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Encuentro de Jesús Torres con María Zambrano Por Víctor Pliego de Andrés. Lee su curriculum.
La tumba de Antígona,
de Jesús Torres (estreno
absoluto). Oedipus Rex, de Igor Stravisnky. Kurt Streit (tenor),
Svetlana Sidorova (Mezzo), Jürgen Freier (barítono), Miguel Ángel Zapater
(bajo), Joan Cubero (tenor), José María Pou (narrador). Orquesta Nacional
de España. Director: Josep Pons. Coro de la Generalitat Valenciana.
Director: Lorenzo Ramos. Auditorio Nacional de Madrid, días 13, 14 y 15 de
febrero de 2004.
Jesús Torres ha compuesto una bella página sinfónica por encargo de la Orquesta Nacional de España, siempre atenta a la música y a los compositores españoles. La única pieza teatral de la ilustre pensadora María Zambrano, ha sido la fuente de inspiración de su homónima musical titulada La tumba de Antígona. El resultado es una partitura instrumental que recrea libremente el espíritu de la tragedia, sobrepasando la semántica para situarse en el terreno de lo puramente musical. La música de Torres es de una particular sutileza y expresividad. El discurso evoca su origen a través del encadenamiento de episodios repletos de una lógica dramática. Jesús Torres emplea con acierto unos recursos variados, pero siempre lo hace con rigor de manera que la sabiduría manejada nunca abruma. Hay algo wagneriano en esta música que se engendra a si misma subordinando los medios a una finalidad clara dentro de un contexto mítico y clasicista, con una sonoridad sensual y exuberante. La Orquesta Nacional de España, liderada por Josep Pons, ofreció una versión limpia y sentida, de manera que el autor y los intérpretes cosecharon calurosas ovaciones. Pons es un director suave pero preciso, amable a la par que apasionado. Fue un digno homenaje a María Zambrano, de cuyo nacimiento se cumple el centenario. La revista Archipiélago dedica su número de marzo a esta escritora, y en sus páginas publica unos textos suyos inéditos, dedicados a la música, que fue su vocación frustrada. El programa de la Orquesta Nacional se completó acertadamente con el oratorio latino de Igor Stranvinsky, Oedipus Rex, inspirado en la tragedia de Sófocles. Es una obra espesa pero efectista, que estuvo bien interpretada. La versión fue rotunda y contó con la excelente colaboración del Coro de la Generalitat Valenciana (solo hombres). Entre los solistas vocales destacó el tenor Kurt Streit, con una línea de canto impecable, una voz preciosa y una interpretación convincente. José María Pou ofreció un recital de virtuosismo como narrador, con una proyección y una dicción impecables. Hizo perfectamente comprensible el texto en una sala que es reconocidamente hostil para la voz hablada. Su técnica e inteligencia venció a las circunstancias y es un colaborador a tener muy en cuenta para este tipo de actuaciones. La convocatoria estuvo llena de arte e interés.
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