Traviata sublime

Por Víctor Pliego de Andrés. Lee su curriculum.

La Traviata. Música de Giuseppe Verdi y libreto de Francesco Maria Piave basado en La dama de las camelias de Alejandro Dumas hijo. Norah Amselem (Violetta), Itxaro Mentxaka (Flora), María Espada (Annina), José Bros (Alfredo), Renato Bruson (Giorgio Germont), Ángel Rodríguez (Gastone), Juan Tomás Martínez (Douphol), Marco Moncloa (D'Obigny), Lorenzo Muzzi (Grenvil). Coro y Orquesta Titular del Teatro Real. Director musical: Jesús López Cobos. Director de escena, escenógrafo y figurinista: Pier Luigi Pizzi. Nueva producción del Teatro Real en coproducción con la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera y en colaboración con el Gran Teatre del Liceu de Barcelona. Teatro Real, 1 al 15 de octubre de 2003.

Precedida de una cierta polémica, esta nueva producción de La Traviata se ha revelado como uno de los mejores espectáculos ofrecidos por el Teatro Real en su etapa actual. Todos los ingredientes han resplandecido con luz propia en una creación emocionante y sutil, atenta a la enorme riqueza de esta genial obra de Verdi y Piave. La puesta en escena de Pizzi ha sido actual, pero al mismo tiempo sobria y sencilla, sin estridencias. Su mirada ha resaltado con mano maestra la fuerza del drama y todas sus virtudes sin comprometerlas ni lastimarlas, como tantas veces ocurre al asumir el riesgo de una "modernización". Pizzi traslada la acción al Paris ocupado por los nazis en los años cuarenta. La puesta en escena ha sido impecable en su concepción y en su materialización plástica, con unos decorados, vestuarios e iluminación exquisitos. La dirección musical de López Cobos ha sido también formidable, al frente de la orquesta y coro titulares del Teatro Real que se crecen día a día. El maestro ha conseguido un justo equilibrio entre el foso y la escena con tanta autoridad como tacto. Impuso su criterio sobre los conjuntos y los solistas de forma inexorable y afortunada, con suma elegancia. La elección del primer reparto fue magnífica y creo que la del segundo también. Todos los cantantes ofrecieron una estupenda actuación: Norah Amsellem hizo una Violetta dramática y desgarradora, con una creciente seguridad a medida que el personaje se fue entregando a su fatal destino; José Bros convenció con su ingenuo y luego atormentado  Alfredo Germont; y el barítono Renato Bruson entusiasmó al público por su distinción y rigor como Giorgio Germont, con su poderosa voz. Mostró una dicción clara, cosa que no estuvo presente entre los demás cantantes. Todos formaron un excelente equipo y actuaron con eficacia. La primera representación se ofreció en concierto ante el telón echado a causa de una huelga del personal técnico del teatro por discrepancias en la negociación del convenio colectivo. Además la soprano anunciada inicialmente, Angela Gheorghiu, decidió cancelar su participación en estas funciones debido a desavenencias artísticas y a otros compromisos que prefirió atender. Estas circunstancias contribuyeron a dar notoriedad adicional a un espectáculo que, al margen de estos incidentes secundarios, ha brillado por su altísima calidad. El estreno de López Cobos como director musical del coliseo madrileño no pudo haber sido mejor. El equipo que forma con Emilio Sagi promete ofrecernos otras muchas satisfacciones que esperamos pronto.

 (Fotografía de Javier del Real)