Revista mensual de publicación en Internet
Número 59º - Diciembre 2.004


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HOMENAJE A SOR MARIE KEYROUZ

Por Fernando López Vargas-Machuca.

Seguramente con vistas a las actuales fiestas navideñas, Harmonia Mundi lanzó hace un par de meses este precioso doble compacto que incluye los dos primeros discos en solitario de Sor Marie Keyrouz, precisamente aquellos que la catapultaron a la fama internacional: los consagrados al Canto Bizantino y al Canto Maronita, registrados respectivamente en 1989 y 1990, el primero en compañía del Coro de la iglesia de Saint-Julien-le-Paubre de París, y el segundo junto al Ensemble de la Paz, conjunto fundado años atrás por la propia artista e integrados por músicos de diferentes religiones y procedencias, adoptando un planteamiento y unas intenciones similares a las que más tarde seguiría Barenboim con su West-Eastern Divan Orchestra. Aunque tanto en las traducciones a los textos cantados como en las notas informativas (las mismas que estaban en los cedés originales) se echa de menos el idioma castellano, la presentación de este producto no puede sino calificarse de excelente, y toda vez que el precio no es elevado, el melómano que hasta ahora no haya tenido la oportunidad de escuchar estos discos se encuentra aquí con una compra imprescindible.

 Y lo es por dos motivos. El primero es la propia belleza del contenido musical, sobre el que volveremos más abajo. El segundo, el permitirnos reflexionar en torno a la decisiva importancia en lo musical -así como en los más diversos aspectos de lo estético y de lo puramente religioso- que alcanzaron los territorios del Mediterráneo Oriental en los primeros siglos de nuestra era de cara no sólo a la configuración del cristianismo, sino también a la propia aparición del Islam. Y es que seguimos sin tener en cuenta -aunque arqueólogos, historiadores del arte y musicólogos, entre otros, han encontrado aquí una fructífera línea de investigación- que la religión cristiana tuvo en origen mucho que ver con la efervescencia cultural desarrollada en la zona referida, y que a dicha estética -de corte en buena medida helenística y neoplatónica- debe mucho la Europa de la Alta Edad Media, así como la mismísima cultura islámica, cuya poderosa personalidad no debe hacernos olvidar su carácter sincrético. Ha de entenderse, pues, que todas estas investigaciones -y los presentes discos- deben acercarnos a una realidad estética y religiosa que era en origen mucho más rica y plural que lo que la posterior evolución del cristianismo y del Islam nos han hecho creer, contando ambas religiones con más puntos en común de los que a simple vista pudiéramos sospechar.

Eso sí, y centrándonos ya en el terreno puramente musical, está claro que en el plano interpretativo nos hemos de mover siempre en el resbaladizo terreno de las conjeturas. En este sentido la Hermana Marie Keyrouz es toda una garantía: nacida en El Líbano (concretamente en Deir-El-Ahmar, muy cerca de las fastuosas ruinas romanas de Baalbeck), además de monja es antropóloga, musicóloga y compositora, debiendo mucho a su trabajo con el mayor experto en las músicas del primer cristianismo, Marcel Pérès. Pero ante todo Sor Marie es cantante: dotada de una voz oscura y aterciopelada, de subyugante sensualidad, dota a sus interpretaciones de una intensidad a la que resulta realmente difícil sustraerse, recreando las diferentes situaciones anímicas de los textos -de la esperanza de la Natividad a la alegría de la Resurrección, pasando por el dolor de la Pasión- con una sinceridad expresiva arrolladora. Incluso cuando años más tarde grabara (ya en Virgin Classics) un muy discutible disco con obras de compositores como Beethoven, Schubert, Franck o Gounod, tan lejos del canto melismático en el que no conoce rival, quedaba patente la poderosísima personalidad de la artista.

De la misma dan buena cuenta los dos registros incluidos en este homenaje. El dedicado al Canto Bizantino nos permite acercarnos a la fascinante tradición musical de ese Imperio Romano de Oriente que duró mil años, tan ignorado hoy en nuestras aulas pero de tan decisiva influencia para la configuración del mundo actual, una tradición culta y compleja, extendida a lo largo de un amplísimo territorio, y que tuvo una decisiva influencia en el devenir de la Historia de la Música Occidental. El dedicado al Canto Maronita nos presenta una realidad religiosa y musical mucho más ignorada aún, la de la comunidad cristiana de El Líbano, que debe su nombre a un monje sirio del siglo V, San Marón, y que habiendo siempre permanecido fiel a la autoridad de Roma alcanza hoy al parecer los tres millones de fieles repartidos por todo el mundo. En este caso se trata de una música de tradición monástica pero altamente impregnada de elementos digamos "populares", adoptando Sor Marie la opción de ser acompañada por una serie de instrumentos que otorgan a sus interpretaciones un sabor más decididamente oriental si cabe. En todo caso, se trata de una música de enorme belleza recreada con la mayor de la intensidad emocional. Y si usted desea saber cómo suena todo esto antes de lanzarse a la compra, bien puede escuchar los extensos clips gratuitos de su página web oficial, cuya dirección se incluye más abajo. Al menos no deje de ver el "video nº3" que ahí se incluye: le aseguramos al lector no quedará indiferente.

 

REFERENCIAS

SOR MARIE KEYROUZ. Canto bizantino. Canto tradicional maronita.
Coro de la iglesia de Saint-Julien-le-Paubre de París. Ensemble de la Paz.
Sor Marie Keyrouz, canto.

2 CDs. 51' 31" + 71'32''.
Harmonia Mundi HMX 2908145.46

 

Web oficial de Sor Marie: www.keyrouz.com

Web de Harmonia Mundi: http://www.harmoniamundi.com/prod_frame.asp?DataAction=Spain