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Número 35º - Diciembre 2.002


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LES VISIONS DEL AMEN

Por Miguel Ángel Cladera Aguiló. (Palma de Mallorca, Baleares)


Olivier Messiaen

Les visions del Amen” corresponden a un conjunto de siete piezas (para dos pianos) que Messiaen compuso para la brillantez pianística de Ivonne Loriod en 1943. Esta obra abarca los principales temas sobre los cuales el compositor desarrolló la totalidad de su creación artística, a saber: una profunda religiosidad, el carácter espiritual de la creación, la ornitología, una profunda sensibilidad hacia la naturaleza y la fuerte atracción que ejerció en toda su obra la figura de Jesucristo. El Amor, como sujeto de la creación, y el deseo, potencia “activa” que busca encontrar su impronta, se convierten en los hilos conductores de esta experiencia estética.

 

Principales características de la obra.

Como el título ya sugiere, “les visions del Amen” desarrollan la temática espiritual contenida en la voz hebrea “amen”. Si nos remitimos a su primer campo de significación, “Amen” o literalmente “así sea”, es la voz que se usa al final de una oración y que manifiesta un vivo deseo para tenga efecto lo que se dice. También se puede transcribir como: “así es” y es quizás aquí donde Messiaen encuentra más material para su trabajo. Encontramos por lo tanto el vivo deseo de crear y el acto mismo ya consumado. No es de extrañar que “Les visions del Amen” empiecen con el tema “Amen de la création” y se cierre el ciclo con “Amen de la consommation”. Las propias palabras del autor pueden ayudar a dilucidar el concepto:” Asociando la vida de todas las criaturas que dicen Amen, con el acto de su existencia, yo he intentado a través de siete visiones musicales expresar la riqueza de significado contenida en la palabra Amen”. Las criaturas que aparecen en este escenario, donde se asocian e interactúan, tienen en común una misma razón creadora, Dios, y en virtud a El una sola voz, “Amen”, es decir: “Así sea”. Este sumisión y aceptación de su propio ser, se transforma en un intenso canto coral de alabanza hacia su creador. Messiaen, hombre, creado, pero con una intensísima sensibilidad intenta acercarnos a la experiencia, espiritual y estética que supone para cada una de las criaturas esta alabanza hacia Dios.

“Les visions del Amen” son un ciclo cerrado, tienen un principio y un fin: “Amen, la palabra del Génesis que es el Apocalipsis del principio. Amen, la palabra del Apocalipsis que es el fin de la consumación.” Sólo al final del ciclo, cada criatura alcanzará su pleno ser, movida por el deseo y el amor hacia su creador y motivada por la gracia hará efectiva su consumación.

Les visions.

El primer tema de “les visions” se titula “Amen de la création” y su duración aproximada es de 07: 18 minutos. El autor nos da una referencia del tema con esta cita que extrae del libro del Génesis: “...Y Dios dijo: “haya luz”, y hubo luz...” Gén. 1-3

Messiaen posiblemente identifica “la luz”, con el principio de la creación, es decir, algo creado y que a su vez actúa como principio creador. Es el segundo piano el que desarrollará el tema de la creación que por descontado será el más importante, no ya en la pieza, sino que se extiende a toda la obra en sí. El movimiento es un “crescendo” que evoca el misterio y la magnificencia de la “nebulosa originaria” que contiene en su interior el poder creativo de la luz. En “crescendo”, al igual que esta nebulosa de carácter inflacionario. Al final del desarrollo, se pueden adivinar unas “campanas celestes” que se estremecen con la magnitud creadora  de la luz. Estas campanas anuncian  en un completo “pianissimo”(ppp)  uno de los más importantes axiomas de la creación: “Luz, y por consiguiente ¡vida!. El uso de pedales rítmicos en la consecución de los ritmos no retrogradables, por parte del primer piano acompañan y dan énfasis a la voz del segundo piano.

