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HENRY CLIFFORD
Por
Fernando López Vargas-Machuca.
Ante todo, nos encontramos ante
una admirable edición que esperamos conozca un importante éxito comercial.
Decca y la Comunidad de Madrid no han escatimado medios para rescatar del
más absoluto olvido Henry Clifford, primera realización
operística de Albéniz para el banquero y mecenas británico Francis Burdett
Money-Coutts. Reparto de lujo (liderado por Aquiles Machado, en la que es
su primera realización discográfica de importancia), solvente labor en el
podio del principal responsable del rescate, el director José de Eusebio,
más una presentación a la altura de cualquier otro lanzamiento operístico
a cargo del prestigioso sello, conforman un lanzamiento de una
indiscutible calidad de la que, a decir verdad, no suelen gozar muchas
otras recuperaciones líricas. Un lujo justo y necesario, porque este
título enriquece considerablemente nuestro conocimiento del autor de
Iberia y, sin sorprendernos tanto como en su día lo hizo Merlín,
nos muestra cómo el compositor catalán había ido abriendo las vías que le
conducirían hacia la madurez de escritura que evidencia en el título
artúrico.
Ahora bien, ¿significa esto que nos encontramos ante una buena ópera?
Rotundamente, no: a pesar de la elevada calidad interpretativa, la
audición resulta bastante aburrida. Gran parte de la responsabilidad recae
en el no ya mediocre, sino abiertamente infumable libreto -en inglés- de
Money-Coutts, que tejió un argumento basado en la Guerra de las Rosas
(enfrentamiento entre las casas de Lancaster y York por el trono de
Inglaterra a lo largo del siglo XV) en el que intentaba combinar
ingredientes estrictamente históricos con elementos mágicos de corte en
cierta medida simbolista. La acción es morosa, las situaciones resultan
tópicas y el texto carece de cualquier valor literario. Y como nos
encontramos ante un título que busca claramente los valores dramáticos de
la integración entre música y canto, sin hacer la menor concesión al
exhibicionismo canoro, el resultado se resiente.
Nos atrevemos a afirmar que tampoco Albéniz dio aquí lo mejor de sí mismo.
Hay, cómo no, pasajes orquestales muy hermosos que anuncian el
Impresionismo. Igualmente encontramos algún coro de innegable belleza, así
como varias arias y dúos melódicamente atractivos. Por desgracia el
conjunto carece no ya de unidad y de progresión dramática, sino también de
personalidad e inspiración. Descubrir que un compositor español hasta
ahora considerado bajo el prisma de los tópicos era capaz de realizar una
escritura vocal y orquestal "a la europea", abierta a todo tipo de
influencias y más avanzada de lo que por entonces se llevaba en España,
nos sorprende, alegra y maravilla, pero ello no debe conducirnos a
sobrevalorar los resultados.
Sea como fuere, se trata de una recuperación necesaria que debemos
esforzarnos en conocer. Teniendo en mente Merlín, página a todas
luces más interesante aunque tampoco la obra maestra que algunos pregonan,
hemos de reparar en la progresión que Albéniz realizaría en pocos años en
lo que a orquestación y armonía se refiere, en la integración de música y
drama y, sobre todo, en el abandono de fórmulas en cierto modo
italianizantes para, sin renunciar en ningún momento a sus importantes
filiaciones estilísticas con la escuela francesa, zambullirse en el
fascinante mundo wagneriano.
Esperamos con impaciencia las grabaciones que De Eusebio piensa realizar
de The Magic Opal y de la versión original de Pepita Jiménez
para, de esta manera, tener una visión mucho más exacta sobre la figura de
nuestro insigne compositor. Cuando tengamos todo ese material a nuestra
disposición acabaremos de una vez por todas con los extendidos prejuicios
sobre la calidad del Albéniz lírico, pero también, superada la euforia
inicial del descubrimiento, confirmaremos que nuestro gran músico será
siempre, ante todo, el creador de esa obra maestra absoluta llamada
Iberia.
REFERENCIAS:
ALBENIZ: Henry Clifford.
Alessandra Marc, Jane Henschel, Ana Mª Martínez, Aquiles Machado, Carlos
Álvarez.
Coro y Orquesta Sinfónica de Madrid, José De Eusebio.
Decca 473 937-2 DHO2. (2 CDs)
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