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EL INAGOTABLE TALENTO DE LOS BACH
Por Ignacio
Deleyto Alcalá. Lee su
Curriculum.
Archiv Produktion presenta el segundo disco
de una serie de tres, centrados en la recuperación de los archivos de la
Sing-Akademie berlinesa devueltos en 2001 por las autoridades ucranianas.
Esta segunda entrega gira en torno al recuperado Concierto para flauta
en re mayor de Wilhelm Friedemann Bach y añade conciertos dobles de
otros hijos de Bach como Johann Christian, Johann Christoph Friedrich y
Carl Philipp Emanuel Bach en interpretación de Reinhard Goebel y Musica
Antiqua Köln.
Los archivos de la Sing-Akademie de Berlín
La Sing-Akademie se estableció en Berlín en 1791 y pronto se convirtió en
depositaria de una gran cantidad de partituras y publicaciones musicales.
Con el tiempo sus archivos, la gran mayoría manuscritos originales y el
resto copias autorizadas, se enriquecieron con obras de autores alemanes
como Georg Philipp Telemann, Johann Gottlieb Graun y Johann Adolf Hasse.
También albergaban composiciones de Haydn y Handel e incluso del Rey
Federico II de Prusia. Quizás la parte más importante era el denominado
“Antiguo Archivo Bach” que contenía una gran parte de obras de la familia
Bach. Tras la muerte de Carl Philipp Emanuel, el archivo pasó a manos de
Carl Friedrich Zelter, director de la institución entre 1800 y 1832.
Aunque a mediados del siglo XIX se preparó un catálogo inicial del ingente
patrimonio, nunca se llegó a completar y aún menos a publicar. Cuando en
1943 comenzaron los bombardeos aliados sobre Berlín, las autoridades nazis
evacuaron mucho del patrimonio artístico-cultural de la ciudad a sitios
seguros como monasterios, castillos o minas. Sajonia fue uno de los
destinos preferidos pero en el caso de los archivos de la Sing-Akademie se
eligió un lugar más remoto: el castillo de Ullersdorf, cerca de Glatz, en
la región de Silesia (hoy Polonia).
Muchos de estos tesoros fueron encontrados por los americanos que los
llevaron a la zona ocupada de Alemania para luego restituirlos a sus
lugares de origen. Sin embargo, otros fueron descubiertos por el Ejército
Rojo y trasladados a Rusia en el más absoluto de los secretos; Moscú era
generalmente el destino final. Sin embargo, los archivos de la
Sing-Akademie, con más de cinco mil obras, acabaron en la ciudad de Kiev
(Ucrania), donde permanecieron ocultos más de medio siglo. De hecho, en el
Oeste estos archivos se daban por perdidos o destruidos durante la
guerra.
En
la década de los setenta empezaron a correr los primeros rumores de que
parte del archivo se encontraba en Kiev. Fue Christoph Wolff, de la
Universidad de Harvard, musicólogo especialista en Bach, el primero en
ponerse tras la pista de este patrimonio cultural aunque al principio con
bastante poco éxito. Las noticias de alguna interpretación del
Concierto para flauta de W.F. Bach en países del Este, en una edición
no publicada y procedente de una “fuente rusa desconocida”, fue la primera
prueba que demostraría que los archivos de la Sing-Akademie ni se habían
quemado ni perdido pues se sabía que dicho concierto formaba parte de la
colección de la Sing-Akademie.
Es ilustrativo como en una fecha
relativamente reciente como 1986, el Dr. Andreas Holschneider, director
por aquella época de Archiv Produktion y presidente de Deutsche
Grammophon, afirmaba lo siguiente en sus notas al álbum de Musica Antiqua
Köln dedicado a la familia de Johann Sebastian Bach: “Con ocasión del
aniversario Bach en 1935, el historiador Max Schneider publicó las obras
vocales del “Archivo” en una edición en dos volúmenes, en la serie Erbe
Deutscher Musik. Fue justo a tiempo, ya que la colección completa de
manuscritos originales de la Sing-Akademie de Berlín fue quemada durante
la Segunda Guerra Mundial” [1]. Resulta evidente por estas declaraciones
(de una persona tan autorizada como el Dr. Holschneider) que la mayor
parte de la comunidad musical daba por perdidos los archivos de la
Sing-Akademie.
