EL FUEGO CONTENIDO DE WOLFGANG RIHM

Por Ismael González Cabral. Periodista y Crítico Musical.

Mucho se ha hecho esperar la llegada a las tiendas del primer volumen de lo que será la integral de Cuartetos de Cuerda del compositor alemán Wolfgang Rihm (1952), aunque a la vista de los resultados no dudamos de que el tiempo que ha permanecido preparándose, no ha sido en balde. Y es que estamos con toda probabilidad ante el comienzo de un ciclo de extremo interés para el aficionado medio, y cuyo conocimiento por parte de los amantes de la obra de Rihm ha de estar asegurado, pues pocos géneros hay como el cuarteto, en donde la evolución de un compositor se aprecie con mayor nitidez, acentuando sus defectos y sus muchas virtudes.

En la primera entrega, -que llega por obra del sello Col-Legno (Diverdi) en coproducción con la Deutschland Radio- se atienden las cuatro primeras composiciones que Rihm trazó bajo los auspicios del cuarteto de cuerdas. Se trata de un conjunto de obras que se extiende en un arco de 11 años, desde 1970 –fecha del primero- hasta 1981, donde concluye la escritura del cuarto. En ellos, y a falta de conocer los ocho restantes, hay ya suficiente material para establecer los primeros juicios de valor sobre una etapa muy significativa en la obra de Rihm.

Con el Primer Cuarteto (1970), que constituye el Opus 2 de su catálogo, el compositor apenas si ha conseguido despegarse de los modelos históricos, con un léxico beethoveniano que se hace muy evidente dentro de un discurso marcado por una atonalidad lírica que no anda muy lejana del universo camerístico de Arnold Schoenberg. Hay aquí, como también lo habrá en el Segundo Cuarteto de la misma fecha, un músico al que la madurez creativa tardará unos pocos años más en llegarle. En cierta forma, el mundo de los dos primeros cuartetos se concentra y se expresa de manera sublimada en la formidable Música para tres cuerdas (1977) (Kairos), cuyo lenguaje, deudor del pasado, también es muy palpable.

Con la audición atenta y esforzada del Tercer Cuarteto ‘Im Innersten’ de 1976, Rihm en el diálogo fracturado de sus seis movimientos comienza a levantar el vuelo, y se aleja de la peligrosa retórica tardorromántica en la que se ubican sus anteriores cuartetos. En su tercera pieza para esta formación, el músico concentra al máximo el material y le apaga la ferocidad que transmiten las cuerdas, que sin abandonar una estética de lírica y abrupta morbidez, se pierden en un fresco plenamente abstracto. Su reiterada escucha descubre los múltiples juegos de lectura que esconde una poderosa pieza de casi media hora de duración, llamada a perdurar y a conquistar repertorio, de entre las cuatro que aquí se ofrecen.

De unos años posterior, el Cuarto Cuarteto (1979-81) queda anclado entre la severa formalidad de los dos primeros, y los grandes hallazgos del tercero. Vuelve Rihm a demostrar su rotundo oficio en la composición para cuerdas, en una obra que reviste un interés menor, dentro de un género que habrá de seguir conquistando en las próximas entregas.

El Cuarteto Minguet inaugura su relación con Col-Legno – quien presenta una edición sin comentario alguno de las obras - haciéndose cargo de todo el ciclo completo, que en vista de los excelentes resultados apreciados aquí, alcanzara cotas de absoluta excelencia. Su conocimiento de estas partituras, que han trabajado al detalle con el propio Rihm, le confieren una gran autoridad a sus versiones. La música más expresiva y exaltada del autor de Salzburgo es muy bien entendida por los jóvenes músicos del Minguet, cuya forma de concebir estas obras, queda a mucha distancia de la aproximación más agresiva y estructuralista, también menos apropiada, del siempre genial Cuarteto Arditti

REFERENCIAS:

 

Wolfgang Rihm: String Quartets Vol.1 (1-4)

Minguet Quartett

Col-Legno WWW 1CD 20211

Distribuidor en España: DIVERDI

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