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UN RECUERDO A ANGEL-FERNANDO MAYO
Por
Angel Riego
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El pasado día 14 de junio
fallecía en Madrid uno de los críticos musicales más respetados de España,
Angel-Fernando Mayo Antoñanzas, considerado unánimemente como la máxima
autoridad española en Wagner. Nacido en Madrid el 12 de noviembre de 1939,
Mayo se sintió atraído por Wagner desde su juventud, y decidió conocer el
mundo wagneriano "in situ" en el Festival de Bayreuth, a donde acudió en
1962, con 22 años, recién terminada la carrera de Derecho; la forma de
pagarse entonces las entradas y la estancia en Bayreuth fue el trabajar en
el propio Festival como tramoyista, algo en lo que ya tenía experiencia,
pues también había trabajado como tal en el madrileño Circo Price. Esto,
que puede parecer una mera anécdota, es en realidad representativo de la
personalidad de Mayo como crítico, basada en no deber favores a nadie
(medios de comunicación, sellos discográficas, etc.) para no perturbar su
independencia de criterio.
Así, cuando hacia 1975 comienza a escribir en la revista "Ritmo"
sobre Wagner, su primer artículo es para reivindicar al más grande
director de orquesta wagneriano de todos los tiempos, fallecido diez años
atrás: Hans Knappertsbusch, un nombre por aquel entonces injustamente
olvidado incluso entre los críticos, que en lo que a Wagner se refiere se
limitaban a loar las nuevas grabaciones que iban apareciendo de Karajan y
Solti. En 1976, al cumplirse el centenario de la inauguración del Festival
de Bayreuth con la primera representación del Anillo del Nibelungo,
será cuando publique en "Ritmo" una serie de cinco artículos que
consolidarán su fama como experto en Wagner, con el título Cien años
del Festival de Bayreuth. Ese mismo año, el estreno de la nueva y
"revolucionaria" producción del Anillo firmada por Boulez y
Chéreau marcará el inexorable declive artístico del Festival, algo que
será duramente criticado por Mayo, que lo había conocido en sus momentos
de esplendor, mientras que otros críticos (que debían sus entradas a la
organización del propio Festival) hallarán muchos más aspectos positivos
en la nueva situación.
Los artículos de Mayo fueron apareciendo en revistas, programas de mano,
periódicos, suplementos de periódicos, etc. De ellos, los más conocidos
son los que escribió para la ya mencionada "Ritmo" (de la que fue
subdirector desde 1977 hasta 1981, y continuó escribiendo en ella en los
80 y principios de los 90, principalmente reseñas discográficas), más
tarde para "Scherzo", y en sus últimos tiempos el medio de
comunicación preferido con sus lectores era el Boletín mensual de
novedades discográficas de DIVERDI, la empresa que importa a España, entre
otros, muchos sellos de grabaciones "en vivo". Sus temas abarcaban no sólo
a Wagner; otros compositores de su preferencia sobre los que escribió en
abundancia eran Bruckner, Berlioz, Richard Strauss, y en general los
compositores de la escuela germánica a partir de Beethoven. En cuanto a
intérpretes, dedicaba especial atención, lógicamente a los wagnerianos:
directores como Knappertsbusch o Furtwängler, cantantes como Flagstad,
Mödl, Varnay, Windgassen o Hotter, o escenógrafos como Wieland Wagner,
cuyas puestas en escena en el Bayreuth de los años 60 tuvo ocasión de
presenciar para luego compararlas con lo que vino después.
En 1981, Mayo escribe el capítulo dedicado a Wagner de la
"Enciclopedia Salvat de los Grandes Compositores", lo que puede
considerarse su primer libro publicado; como autor, no repetirá hasta
1998, en que Ediciones Península publique su Richard Wagner.
Discografía Recomendada. Obra completa comentada, que conoció una
segunda edición revisada en 2001. La inmensa mayoría de los libros que ha
publicado son como traductor, realizando una labor impagable de difusión
en castellano de Wagner y de la cultura germánica en general. A él le
debemos la traducción al castellano de la biografía de referencia de
Wagner, la escrita por Martin Gregor-Dellin (Alianza Editorial, 1983;
segunda edición revisada en 2001); también de textos del propio Wagner,
como la primera traducción completa al castellano de Mi Vida, la
autobiografía que escribió Wagner a petición del rey Luis II de Baviera
(Ediciones Turner, 1989); o el libro donde Wagner plasmó de forma más
completa sus ideas artísticas, Ópera y Drama (editado por la
Consejería de Cultura de Junta de Andalucía en 1997); o la colección de
escritos del joven Wagner durante su primera estancia en París, publicados
bajo el título Un músico alemán en París (Muchnik Editores,
2001). También tradujo todos los libretos escénicos de Wagner,
traducciones que eran revisadas periódicamente para "pulirlas" y
perfeccionarlas cada vez más; en 1986, Ediciones Turner publicó en 4
volúmenes su versión bilingüe del Anillo del Nibelungo, y
Ediciones Daimon llegó a publicar El Holandés Errante (1986,
reeditada por Cátedra en 1992) y Los Maestros Cantores (1982). El
resto pueden hallarse en programas de mano del Teatro Real, el Liceo, el
Auditorio de Valencia, etc.
