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STARGATE - David Arnold
Por Joaquín R. Fernández.
"Stargate", una interesante cinta de ciencia-ficción que, sin embargo,
se desinfla según avanza su metraje, supuso la primera gran colaboración
entre Roland Emmerich y David Arnold. Director y músico volvieron a
trabajar juntos en "Independence Day" y "Godzilla", y cuando todo el mundo
creía que la compenetración entre ambos era perfecta, su amistad se rompió
inexplicablemente con "El Patriota", haciéndose cargo
de la banda sonora de este filme un acertado John Williams.
Arnold es un autor de indudable talento, capaz de crear tanto hermosas
melodías como vigorosas piezas de acción. Sus partituras orquestales son
las que más fama le han reportado entre los aficionados a la música de
cine, algo que precisamente no abunda en su filmografía actual, muy dada
al abuso de los sintetizadores y a los ritmos electrónicos. Es por ello
que resulta gratificante poder rememorar aquí las virtudes de una obra que
el compositor de la banda sonora de "2 Fast 2 Furious (A Todo Gas 2)"
difícilmente volverá a igualar con semejante acierto.
«Stargate Overture» es el corte que resume algunos de los variados temas
que se desperdigan por la banda sonora musical de la película, comenzando
por una épica y aventurera pieza orquestal y terminando con los poderosos
coros que envuelven a la figura de Ra. Como es obvio por la temática del
relato, son varias las pistas en las que las tonalidades árabes se
entremezclan en la narración («Giza, 1928», por ejemplo), aunque ello sin
necesidad de caer en los empalagosos excesos que tanto se dan en otros
autores.
Contundentes sones militares comienzan a escucharse en «Orion»,
desarrollándose luego con igual brío en «You're On the Team». Arnold
refleja además con suma inteligencia la importancia que para la humanidad
tiene el descubrimiento de la puerta estelar («The Stargate Opens»),
introduciendo la inquietud y el misterio en el espectador cuando los
protagonistas han de atravesarla para aventurarse hacia lo desconocido
(«Entering the Stargate»).
El colorista y vibrante tema central, que es utilizado en varias ocasiones
a lo largo de la película, se oye grandioso en «Mastadge Drag», y supone
un cierto contraste con otros cortes del compacto, como «The Mining Pitt»,
una primera visión de la esclavitud a la que se ven sometidos los
habitantes de un planeta dominado por el sol y la arena. Por su parte,
«Caravan to Nagada» resulta ser una hermosa pieza que se erige como uno de
los grandes baluartes de la partitura.
A partir de «Sarcophagus Opens» la oscuridad comienza a adueñarse de la
banda sonora, algo que ya se concreta en «Leaving Nagada», cuyo desarrollo
a través de perturbadoras notas musicales desemboca en un apoteósico
éxtasis orquestal («Ra - The Sun God») y en un intimidatorio uso de los
coros («Procession»). «Battle At the Pyramid» condensa los minutos más
intensos de la película, aquellos en los que O'Neil,
Daniel y los indígenas libran una cruenta batalla contra el tirano Ra. La
orquesta eleva con fuerza su voz, acoplándose a sus refulgentes destellos
las notas de la tragedia que siempre subyace en toda contienda.
Los minutos finales contienen una impresionante marabunta de instrumentos
musicales que conducen irremediablemente a la derrota de Ra («The
Surrender»). «Kasuf Returns» supone la lógica celebración de la victoria,
ejecutándose el tema central con notable alegría y concluyendo con la
agonía de Ra, representada a través de unos desesperados elementos
vocales. El disco culmina con «Going Home», una buena muestra de la
elegancia de Arnold, quien sin duda debería escuchar un poco más sus
primeras composiciones, frescas y jubilosas, para insuflarle así algo de
su esencia a sus actuales trabajos, excluyendo, todo hay que decirlo, sus
apreciables aportaciones a la saga Bond.
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