|
BERLIOZ CON
INSTRUMENTOS ORIGINALES
Oviedo, Auditorio
Príncipe Felipe, 15 de marzo de 2003.
Berlioz: Escena de amor de "Romeo y Julieta". Sinfonía Fantástica.
Orquesta de los Campos Elíseos. Director: Philippe Herreweghe.
Dentro de las conmemoraciones que tendrá en todo el mundo
el bicentenario del nacimiento de Berlioz, hemos podido presenciar en
Oviedo un concierto que incluía su obra más emblemática, la Sinfonía
Fantástica, interpretada con instrumentos de la época. Los reparos
que pudiera poner en principio el aficionado habitual a las versiones
"románticas" parecían quedar acallados por la presencia de un músico tan
serio y solvente como Philippe Herreweghe, al frente del conjunto que él
mismo ha fundado para interpretar músicas posteriores al barroco.
Y, en efecto, Herreweghe convenció, si de lo que se trataba era de
demostrar que una orquesta historicista es al menos tan válida como una
convencional para hacer este repertorio. La cuerda, pasados los primeros
instantes de sorpresa por escuchar el típico sonido "de tripa", se reveló
capaz de "vibratos" tan apasionados como los de una orquesta moderna (no
se llegó al límite del arrebato posible, es cierto, pero raras veces se
llega asimismo con las modernas). En los instrumentos de viento, lo peor
fue, como era de esperar, los metales, en particular una trompeta que fue
una auténtica tortura (aunque hay que volver a recordar que eso también
pasa con muchas orquestas "modernas"), mientras que de las maderas no hubo
queja. La percusión, generosamente empleada, puso la nota de
espectacularidad imprescindible en esta obra.
Herreweghe dirigió de forma muy austera, podría decirse muy racional, y se
pudieron percibir numerosos detalles de la obra que pasan habitualmente
desapercibidos, eso sí, sin renunciar a la espectacularidad de momentos
clave como el "Dies Irae" del último movimiento. Por todo ello, el
concierto tuvo su merecido éxito, y Herreweghe fue aclamado al final de la
Fantástica; en el lado negativo hay que señalar únicamente su
rácana duración, pues aparte de la Fantástica el programa
solamente comprendía, como "aperitivo", la "Escena de amor" de Romeo y
Julieta, algo que los músicos compensaron en parte ofreciendo como
bis el "vals" de la Sinfonía.
|