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UN VIOLÍN QUE CANTA ÓPERA
Por
Rubén Flórez
Bande
El violinista
norteamericano Joshua Bell nos trae un nuevo disco sin grandes obras de
repertorio, más bien es un disco de "relajación" en los dos sentidos, para
el violinista a la hora de tocar, y para el oyente a la hora de escuchar.
El disco comprende adaptaciones de arias de ópera, de lied, de movimientos
de conciertos, etc. realizadas por Craig Leon que ya había hecho arreglos
para artistas tan opuestos como Blondie y Luciano Pavarotti. A Joshua Bell
le acompaña la Academy of St. Martin in the Fields, dirigida por Michael
Stern.
Este es un disco muy grato de oír, tanto por las obras seleccionadas como
por las interpretaciones, llenas de coherencia y de un gran sentido
lírico, resaltando todas las características del violín en el registro
melódico. No hay ninguna pieza de gran dificultad técnica, pero sí
requiere un gran dominio del fraseo, sobre todo de las transcripciones
vocales: maravilloso, aunque con alguna licencia, el "O mio babbino caro"
del Gianni Schicchi de Puccini, también muy vistosa y sensual la
"Casta Diva" de la Norma de Bellini (en ocasiones parece que se
oye "coger aire" al violín, como haciendo las pausas de respiración de las
cantantes), muy intimistas el O doux printemps d´autrefois de
Massenet, Als die alte Mutter (que parece susurrada), y la
"Serenata" del ciclo schubertiano Schwanengesang.
Más etéreos, y algo cursis, parecen "La fille aux cheveux de lin" de los
Preludios para piano de Debussy (se echa mucho en falta el piano,
quizás sea el arreglo menos logrado) y el también algo superfluo "Cisne"
del Carnaval de los animales, algo almibarado. El resto del disco
son gratos arreglos, como el del Andante del Concierto para piano nº
21 de Mozart, tocado muy dignamente, la interpretación está tomada
tan a pecho que parece originalmente un Andante de un concierto para
violín; o del "Träumerei" de las Escenas de niños de Schumann. Lo
peor del disco quizás sea la transcripción e interpretación de "Pur ti
miro" de L´incoronazione de Poppea de Monteverdi, donde salvo el
sonido del clave, nada nos hace pensar en una obra del primer barroco,
demasiado romantizada y dulcificada.
Bell despliega su gran color tímbrico en estas obras, y su gran dominio de
la melodía, dándoles a las piezas cierta redondez donde quizás otros
violinistas sólo conseguirían versiones demasiado "pastelosas". El
acompañamiento de la Academy a manos de Michael Stern es modélica. En fin,
un disco de grata escucha, que se limita a deleitar. También ideal para
películas familiares de bodas, bautizos o comuniones.
REFERENCIAS:
Romance of the violin. Varios compositores.
Joshua Bell, violín.
Academy of St. Martin in the Fields. Director: Michael Stern.
SONY SK 87894
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