puccini; o la "Casta Diva" de la ópera Norma de Bellini. La primera suena acompañada al piano en el vídeo del concierto en Japón, y más tarde en el "montaje" donde a Callas se la ve en 1974 acompañada al piano, pero se la oye en 1954 con acompañamiento orquestal. El aria de Butterfly (donde la protagonista de la ópera expresa su esperanza de que un día vuelva con ella el hombre de su vida) suena en la escena en que la Callas deambula por la noche en su apartamento, encendiendo velas y acabando desmayada... Si el hombre de su vida era Onassis, ¿cómo puede volver con ella, si ya estaba muerto por entonces? ¿Quizás lo que ella deseaba era "reunirse con él"?. En cuanto a "Casta Diva", que le había inspirado a Michael uno de sus cuadros, aparte de algunos fragmentos que se escuchan en el apartamento del joven pintor, suena íntegra en los títulos de crédito del final. Las versiones utilizadas están dirigidas en los tres casos por Tullio Serafin y grabadas en 1954: las dos primeras proceden de un recital registrado en Londres con la Orquesta Philharmonia y la última de su primera grabación completa de Norma con los conjuntos de la Scala de Milán.

Otro "hit" operístico típico en cualquier recopilación es el "Brindis" de La Traviata ("Libiamo, nei lieti calici"), que en la película suena cuando el equipo de filmación de Carmen "brinda" por el éxito del siguiente proyecto con participación de Callas, el cual se piensa que será el filmar dicha ópera de Verdi. En la película, la versión que se utiliza es la de Lisboa de 1958, junto a Alfredo Kraus, dirigida por Franco Ghione, aunque en el disco se ha editado en su lugar la de la otra Traviata clásica de la Callas, la de la Scala de 1955, con Giuseppe di Stefano, dirigida por Giulini y con escenografía de Visconti. Ambas grabaciones, como es sabido, son en vivo, pues EMI nunca grabó este título con Callas en estudio. Hay que decir que el "Brindis" incluido en el disco suena con algo más de presencia que lo que se escucha en las ediciones oficiales de esta Traviata, pues se ha realizado un reprocesado especial para esta edición a cargo de Nicos Velissiotis, "manager" del sello Arkadia y nieto del famoso director Dimitri Mitropoulos.

Dentro de la música que suena en la película pero no está incluida en el disco, podemos mencionar el aria "Donna non vidi mai", de la ópera Manon Lescaut de Puccini, que oímos brevemente durante el primer "casting" en el que se busca un reparto para Carmen, y cuyas palabras serían aplicables a la propia Callas ("Nunca vi una mujer semejante a esta"). Y, fuera ya del campo operístico, la canción Complete control del grupo "The Clash" que acompaña las primeras escenas del film, con el avión donde viaja Larry llegando a París, y que parece representar en sonidos la música del imaginario conjunto punk "Bad Dreams".

Por último, debemos mencionar la música original compuesta por Alessio Vlad, un nombre también habitual en las películas de Zeffirelli desde los años 90, y que ha procurado hacer una música de un lirismo que no desentone con el ambiente operístico de las grabaciones de Callas. Así, cuando Larry llega por primera vez ante la casa de María, la música parece anticipar el aria "O mio babbino caro" (que le mostrará la Callas en el vídeo de su concierto japonés y que será la elegida por Larry para mostrarle el poder de la tecnología). Cuando él le sirve el desayuno, la música sigue recordando el tema de "Un bel dì vedremo" que ella escuchaba la noche anterior, hasta desmayarse. Antes de aceptar el proyecto de Larry, la música que escuchamos reproduce el tema del aria de Leonora en Il trovatore de Verdi, "D'amor sull'ali rosee", que intenta llevar consuelo a un hombre que va a morir; esta música es la que figura en el disco de la banda sonora con el título de "María y Larry" y es una de las tres que incluye compuestas por Vlad: las otras son: la que lleva el título del film, "Callas forever", que escuchamos cuando María le cuenta a Sarah que nunca ha tenido un hogar, y la titulada "Picnic", que acompaña los diálogos en el parque entre María y Larry.



En resumen, la película que ha hecho Zeffirelli tiene incoherencias, fallos de ambientación (por mucho que repitan en los diálogos "Estamos en 1977" luego muchas veces no se nota), puede indignar a los seguidores de Callas... pero al mismo tiempo nos ofrece un argumento que puede mantener interesado a un público amplio, no operófilo. No será una gran película, pero sí una agradable de ver, que transcurre con suavidad, sin brusquedades (aparte del comienzo con música de los supuestos Bad Dreams) y no exenta de belleza; sumado a la labor de la Ardant, ello basta para, al menos, salvar Callas forever. Nótese que este título es el mismo que el del proyecto de Larry, del cual le dirá a Callas que hará que sea recordada dentro de cien años por la gente que contemple sus óperas filmadas. Quizás eso mismo piense Zeffirelli de su obra, que dentro de un siglo el mito Callas será más asociado entre las masas con esta fantasía que con los hechos de su vida real; ya se sabe que la creación y destrucción de mitos obedece a sus propias reglas, y lo que de ellos permanece suele responder a lo que encaje en un esquema mítico, antes que a lo ocurrido en la realidad.

Un hecho que presenció este comentarista en la sala donde se proyectaba el film puede abonar esta impresión de una película hecha para impactar en un público no aficionado: mientras que lo habitual es que la sala se quede vacía apenas empiecen a aparecer los créditos finales, aquí, por el contrario, la mayoría del (escaso) público permaneció en su sitio para escuchar completa la "Casta Diva" cantada por María Callas. Muchos de ellos no parecían gente que escuchara ópera habitualmente, más bien de aquellos cuya única guía es lo que se anuncia en la televisión, donde suele haber poco sitio para el reino de la belleza.