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ENTREVISTA:
JOSEP PONS Entrevista realizada por José Manuel García Montes y Justino Losada Gómez (Madrid). Pocas veces se consigue de una simple entrevista que dé para tanto. Josep Pons, el ya nombrado Director Titular y Artístico de la ONE, no sólo ilumina con sus propuestas la nueva temporada en el Auditorio Nacional, sino que además consigue transmitir el entusiasmo y ganas de trabajo con los que quiere poner en práctica un proyecto revelador que relacione la música con las demás disciplinas culturales. Así, con la misma espontaneidad y accesibilidad con la que pretende hacer llegar el mundo de la música a todos los públicos, nos concedió esta singular entrevista. Queremos empezar a preguntarle por el tema económico. ¿Se encontrará con dificultades para encajar dentro del presupuesto todas las nuevas propuestas?. No, no creas. El número de programas será el mismo, lo único es que estarán ordenados de forma diferente. No va a repercutir en un incremento del presupuesto las nuevas actividades. ¿Cómo será la nueva actividad denominada “Carta Blanca”? La primera estará dedicada a Hans Werner Henze. Henze será el director artístico durante tres semanas y a lo largo de estas tres semanas él decidirá cuál será la actividad de la ONE. Yo me pondré en un segundo plano. Deberá programar sus obras pero no sólo sus obras, deberá tener cabeza de programador, programando, teniendo en cuenta que no será un Festival Henze. Carta Blanca implica que se actúa de director artístico durante tres semanas y él tiene que decidir qué se va a interpretar y quién se lo va a interpretar. Es una manera de acceder a directores que de otra manera sería muy difícil que vinieran... También, de rebote, y con el “plus” de programar otras obras pero con otra óptica. Tendremos por un lado la ocasión de conocer a Henze desde diferentes ópticas, ya que el programa constará con un 50% su obra aproximadamente, pero por otro lado programará sus filias, sus fobias, sus mitos, sus fantasmas, lo que a él más le complazca, obras que le han influido a él, las obras que más ama aunque no le hayan influido, las obras de sus amigos, conoceremos su mundo. Al año que siguiente tendremos a George Benjamin, y para el otro año estamos hablando con John Adams. George Benjamin está ya confirmado. Habrá además otras actividades como conferencias sobre la obra de cada uno de estos compositores. En el caso de Henze se proyectarían algunas películas a las que él puso música, como El Honor Perdido de Katharina Blum. Esto en realidad no es más que ponerse de acuerdo con la Filmoteca. Es una sinergía entre varios organismos que se sumen a este proyecto, pero no es tanto el dinero. En el ciclo de cámara se programará el Réquiem de Henze, esto es un coste, sí, pero ya hay un ciclo de cámara en marcha. Estas actividades, ¿estarán dentro del abono? Todo esto hay que verlo, si estarían dentro del ciclo sinfónico o si fuesen diferentes abonos. Lo que sí es cierto es que estos itinerarios deben tener un abono común. Estamos aunando la colaboración con otras instituciones, hemos hablado con el Reina Sofía, hablaremos con el Teatro de la Zarzuela, de forma que se puedan programar ciclos conjuntos con estas instituciones de manera que lo que era sólo una experiencia musical va a resultar una experiencia estética porque va a tener un ámbito mucho mayor. Estos criterios, ¿cuándo se van a empezar a aplicar? Determinadas actividades que implican una cierta complejidad en la organización, como por ejemplo un ciclo sobre música rusa en sincronía con un ciclo de cine ruso con la Filmoteca, otro ejemplo sería que hubiera una exposición sobre pintura iberoamericana y que nosotros programemos un ciclo de música de música iberoamericana, el que todos a una podamos ir sobre un mismo tema no puede ser de inmediato, tendremos que esperar dos o tres años. Pero otras actividades como puedan ser los grupos con denominación ONE (ONE Ensemble, ONE Classics) empezarán el año que viene. ¿Por qué cree que cierto sector del público es muy reacio a obras más modernas?. ¿Es un problema de educación? El año pasado dirigí el Réquiem de Ligeti