Revista mensual de publicación en Internet
Número 46º - Noviembre 2.003


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DEBUT DEL CUARTETO CASALS

Por Angel Riego Cue. Lee su Curriculum.

          

Los tres Cuartetos de Juan Crisóstomo Arriaga componen prácticamente la mitad de la obra difundida en discos del músico bilbaíno prematuramente fallecido en 1826, poco antes de cumplir los 20 años de edad; lo único que se graba aparte de ellos es su sinfonía y otras obras orquestales, que darían para otro CD, permaneciendo en el olvido el resto de su producción.

Todo lo contrario ocurre con estos Cuartetos, publicados dos años antes de la muerte del autor, y que para muchos son su obra maestra, pues han sido grabados a menudo y en la actualidad pueden encontrarse, al menos por tiendas de internet, en torno a la media docena de interpretaciones, aunque la disponibilidad real en el mercado español seguramente es mucho menor.

Por ello, siempre es de celebrar el contar con una nueva grabación de esta música, y más cuando sus intérpretes son también españoles, pues todas las grabaciones que circulan de estas obras maestras de la música española están tocadas por extranjeros (una antigua versión del "Cuarteto Clásico de Radio Nacional" no ha pasado a CD, al menos completa).

Dentro de la situación de la música en España, que a menudo se ha descrito como "subdesarrollada", los instrumentos de cuerda han ocupado tradicionalmente los últimos lugares: España había dado grandes cantantes, pianistas, incluso directores... pero nunca, en toda su historia, un solo cuarteto de cuerda de renombre internacional. El primero que puede aspirar a ese título es el Cuarteto Casals, fundado hace 6 años por cuatro jóvenes instrumentistas que estudiaron en la Escuela de Música Reina Sofía, y cuyo primer disco es el que aquí se comenta, dedicado precisamente a los cuartetos de Arriaga.


Lo primero que nos llama la atención del Cuarteto Casals, al escucharle en este disco, es la pureza del sonido que extraen a sus instrumentos: la afinación es absolutamente perfecta, parece imposible conseguir mayor exquisitez, mayor claridad en las distintas voces (apoyados además por una grabación excepcional, hecha en mayo de 2003), ofreciéndonos un sonido que podríamos llamar "afilado", y cuya nitidez se consigue gracias a la escasez de uso del "vibrato", una opción elegida, seguramente, siguiendo criterios historicistas de interpretación, aunque sus instrumentos no sean originales de la época. Los cuartetos tradicionales suelen hacer un mayor uso del "vibrato" (recurso típicamente romántico) con lo cual se puede dar mayor expresividad a lo que se toca, pero también el trazo dibujado es más grueso.

Pero la belleza del sonido no lo es todo, debe ser un medio y no un fin en sí mismo, y no hay que perder de vista que lo más importante es expresar unas ideas, darle a las obras coherencia como un conjunto. Y es aquí donde, si nos ponemos exigentes, sí se le podría poner un pequeño reparo al joven cuarteto. En algunos movimientos, la belleza sonora se une a un concepto muy acertado: así, lo mejor son los segundos movimientos de cada cuarteto, los más lentos, donde la exquisitez sonora del Casals, que nos recuerda a ese refinamiento tan típicamente "vienés", les queda como anillo al dedo: podría destacarse el Andante del Cuarteto nº 2, con sus Variaciones sobre la canción de cuna "Ah vous dirai-je, maman". Sin embargo, en otros movimientos (sobre todo los finales de cada cuarteto) la velocidad a la que está tocado todo parece excesiva, se corre el riesgo de trivializar la música; así, el movimiento final del Cuarteto nº 1 acaba pareciendo "demasiado saltarín", pese a su belleza sonora fuera de toda duda. Recordemos que, precisamente, una de las consecuencias de utilizar criterios historicistas (e instrumentos de época, cuando corresponda) es que el tempo suele ser más veloz porque cuesta mantener el sonido tanto tiempo como en unas interpretaciones de línea digamos "romántica".

Puede ser interesante, a este respecto, el comparar esta grabación con la que quizá sea la que más haya circulado en España, ya que está realizada por un sello español (Ensayo); aunque no por intérpretes españoles, sino por el Cuarteto Rasumowsky, compuesto por cuatro músicos británicos cuyo primer violín era Simon Standage, luego tan famoso como violinista "barroco" con instrumento de época, pero que aquí (1976) aún tocaba un violín moderno, y con "vibrato" harto mayor que el de la grabación comentada del Casals. El Rasumowsky, en comparación, tiene un sonido mucho más "de trazo grueso", sin el refinamiento del Casals, y en los movimientos lentos puede ser preferible este último; sin embargo, en los rápidos, el Rasumowsky consigue versiones más robustas, donde se logra mejor el equilibrio entre la belleza melódica y el carácter "lúdico" que suele ser propio de toda composición instrumental del Clasicismo, sin que asome nunca la intrascendencia ni una trivialidad digamos "rossiniana".

Sirvan estas observaciones como un reparo puesto a muy alto nivel, suponiendo que las carreras de estos jóvenes artistas aún deben seguir evolucionando y mejorando con el tiempo (habrá que seguirles la pista), y sin que impidan la recomendación de un disco enormemente disfrutable. Como una rareza a destacar positivamente, los comentarios del disco vienen también en español.



REFERENCIAS:

ARRIAGA: Cuartetos.
Cuarteto Casals (Vera Martínez Mehner, violín ; Abel Tomas Realp, violín; Jonathan Brown, viola; Arnau Tomas Realp, violonchelo).
Harmonia Mundi HMI 987038

Página web:
www.harmoniamundi.com