Aparte del campo wagneriano, Mayo es el autor de la traducción de El
maravilloso mundo de la música de Kurt Pahlen, las Cartas de
Schoenberg, la biografía de Hanns Eisler escrita por Albrecht Betz o
La disputa por el sargento Grischa de Arnold Zweig. Entre las
publicaciones que tenía en preparación, y de las que tal vez alguna se
publique póstumamente, estaba la traducción de dos libros con textos de
Furtwängler, las memorias de Karl Böhm (que al parecer tradujo enteras
para su "uso personal") y una biografía de Knappertsbusch que el propio
Mayo llevaba años preparando. No hay que olvidar sus traducciones de
numerosos textos cantados, tanto para programas de mano como para
distribución en formato disquete por la propia empresa DIVERDI
(acompañando siempre a un CD que contuviera una grabación de esa obra) e
incluso para el subtitulado electrónico de óperas en formato video. Ya en
1983, cuando Televisión Española emitió la filmación del por él tan
criticado Anillo de Chéreau-Boulez, la traducción subtitulada era
la suya, y antes de la emisión del Oro del Rhin se le pudo ver
participando junto a otros críticos en un debate televisado sobre Wagner.
Siguieron otras emisiones de óperas por TV como el Anillo o el
Tristán de Barenboim, emitidos por Canal+, o el Tannhäuser
desde el Teatro Real, en escenificación de Werner Herzog. El último
episodio dentro de esta actividad lo representó el subtitulado en
castellano de DVDs editados por Deutsche Grammophon, como los de La
Walkyria dirigida por Levine, Arabella por Thielemann, o
El Murciélago y El Caballero de la Rosa por Carlos Kleiber;
los que hayan visto este último seguramente no olvidarán que la traducción
de los modismos vieneses de las "clases populares" se hacía mediante sus
equivalentes en el habla "castiza" del Madrid zarzuelero.
Hay que mencionar también sus colaboraciones para Radio Clásica, de Radio
Nacional de España (antes Radio-2), de las que recuerdo el serial sobre la
vida de Wagner en 1983 (año del centenario de su muerte) que se apoyaba en
la recién traducida biografía de Martin Gregor-Dellin; en el Festival de
Bayreuth de 1985 se le pudo escuchar como comentarista, e incluso preparó
para la radio una "Guía" de los leit-motiv de la Tetralogía, en la línea
de la famosa de Deryck Cooke; más adelante llegarían "Un director:
Hans Knappertsbusch" (en 1988, por el centenario de su nacimiento),
"Voces Wagnerianas" (que recorría las óperas y dramas de Wagner
presentando los más destacados intérpretes que cantaron cada una) y en
2001, "Kna en el siglo XXI" (un nuevo ciclo dedicado a
Knappertsbusch, mucho más amplio que el de 1988, al disponerse de mucha
mayor cantidad de ediciones en CD). Su última intervención en la radio fue
en 2001 para presentar la grabación "en vivo" de la Novena Sinfonía
de Beethoven dirigida por quien Mayo consideraba el heredero legítimo de
los grandes directores alemanes del pasado, Christian Thielemann; un
descubrimiento que se había producido en el Festival del 2000, cuando Mayo
le escuchó los "Maestros Cantores" mejor dirigidos que había presenciado
en su vida.
Precisamente figuras como Thielemann, o cantantes como el tenor Ben
Heppner, el barítono Thomas Quasthoff o, unos años antes, la mezzo
Waltraud Meier (que también ha cantado papeles de soprano), son los que
permitían esperar un cierto renacimiento del canto wagneriano, que empezó
a ser visible ya en los años 90, después de la etapa de mayor mediocridad
en los años 80 y segunda mitad de los 70. A diferencia de otros críticos
españoles, Mayo no incluía entre los grandes cantantes wagnerianos del
momento a Plácido Domingo, que siempre le pareció fuera de estilo en esta
música.
Un retrato de Angel Mayo quedaría incompleto sin referirse a su vida
familiar (casado y padre de familia numerosa), a su trabajo como
funcionario en la Administración Española, donde llegó a ocupar el puesto
de subdirector general de Sanidad, a su afición taurina (que le llevó a
prologar un libro del torero Rafael Ortega) o a su gusto por la buena
mesa, del que dan fe todos los que compartieron comidas con él, asombrados
ante la velocidad con la que engullía los alimentos. Sin embargo,
permítaseme terminar con una modesta referencia personal ya que, por esas
casualidades que a veces se presentan en la vida, tuve la suerte de
conocer en persona a Angel Mayo en 1998, cuando ya llevaba 17 años leyendo
sus críticas, y cuatro años antes le había visto en persona asistiendo a
conciertos y le había escuchado pronunciar una conferencia. El motivo de
que nos conociésemos fue una solicitud hecha por Mayo a través del Boletín
DIVERDI (llamado familiarmente por él mismo "La Hoja Parroquial"), de
datos sobre una gira de conciertos de Knappertsbusch por España con la
Filarmónica de Berlín. Yo le envié por correo la información que pude
reunir, y él me llamó por teléfono y, tras una larga conversación, me
invitó a que le avisara siempre que me pasara por Madrid para poder
hablar, lo que en los siguientes cinco años ocurriría tres veces. Aquellas
tres reuniones (que no llegaron, en conjunto, a las seis horas) me han
dejado un legado de recuerdos que están entre los que más difícilmente se
borrarán de mi memoria, pero contarlos exigiría otro artículo más amplio
que este.
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