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"THE CARTERPILLAR SONGS": ¿ESTO
ES ALBÉNIZ?
Por
Justino
Losada Gómez
Sí, Albéniz es, me
cercioré al leer la información que llevaba de antemano y la verdad es que
aquello no se parecía en nada a la famosa música del compositor
gerundense, pero bien que era suyo y que para nada recordaba a los giros
de obras como Iberia (1905-1908), La Vega (1895-1898) o
sus óperas.
La presentación, el pasado 27 de febrero, del disco de canciones
Caterpillar Songs transcurrió dentro de una gran expectación, al
estar respaldada por instituciones públicas y por personalidades como el
presidente de la autonomía madrileña Alberto Ruiz-Gallardón (que es
sobrino-nieto de Albéniz), Andrés Ruiz-Tarazona, Alberto Corazón, las
solistas Rosa Torres-Pardo y Marina Pardo y, mediando la agradable charla
didáctica sobre tan extrañas obras, el periodista Iñaki Gabilondo. Tras la
explicación sobre las canciones donde se hacen comparaciones entre el más
melancólico jazz de figuras tan emblemáticas como Ella Fitzgerald, y la
supuesta cercanía de las intérpretes a la hora de realizar la lectura de
las mismas, se hizo alarde de la extraordinaria musicalidad y talento del
compositor español, dejando boquiabierto a gran parte del público presente
en la sala (a unos más que a otros): con un recogimiento impasible, todos
los asistentes al Salón de Actos de la Fundación Canal fuimos obsequiados
con la interpretación por parte de las firmantes del disco de una serie de
canciones del libro, para apreciar así las cualidades de tan extraño
legado musical.
El ciclo de canciones Caterpillar Songs procede del extenso
contrato "laboral" entre el dramaturgo aficionado y heredero de fortunas
bancarias Francis B. Money Coutts con Albéniz, mediante el cual el
compositor haría música para los poemas de su amigo y mecenas. Del libro
Poems (Londres 1896) extrajo Albéniz los textos para estas
composiciones. De las canciones interpretadas, todas ellas preciosas (To
Nelly, In Sickness and Health, Paradise Regained...),
la que da título al disco, Caterpillar, rebosa por la belleza más
propia de un himno que de una canción, evocando en mis recuerdos analogías
más propias de las canciones de los emigrantes irlandeses que de cualquier
fuente española; acompañado, además, por el tenue melodismo que requiere
la partitura y que la solista de piano, a mi juicio, no supo demostrar ni
en vivo ni en el concierto en directo que quedó registrado en el disco a
criticar.
El papel de la soprano Marina Pardo resulta frío y encorsetado, poco
propio a unos textos que piden más sentimiento, aunque se traten como
simple mueble sonoro. Los esfuerzos de la pianista Rosa Torres-Pardo por
acompañar a la cantante usando su portentosa y (a mi juicio, repito) poco
educada voz, a veces conformaban un contraste de sonidos poco agradables,
al cambiar de registro de voz continuamente, emulando a veces cualidades
más propias del sexo opuesto.
Es posible que en esta amalgama sonora no del todo agradable consista la
cercanía y referencia al contexto melancólico del jazz, a las cuales alude
el Sr. Ruiz-Tarazona en las notas del disco, aunque como concepto sea un
anacronismo. Verdaderamente, lo que se escuchó sí dejaba entrever unos
"bajos fondos" ajenos al carácter típico de la sociedad que se refleja en
estas canciones, pero bajo un cariz distorsionado y exagerado, sin
preservar el "swing" y la elegancia del jazz.
Creo sinceramente que muy bien podrían haber escogido otros solistas para
grabar este ciclo de manera que cada cual actuase como lo que representa,
la soprano como soprano y el (o la) pianista al piano, que para eso
estudian cada uno lo propio. De ser esto así, seguramente el ciclo hubiera
correspondido más a las expectativas levantadas, pero como nos encontramos
ante la primera grabación de estas canciones, es imposible no recomendar
el disco, aun a sabiendas de que podía haber dado mucho más de sí.
REFERENCIAS:
ALBÉNIZ: The Carterpillar (Canciones en inglés)
Marina Pardo, soprano
Rosa Torres-Pardo, piano y voz.
DG 0028947431527
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