Tras muchos años de negativas y pasos en falso, Wolff volvió a reavivar la
llama de la esperanza a finales de los noventa. En abril de 1999, el
bibliotecario del Conservatorio de Kiev admitió conocer un informe sobre
una gran colección de obras extranjeras alojadas en el Museo-Archivo
Estatal Central de Literatura y Arte de Kiev, algo que nunca antes se
había reconocido. Fue la primera indicación de que efectivamente los
archivos estaban en Kiev. Se empezaba a ver luz al final del túnel. Poco
después, Christoph Wolff, su mujer -bibliotecaria de Harvard- y Patricia
Kennedy Grimsted, del Instituto de Investigación Ucraniana de Harvard,
viajaron a Kiev y por primera vez, y después de las pertinentes
autorizaciones, pudieron “ver y tocar” algunos volúmenes del ansiado
archivo. Tras arduas negociaciones entre las autoridades competentes y un
sinfín de protocolos diplomáticos, el 1 de diciembre de 2001 un avión de
Lufthansa despegaba del aeropuerto de Kiev con destino a Berlín con los
archivos de la Sing-Akademie, que finalmente tomaban tierra en suelo
alemán varias horas después [2].
La devolución de este "botín de guerra" ha supuesto un importante
descubrimiento que permitirá poner al alcance de musicólogos,
historiadores, intérpretes y público en general, obras que habían
permanecido en la oscuridad durante más de doscientos años. Gracias a la
perseverancia y esfuerzo de Wolff y su equipo así como de los
representantes actuales de la Sing-Akademie, hoy día es ya una realidad.
Prueba de ello es la edición e interpretación de obras como la Cantata
de la Amistad de C.Ph.E. Bach (Christopher Hogwood), la Pasión
según San Mateo de C.Ph.E. Bach (Ton Koopman), o el Concierto para
flauta de W.F. Bach, protagonista de este nuevo registro de Reinhard
Goebel [3].
Bachiana II: Double concertos
Reinhard Goebel, siempre fascinado por la familia Bach, tenía que ser por
su historial uno de los primeros en interpretar esta música [4]. Como
hemos comentado, el disco gira en torno al Concierto de flauta de
Wilhelm Friedemann Bach, el mayor de los hijos de Bach nacido de su primer
matrimonio con Maria Barbara. La obra, única del disco que pertenece al
archivo de la Sing-Akademie, es una pieza importante con un primer
movimiento jubiloso y rico en ideas, un “Largo” que recuerda a la belleza
de algunas sentidas arias de ópera de Handel y un efervescente “Allegro”
final. La solista Verena Fischer, primera flauta de MAK desde 1996, toca
con delicadeza y agilidad aunque la toma de sonido favorece más a la
orquesta que a su instrumento. Aunque algunas voces han manifestado
decepción por los manuscritos recuperados, quizás por las altas
expectativas creadas, en todo caso, es extraordinario poder disfrutar de
este interesante concierto que hasta ahora se consideraba perdido [5].
Más vitalista aún es el Concierto para pianoforte y viola de Johann
Christoph Friedrich Bach, una obra en el estilo “Sturm und Drang”, de
sorprendente combinación, con el doble aliciente de contar con un Goebel
que, como en sus mejores tiempos, empuña el instrumento solista, la viola
en este caso, y la vuelta de uno de los clavistas legendarios del grupo,
el americano Robert Hill, aquí al teclado de un fortepiano de bello sonido
copia de un Bartolomeo Cristofori. Goebel imprime un ritmo vibrante a la
obra y su viola se tiñe de cierta melancolía en el sensacional movimiento
lento. Música tranquila y reconfortante. La obra termina con un
“Allegretto” de gran factura, cautivador en su ritmo y melodía. MAK cuyo
ámbito ha sido siempre el barroco se presenta en esta grabación como una
orquesta bien entrenada en el período clásico.
El disco se abre con la conocida Sinfonía concertante para violín y
violonchelo de Johann Christian Bach, “el Bach de Londres”, una obra
clasicista, muy en la línea de algunas obras de Karl Stamitz en un tipo de
composición que gozó de extraordinaria popularidad a finales del siglo
XVIII. La interpretación de MAK es contrastada, juguetona y equilibrada.
Destacaremos el primer movimiento por su riqueza musical y el fluido
diálogo entre solistas y orquesta. Galante y delicioso.