y fue un gran éxito. Pero esta obra junto a otras como pueda ser la Sinfonía Turangalîla son obras de repertorio. Una razón clara no la hay. Pienso que hay tendencia casi a programar por orden alfabético, por inercia. Nadie se responsabiliza del programa, se pone y ahí está, ahora bien, pienso que hay que ser responsable en la programación. Hay que saber escoger, hay que invertir tiempo en estudiar qué obra se programa, hay que comprometerse. Pienso que las orquestas deberían tener comités de lectura y los directores deberían mojarse en los programas. Yo he dirigido una temporada de música contemporánea en Barcelona y estaba lleno siempre el aforo y la gente estaba entusiasmada. El año pasado, Ligeti fue una sorpresa para el público, la gente no se esperaba que de entrada le dejaran clavado en la silla. No previeron que fuera una obra tan sobrecogedora, ni tan siquiera les molestó si el lenguaje era de una forma diferente a la habitual. La obra les entró por los poros, como entra una obra de Mozart y los dejó clavados en la silla. También hace falta un gusto por querer descubrir por parte de la gente. Hay una tendencia en cierto público que sólo quieren oír lo que conocen, hay un cierto miedo a descubrir. Esto no sucede con el cine ni en otros ámbitos, ahí no se recrean en lo conocido. Es también una cuestión de hábito. Yo debo ganarme la confianza como programador por parte del público haciendo saber que yo pago con buena moneda. La ONE tiene la suerte inmensa de tener un gran número de abonados pero hay que atraer también a nuevo público, hay que ganar una batalla que es atraer al público joven. También hay que atraer al público joven músico, que vieran a la ONE como una referencia en su ciudad. Le queremos preguntar sobre experimentos que se han realizado en otras orquestas, como por ejemplo David Zinman con la Tonhalle-Orchester de Zurich. Pienso que hay que trabajar con la gente pero hay que trabajar bien. Me viene a la mente un ejemplo. Simon Rattle con la Filarmónica de Berlín programó L’Enfant et les Sortilèges. Se involucraron escuelas y músicos de la Filarmónica, fueron a trabajar a estas escuelas y los niños escribieron ideas musicales sobre la obra. Lo que escribieron estos chavales se le dio a un compositor y este compositor cosió todos estos fragmentos dándoles unidad e instrumentándolos para un grupo de cámara. Igualmente se hicieron unos trabajos de plástica en las escuelas relacionados con L’Enfant. Posteriormente hubo actividad a lo largo de un día. A primera hora aparecieron músicos de la Filarmónica de Berlín en grupos de cámara que fueron tocando las obras que habían surgido a través de las ideas de estos chavales. Los padres estaban allí y pudieron oír sus obras y todas las de las escuelas que habían trabajado sobre este material y después se presentó todo lo que se hizo sobre la plástica. Por la noche se representó L’Enfant et les Sortilèges con la asistencia de padres y niños. Estas personas han tenido una aprehensión de la obra fantástica y esto lo traslada a otras obras. ¿Qué relación va a tener la ONE con los medios audiovisuales? En julio de 2005 realizaremos la primera grabación para Harmonia Mundi con La Atlántida de Manuel de Falla. Pienso que la grabación de conciertos en soporte DVD está más enfocada a la ópera. Nunca se volverá, y no digo que no tengamos mejor sonido hoy en día, pero a nivel cinematográfico no se volverá nunca al mundo Karajan porque no habrá nadie que ofrezca esos presupuestos ni esos medios con 16 cámaras, medios cinematográficos, eso sería costosísimo. Pienso que una grabación sería más interesante si fuera realizada por profesionales del cine que aporten una óptica diferente, que no se limiten simplemente a grabar a la orquesta y al director. En este sentido, ¿qué relación puede haber entre Televisión Española y la ONE? No me parece que RTVE tenga mucho interés. No creo que la retransmisión de sus propios conciertos sea una parte muy mimada por ellos mismos. Luego hay otros detalles como por ejemplo que una sinfonía de Bruckner no se puede retransmitir debido a su duración ya que sobrepasa el canon, por así decirlo, asignado en tiempo. ONE