 

Amen des Ètoiles, de la planète à l’anneau. 05:46

La cita introductoria nos la ofrece el libro de Baruk: “y los astros brillaron en sus atalayas y se gozaron. Llamólos y dijeron: Aquí estamos; brillaron gozosos en obsequio de su hacedor.” Baruk 3, 33-35

Por vez primera nos introducimos en el inmenso canto de alabanza a Dios que constituye uno de los pilares básicos de todo el repertorio. Messiaen transforma la experiencia existencial de los astros y de los planetas, en concreto el planeta Saturno, en toda una intensa experiencia estética dirigida al oyente. Es un universo pleno de vida y ebullición el que nos describe el autor; una marcha incesante hacia “el acto de ser”, un acto de gracias por “poder ser”. Así el ritmo frenético de la “danza de los planetas”, evocado por el segundo piano, y el arco iris de colores expuesto en el tercer desarrollo, convierten a esta composición y en palabras del autor en “Una brutal y salvaje danza, donde las estrellas, los soles y Saturno se ven envueltos por una espiral multicolor que gira alocadamente a su alrededor”.

Esta pieza consta de una introducción y de tres partes desarrolladas independientemente; la introducción ejecutada por el primer piano, nos ofrece un elenco de las cinco notas que forman la danza de los planetas. Serán esta danza y sus variaciones la “materia bruta” de los posteriores desarrollos. Unos cambios abruptos del ritmo y del registro dotan de una  diversidad elocuente a la cinco notas introductorias y dotan de movimiento y agilidad a la danza planetaria. El primer piano envuelve a este “éxtasis rítmico” , valiéndose para ello Messiaen del uso de la superposición en la polimodalidad, tan característica en su esquema compositivo.


   
 El segundo desarrollo no es más que el primer tema, pero en sentido inverso, por eliminación y en su esencia un movimiento adelantado, evocador del desenfreno planetario. En el tercero se superponen dos variantes del tema introductorio; El primer piano con el uso de los pedales rítmicos y el segundo subscribiendo constantes cambios en el registro, aportan el arco iris multicolor que desprende los anillos de Saturno.

Amen del’agonia de Jesús. 07:53

“De nuevo por segunda vez, habiéndose apartado se puso a orar, diciendo: Padre mío si no es que pase este cáliz sin que yo lo beba, hágase tu voluntad”. Mateo 26, 42

 

Esta composición, narra la agonía que sufrió Jesús antes de ser capturado por sus verdugos. “Jesús sufrió y lloró”.  Messiaen explora la grandeza del sacrificio ofrecido por Jesucristo a los hombres, en sus dos vertientes: por un lado el de la sumisión al padre y plena aceptación de su destino, y por otra el del nacimiento de un nuevo hombre, salvado ya, en virtud de ese sacrificio. “El acepto, quizás ellos serán hechos”  

El tema esta estructurado como una tragedia griega, con una estrofa introductoria, una anti-estrofa y un épodo final. Messiaen debió recurrir a un gospel basado en el evangelio de Mateo a la hora de componer esta pieza.

Estrofa: Jesús está solo en el monte de los olivos enfrentándose a su agonía. Tres motivos musicales ocurren:

1º La maldición de Dios padre hacia el pecado del mundo, encarnado en estos momentos en la figura de su hijo.

2º Un gran lamento o grito comunicado por una expresión rítmica agrupada ( upbeat, accent) y un momento de inflexión.

3º Una “cuarta”, haciendo énfasis en el gemido, ya marcado por los diferentes patrones rítmicos.

Anti-estrofa: De una naturaleza rítmica más complicada que la estrofa, pero no antagónica en la métrica. Incluye un ritmo bajo ejecutado con pedales rítmicos que evocan el sonido de gongs y tams-tams.

Épodo: el épodo retoma el tema de la creación: Jesús con su sacrificio ofrece la gracia redentora y crea un nuevo hombre. Un largo silencio, puntuado con severas pulsaciones, expresa el sufrimiento de aquella hora; un sufrimiento indescriptible sugerido solo por la sangre sudada.

Ejemplo de la combinación “anacrusa-acento-desinencia” en la composición, que otorga mayor expresividad melódica a la agonía de Jesucristo.

Amen du désir.10:54

En esta visión musical, Messiaen expone su particular visión del deseo. “de este modo el ángel llamó al profeta Daniel, ¡hombre de deseo!”. El deseo plasmado en esta obra es un deseo espiritual, un deseo nacido en nuestro interior que nos empuja hacia nuestro creador; un deseo dinámico que  a su vez transforma y nos ofrece una imagen fidedigna de la totalidad de la realidad.