El disco se cierra con otro conocido concierto para dos instrumentos -esta
vez para la curiosa combinación de clave y fortepiano- de Carl Philipp
Emanuel Bach, que muestra esa dualidad entre lo antiguo y lo nuevo,
representada aquí por el clave y el fortepiano. El “Larghetto” central es
un buen ejemplo para comparar las posibilidades y diferentes sonoridades
de ambos instrumentos. El último movimiento enfrenta a ambos protagonistas
como si de un concurso se tratara. La interpretación tiene garra y
virtuosismo con abundantes oportunidades para el lucimiento de ambos
solistas. MAK hace un acompañamiento vigoroso con su habitual sonido
ligeramente ácido, brillante y crispado.
En suma, disco interesante no sólo por el recuperado concierto para flauta
sino por ofrecer un programa cuidado y variado prueba del talento
compositivo de los hijos de Bach. Una vez más Goebel demuestra su olfato
musical y su indiscutible liderazgo en la interpretación de la música de
los Bach. Sonido y presentación excelentes.
Notas:
[1] Andreas Holchsneider: Die Familie Bach vor Johann Sebastian.
ARCHIV 419253-2 (pág. 9; Archiv Produktion, 1986)
[2] Para una información más completa, recomendamos la lectura del
fascinante aunque extenso artículo de Patricia Kennedy Grimsted que
describe con todo lujo de detalles los avatares de esta historia. “Bach is
Back in Berlin: The Return of the Sing-Akademie Archive from Ukraine in
the Context of Displaced Cultural Treasures and Restitution Politics”,
publicado en Spoils of War: International Newsletter nº 8 (August 2002).
También disponible en la siguiente dirección:
www.huri.harvard.edu/work7.html
[3] Mismo concierto grabado recientemente por la Wiener Akademie de Martin
Häselbock y el flautista, Christian Gurtner para el sello alemán, CPO.
[4] A lo largo de su ya dilatada carrera Goebel ha dedicado muchos
esfuerzos a sacar a la luz obras de la familia Bach y de sus
contemporáneos. Destacaremos tres trabajos suyos que merecen especial
atención. El ya mencionado Die Familie Bach vor Johann Sebastian
(1986) centrado en obras vocales de los antecesores del Cantor de Lepizig
tales como Johann Michael Bach, Georg Christoph Bach, Johann Christoph
Bach, etc. (Archiv 419 253-2); el disco con Conciertos para dos claves
(1986) de C.Ph.E. Bach y W.F. Bach (Archiv 419 256-2) y su álbum
Deutsche Kammermusik vor Bach (1982) con obras de Bach, Buxtehude,
Reincken, Pachelbel, Rosenmüller, Schenck, y Westhoff, reeditado en disco
compacto hace pocos años aunque no disponible en el catálogo internacional
(Archiv 445 093-2).
[5] En las notas al libreto el propio Goebel hace esta curiosa afirmación,
entrando en aparente contradicción con otras declaraciones suyas
anteriores: “En cuanto a la práctica musical se refiere y siendo honestos,
este descubrimiento no ha sido particularmente significativo. Obras para
violín de los hermanos Graun o pasiones de C. Ph. E. Bach no tienen mayor
demanda” (pág. 11).
REFERENCIAS:
BACHIANA, MÚSICA DE LA FAMILIA BACH: Johann
Christian Bach: Sinfonia concertante para violín y violonchelo en la
mayor; Wilhelm Friedemann Bach: Concierto para flauta en re mayor;
Johann Christoph Friedrich Bach: Concierto para fortepiano y viola en
mi bemol mayor; Carl Philipp Emanuel Bach: Concierto para clave y
fortepiano en mi bemol mayor, Wq 47. Stephan Schadt, violín. Joachim
Fiedler, violonchelo. Verena Fischer, flauta travesera. Robert Hill,
fortepiano. Léon Berber, clave. Musica Antiqua Köln. Reinhard Goebel,
viola y dirección. ARCHIV 471 579-2.
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