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Semiópera moderna Por Víctor Pliego de Andrés. Lee su curriculum. Horizonte cuadrado. Música y liberto de César Camarero. Poemas de Vicente Huidobro, Juan Larrea y Gerardo Diego. Intérpretes: Marta Knörr (mezzosoprano), Alberto de Miguel (actor), Jesús Javier Librado (saxofones), Miguel Borrego (violín), José Miguel Gómez (violonchelo), Ángel Luis Castaño (acordeón), Juan Carlos Garvayo (piano). Director de escena: Günter Schwaiger. Escenografía e iluminación: Elsa Mateu. Ciclo Música de hoy, Madrid en la Vanguardia. Teatro de la Abadía de Madrid. Madrid, 7 de mayo de 2003. "Semiópera" es un término aplicado a ciertos espectáculo de teatro musical en la Inglaterra del siglo XVII. También valdría para esta obra de César Camarero, que explora la escenificación de la música. Aunque los instrumentos suenan de forma constante durante la hora media del espectáculo, su participación me parece más incidental que dramática. Las partes cantadas son pocas en relación con las habladas, sobre las que recae todo el peso de la narración, por lo que, personalmente me parece teatro musical y no una ópera; dicho esto desde el máximo respeto al compositor que tiene todo el derecho del mundo a bautizar como guste a sus creaciones. Alberto de Miguel es el actor que protagoniza absolutamente el espectáculo, tanto por sus excelentes cualidades interpretativas como por la importancia de su papel respecto a la mezzo. Marta Knörr canta con seguridad y sensibilidad su parte y hace además un buen réplica actoral sobre el escenario. La amplificación oscurece el trabajo de ambos artistas, pero tal vez fuera necesaria para sobreponer las voces al permanente e infatigable quehacer del sexteto instrumental.La música crea la tensión que conviene a la narración, que es mucho más original que la partitura. Es un texto ecléctico, con guiños al cine de los años cincuenta y al de ciencia ficción, escrito por el propio compositor, César Camarero. La puesta en escena de Günter Schwaiger fue muy y acertada, incluso operística en su concepción. La escenografía de Elsa Mateu creó el ambiente necesario, enriquecido por una variada y elaborada iluminación. El esfuerzo de todos fue grande y se concentró en una única función, que llenó y fue aplaudida por un público de simpatizantes y profesionales. (fotografía de Vicente Martín)
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