Clásica, ONE Ensemble, ¿piensa que se tiende a la especialización según el repertorio? Nosotros somos una orquesta muy grande. Pero en el momento en que se programa Haydn (y cuando digo Haydn digo también Mozart, Beethoven, Schubert, etc.), pero si se programa Haydn, decía, tenemos a dos tercios de la orquesta en casa, pero hay que programar a Haydn porque es muy saludable para la ONE. Para eso podemos hacer series de cámara donde sí podemos diseñar orquestas de treinta o cuarenta personas y no nos afecta porque es al margen del trabajo semanal. Esta es la idea de ONE Classics. Esta misma semana hemos estado ensayando obras de Mahler, Messiaen, Beethoven y Dvorak. El repertorio es enorme en las orquestas de hoy en día. En tiempos de Mozart no era el caso. Haydn en una carta dice: “cada vez escribo de forma más compleja en los últimos conciertos, incluso nos hemos visto obligados a ¡ensayar antes del concierto!”. Es decir, lo normal era poder tocar a primera vista. Los músicos que tocaban al servicio de Esterházy prácticamente sólo tocaban Haydn. En las grandes orquestas de hoy en día se nos pide tocar de todo con lo que tenemos una especialización en generalidades porque hay que tocar muchos estilos. Ahora bien, pienso que es muy bueno tener un grupo de gente dispuesta a hacer, por ejemplo, música contemporánea, ya que sabes que ese grupo tiene ganas, quieren y sabes que les va “esta marcha”. Por lo tanto se lo prepararán bien, lo harán con cariño, se implicarán. De igual forma cuando hablamos de la ONE Barroca. La ONE Barroca será con instrumentos originales. A la larga la experiencia de todos estos grupos revierte en la orquesta, la Filarmónica de Berlín tiene un grupo de música barroca, la Symphonieorchester des Bayerischer Rundfunk tiene un ciclo llamado Música Viva dedicado a la música contemporánea y está tocado por los propios instrumentistas de la Bayerischer. Esto es lo que queremos hacer, de esta forma los instrumentistas amplían su repertorio y la orquesta en sí es la que se beneficia. Para el grupo ONE Classics tendremos ya para la primera temporada quince días al Quatuor Mosaïques que tocarán con el primer atril de la ONE, es decir, el primer atril de la ONE sería el Quatuor Mosaïques y el solista de la ONE. Trabajarían con ellos sin director y verían de primera mano cómo los Mosaïques interpretan a Haydn. ¿Cómo se encuentra más a gusto, trabajando con la gente joven como cuando estuvo con la JONDE o con una orquesta formada? Yo estoy muy a gusto con la gente joven pero me siento más a gusto con una orquesta profesional. El proceso en una orquesta joven es más lento, ahora por otra parte la energía y el entusiasmo que se recibe de una orquesta joven es desbordante. Pero también es verdad que el trabajo es más fácil con una orquesta profesional. Para finalizar le queremos preguntar, ¿opina Ud. como dijo Ernerst Martínez Izquierdo que quizás para hacerse un hueco como director de gran repertorio habría que empezar especializándose? Bueno, cada cual tiene su historia. No pienso que sea estadístico el cómo se accede a una orquesta. Hay muchas variables y muchos factores a tener en cuenta. La mayoría, pienso que acceden a través de la ópera, empezando como Kapellmeister o empezando como co-repetidores y con aspiraciones de Kapellmeister. Un día se pone enfermo uno y te dan la alternativa, por la tarde te lo dicen y por la noche saltas al teatro. En Alemania este es el gran camino, de esta forma han salido muchos. Por ejemplo, Antonio Pappano. Pappano era co-repetidor del Liceo. También es cierto que ha habido gente que ha saltado de la forma que mencionáis, por ejemplo Ingo Metzmacher. Metzmacher era pianista del Ensemble Modern, empezó a dirigir al Ensemble Modern y de ahí saltó. Simon Rattle es otro ejemplo de director que empezó desde una especialización, en este caso de música contemporánea. Pero también hay casos de directores cuyo salto fue el ganar un concurso, son muchos los factores que intervienen. Le agradecemos a Josep Pons la cordialidad que ha tenido con Filomúsica y le deseamos suerte en su nueva y fascinante andadura.
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