Esta pieza se estructura de la siguiente manera: el primer tema corresponde a un movimiento lento, casi estático, donde se explora el deseo en su vertiente más emotiva y espiritual. Este deseo expresa una profunda ternura, crea un dolor en el alma, un acercamiento al creador. Nuestra alma intuye a Dios y se inflama con los efluvios del paraíso. Posiblemente Messiaen, adoptó las teorías de Bergson sobre “la intuición”, para formalizar su idea de deseo, muy próxima a la mística en su concepción. El segundo movimiento representa un deseo más vehemente y más dinámico, representado por un intensísimo amor (cercano al paroxismo) y por una “terrible” añoranza hacia nuestro creador. En el desarrollo de la pieza los dos temas alternan consecutivamente, fundiéndose en la coda. Es importante destacar el papel fundamental del deseo en toda la imaginería simbólica y espiritual de las visiones.

Amen des anges, des saints, du chant des oiseaux. 07:06.

“canción de la pureza de los santos, amen. Exultante canción de los pájaros, amen”. Como bien indica el autor, el primer canto esta dedicado a la figura de los santos, principales figuras, donde el deseo anteriormente citado, alcanza su grado máximo de representación. “y cayeron sobre sus rostros (la turbe celeste) en presencia del trono y adoraron a Dios, diciendo Amen”. Apoc. 7, 11-12. El segundo canto es un homenaje a los pájaros, esas criaturas dotadas de una particular voz, que usan para adorar a Dios su creador. Messiaen dedicó gran parte de su tiempo a la ornitología, y en especial a estudiar los cantos de las aves, de los que se valió para crear sus propias composiciones. Para su realización, el autor se valió del canto de algunos de los mejores pájaros cantores, como: el mirlo común (turdus merula), la curruca capirotada (sylvia atricapilla), etc.  La primera canción es “franca y pura”; conecta inmediatamente con la canción de los pájaros que sirve para enlazar el primer tema con la centelleante parte de piano del final. Los temas se van alternando y los cantos de los pájaros son estilizados e idealizados, convergiendo en un alegre amalgama. Acto seguido aparecen unas repeticiones con variaciones de los dos temas. La pieza finaliza con una corta coda donde vuelve a aparecer el tema de las aves.

Amen du judgement. 02:43 “de verdad os lo digo, amen”

Esta es una composición “áspera”, donde la alternancia de tres notas pulsadas al límite, nos recuerdan la existencia de un día en el cual seremos juzgados por nuestras acciones o actitudes pasadas. Tres notas que evocan la “campana de la evidencia”. “Apartaos de mi, vosotros los malditos” Mat. 25-41

 

Amen de la consommation. 07:08

Esta pieza es la que cierra el ciclo. Las criaturas están situadas frente a su creador en un estado de gracia y sublimidad permanente. El optimismo es la clave imperante de esta composición, optimismo y acción de gratitud hacia Dios. “Más la senda de los justos es cual fúlgida luz matinal, cuyo brillo va creciendo hasta la plena radiación del día”. Prov. 4-18. Es el segundo piano el que nos retoma el tema capital de “les visions”, el de la creación. Así como la cita indica, la luz identificada con la creación alcanza ya su cenit, su máximo estatus ontológico. Un largo coral, ejecutado posteriormente, enarbola la gratitud de “ser” hacia Dios; es una alabanza de gloria divina y eterna para el creador. El primer piano arropa esta coral (combinando notas muy agudas y notas muy graves) con un “carillón” de acordes y brillantes ritmos que rememoran las piedras preciosas del Apocalipsis, de la Jerusalén celeste; zafiros, esmeraldas, topacios, jacintos, amatistas y sardonitas, un verdadero arco iris de piedras preciosas que colorean y perfuman la luz de la vida.

Audición recomendada

Excelente es la versión ejecutada por Marten Bon (piano), reconocido por su trascripción para piano a cuatro manos que realizó de “le sacre du printemps”, autorizada por el propio Strawinsky; y Reinbert de Leeuw (piano), conocido también por sus publicaciones de ensayos musicales.