|
|
LA
MUJER EN LA MÚSICA CULTA OCCIDENTAL: GÉNERO Y CANON Por Ernesto Oviedo Armentia. Diplomado en Educ. Musical (Soria, España).
En una sociedad androcentrista, como ha sido la nuestra -y en cierta medida aún lo sigue siendo-, el nacer mujer siempre ha tenido sus desventajas en casi todos los ámbitos de nuestra sociedad. Si miramos hacia atrás en el tiempo, podemos observar que, rara ha sido la mujer que ha destacado en cualquiera de las artes, y como no podría ser menos, en la historia de la música culta occidental tenemos una ausencia casi total del papel que ha desempeñado la mujer en el desarrollo de la historia musical. Sin embargo imagino que esta ausencia casi total de la mujer en el arte de la música es más bien debida al modo en que se cuenta la historia de la música que a la falta de actividad musical por parte de las mujeres. Lo cierto no es que las mujeres no tocaran música, sino que la tocaban en su propia casa, de hecho en el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX las mujeres han tenido una presencia cada vez más activa como intérpretes profesionales. Pensaba que aquellos años ochenta de nuestro siglo pasado, en los que las feministas se alzaron exigiendo recuperar su papel en el desarrollo de la historia de la música occidental habían pasado ya a la historia. Años en los que el centro de atención simplemente se limitó a la búsqueda de compositoras tales como la abadesa Hildegard von Bingen, la Condesa de Día, Azalais de Pecairagues, Nannerl (hermana de Mozart), Alma Mahler, Fanny Mendelssohn-Hensel, Clara Wieck-Schumann, Louise Farmc-Dumont, Nadia Boulanger, Lily Boulanger, etc... y sus correspondientes obras. Pese a este oscurantismo del papel que ha tenido la mujer en la historia de la música, podemos observar que la música esta llena de nombres femeninos; hasta tal punto, que podemos encontrarnos más de 4.000 mujeres compositoras catalogadas desde los tiempos medievales hasta nuestros días. No obstante, en los últimos treinta años, se han producido grandes avances en el terreno del valor de la mujer en la música occidental. Este progreso se ha reflejado en la importancia que han adquirido las diferentes publicaciones de diccionarios, enciclopedias, historias y antologías de textos sobre la música y las mujeres. Incluso las casas discográficas se han puesto al servicio de una ideología radical feminista y actualmente están dedicando sus esfuerzos editoriales a editar grabaciones de música escrita e interpretada por mujeres y a la edición de partituras de mujeres compositoras. A pesar de esta eclosión en el mundo editorial, aún no se han dado respuestas a varias preguntas como: ¿Por qué no hay “grandes compositoras”?, ¿Por qué las obras compuestas por mujeres no aparecen en los repertorios habituales de los conciertos? Quizás en esta línea debería centrarse más el trabajo actual de las orquestas, pero de una manera transparente y limpia, es decir procurando hacer un trabajo de difusión del repertorio hecho por mujeres y que hasta ahora ha sido relegado a un segundo plano, sin que se convierta en un repertorio de música compuesta por mujeres y exclusivamente para mujeres. En este mes de marzo de 2004 asistimos, al nacimiento en Madrid, de la primera Orquesta Sinfónica de Mujeres (OSMUM); con lo cual espero, que estos déficits, que la historia ha originado sobre la importancia que ha tenido la mujer en el desarrollo de la música, sean altamente subsanados y que muy pronto podamos oír el repertorio de esas grandes compositoras de la historia de la música culta occidental sin que por una vez se produzcan interferencias de género. Aunque desde luego, pienso que el crear una orquesta exclusivamente de mujeres, va a originar una vez más un punto de vista muy parcialista sobre las obras que se interpreten o es que ¿acaso sólo están capacitadas las mujeres para interpretar el repertorio de las mujeres compositoras? Quizás, sólo sea de momento ésta, la única manera de que podamos oír ese maravilloso toque exclusivo femenino que tienen las mujeres cuando interpretan el repertorio compuesto por las mujeres compositoras de nuestro pasado. De cualquier manera, el objetivo en sí es loable: investigar y rescatar la música escrita por compositoras a lo largo de la historia. Quiero imaginar que en el próximo disco que se edite de este repertorio rescatado del pasado, podamos ver en su portada, el nombre de la compositora en letras mucho más grandes que el de su intérprete, así las mujeres compositoras de esta música podrán tener al fin el sitio que se merecen dentro de nuestra historia musical. Ojalá sea así....
|