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CORTANDO JAMÓNSevilla. Sala Joaquín Turina. Por Bardolfo. Lo que parecía uno de los acontecimiento musicales de la temporada en Sevilla acabó en decepción inesperada. El ciclo de música de cámara que organiza la Fundación El Monte, y que se va afianzando cada año con una programación de marcada calidad que complementa muy adecuadamente las sesiones sinfónicas de la ROSS, inauguraba sus sesiones con un recital del legendario violinista Pinchas Zukerman. ¿Qué generó tal decepción, comentada por más de un aficionado a la salida de la velada? La actitud de Zukerman, sin duda. Salió al escenario, arqueó las cejas condescendientemente al mirar el pequeño auditorio de la Sala Joaquín Turina (por otro lado, lleno hasta la bandera), y comenzó a tocar. Unos minutos después estaba claro por donde iban los tiros: técnica precisa, con un perfecto legato y buen control dinámico, y nada más. Ninguna implicación emocional, ningún interés en la partitura, una frialdad y una desgana que pronto nos llevaron al aburrimiento. Pudo soportarse en la pieza de Mozart, cuyas formas clásicas hacían tolerable el enfoque, pero ni Beethoven ni mucho menos Brahms, dos autores de fuerte carga emocional, encontraron traductor adecuado en el rutinario intérprete, que se asemejaba a un charcutero cortando un jamón no destinado a su mesa. La labor del pianista fue discreta, siguiendo los pasos de la estrella, con una notoria rudeza de ejecución. Ambos terminaron la noche con dos brevísimas y superficiales piezas de impronta romántica, totalmente prescindibles. A la vista de lo acontecido a de estos artistas que sólo dan lo mejor de sí mismos en auditorios trascendentales, sólo cabe decirles: ¡Hasta nunca!
Página de la Fundación EL Monte: http://www.fundelmonte.es
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