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DEBUT DEL CUARTETO CASALS
Por
Angel Riego
Cue. Lee su
Curriculum.
Los tres
Cuartetos de Juan Crisóstomo Arriaga componen prácticamente la mitad
de la obra difundida en discos del músico bilbaíno prematuramente
fallecido en 1826, poco antes de cumplir los 20 años de edad; lo único que
se graba aparte de ellos es su sinfonía y otras obras orquestales, que
darían para otro CD, permaneciendo en el olvido el resto de su producción.
Todo lo contrario ocurre con estos Cuartetos, publicados dos años
antes de la muerte del autor, y que para muchos son su obra maestra, pues
han sido grabados a menudo y en la actualidad pueden encontrarse, al menos
por tiendas de internet, en torno a la media docena de interpretaciones,
aunque la disponibilidad real en el mercado español seguramente es mucho
menor.
Por ello, siempre es de celebrar el contar con una nueva grabación de esta
música, y más cuando sus intérpretes son también españoles, pues todas las
grabaciones que circulan de estas obras maestras de la música española
están tocadas por extranjeros (una antigua versión del "Cuarteto Clásico
de Radio Nacional" no ha pasado a CD, al menos completa).
Dentro de la situación de la música en España, que a menudo se ha descrito
como "subdesarrollada", los instrumentos de cuerda han ocupado
tradicionalmente los últimos lugares: España había dado grandes cantantes,
pianistas, incluso directores... pero nunca, en toda su historia, un solo
cuarteto de cuerda de renombre internacional. El primero que puede aspirar
a ese título es el Cuarteto Casals, fundado hace 6 años por cuatro jóvenes
instrumentistas que estudiaron en la Escuela de Música Reina Sofía, y cuyo
primer disco es el que aquí se comenta, dedicado precisamente a los
cuartetos de Arriaga.
Lo primero que nos llama la atención del Cuarteto Casals, al escucharle en
este disco, es la pureza del sonido que extraen a sus instrumentos: la
afinación es absolutamente perfecta, parece imposible conseguir mayor
exquisitez, mayor claridad en las distintas voces (apoyados además por una
grabación excepcional, hecha en mayo de 2003), ofreciéndonos un sonido que
podríamos llamar "afilado", y cuya nitidez se consigue gracias a la
escasez de uso del "vibrato", una opción elegida, seguramente, siguiendo
criterios historicistas de interpretación, aunque sus instrumentos no sean
originales de la época. Los cuartetos tradicionales suelen hacer un mayor
uso del "vibrato" (recurso típicamente romántico) con lo cual se puede dar
mayor expresividad a lo que se toca, pero también el trazo dibujado es más
grueso.
Pero la belleza del sonido no lo es todo, debe ser un medio y no un fin en
sí mismo, y no hay que perder de vista que lo más importante es expresar
unas ideas, darle a las obras coherencia como un conjunto. Y es aquí
donde, si nos ponemos exigentes, sí se le podría poner un pequeño reparo
al joven cuarteto. En algunos movimientos, la belleza sonora se une a un
concepto muy acertado: así, lo mejor son los segundos movimientos de cada
cuarteto, los más lentos, donde la exquisitez sonora del Casals, que nos
recuerda a ese refinamiento tan típicamente "vienés", les queda como
anillo al dedo: podría destacarse el Andante del Cuarteto nº 2,
con sus Variaciones sobre la canción de cuna "Ah vous dirai-je, maman".
Sin embargo, en otros movimientos (sobre todo los finales de cada
cuarteto) la velocidad a la que está tocado todo parece excesiva, se corre
el riesgo de trivializar la música; así, el movimiento final del
Cuarteto nº 1 acaba pareciendo "demasiado saltarín", pese a su
belleza sonora fuera de toda duda. Recordemos que, precisamente, una de
las consecuencias de utilizar criterios historicistas (e instrumentos de
época, cuando corresponda) es que el tempo suele ser más veloz porque
cuesta mantener el sonido tanto tiempo como en unas interpretaciones de
línea digamos "romántica".
Puede ser interesante, a este respecto, el comparar esta grabación con la
que quizá sea la que más haya circulado en España, ya que está realizada
por un sello español (Ensayo); aunque no por intérpretes españoles, sino
por el Cuarteto Rasumowsky, compuesto por cuatro músicos británicos cuyo
primer violín era Simon Standage, luego tan famoso como violinista
"barroco" con instrumento de época, pero que aquí (1976) aún tocaba un
violín moderno, y con "vibrato" harto mayor que el de la grabación
comentada del Casals. El Rasumowsky, en comparación, tiene un sonido mucho
más "de trazo grueso", sin el refinamiento del Casals, y en los
movimientos lentos puede ser preferible este último; sin embargo, en los
rápidos, el Rasumowsky consigue versiones más robustas, donde se logra
mejor el equilibrio entre la belleza melódica y el carácter "lúdico" que
suele ser propio de toda composición instrumental del Clasicismo, sin que
asome nunca la intrascendencia ni una trivialidad digamos "rossiniana".
Sirvan estas observaciones como un reparo puesto a muy alto nivel,
suponiendo que las carreras de estos jóvenes artistas aún deben seguir
evolucionando y mejorando con el tiempo (habrá que seguirles la pista), y
sin que impidan la recomendación de un disco enormemente disfrutable. Como
una rareza a destacar positivamente, los comentarios del disco vienen
también en español.
REFERENCIAS:
ARRIAGA: Cuartetos.
Cuarteto Casals (Vera Martínez Mehner, violín ; Abel Tomas Realp, violín;
Jonathan Brown, viola; Arnau Tomas Realp, violonchelo).
Harmonia Mundi HMI 987038
Página web:
www.harmoniamundi.com
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