|   | VUELVE A CASA POR NAVIDAD Por
      Ignacio Deleyto Alcalá. 
      Lee su 
      Curriculum. 
      
       
 El Oratorio de 
      Navidad de Johann Sebastian Bach está formado por seis cantatas 
      compuestas para ser interpretadas durante los días de Navidad. Cada 
      cantata está construida siguiendo el modelo de una típica cantata de 
      iglesia de Leipzig, es decir, recitativos, arias, coros y corales. Para la 
      elaboración de esta magna obra Bach volvió a varias de sus cantatas 
      profanas, en particular, a las BWV 213 y BWV 214. Bach modificó el texto y 
      con ello el espíritu de la música. Tomemos, por ejemplo, el aria para alto 
      “Ich will dich nicht hören” parodiada como “Bereite dich, Zion”: misma 
      música para las dos arias, pero con muy poco en común. De hecho, todas las 
      arias y coros de Lasst uns sorgen, lasst uns wachen BWV 213 serían 
      reutilizados en la nueva obra coral religiosa sin apenas cambios. 
 El Oratorio de Navidad es la celebración del nacimiento y adoración 
      del Niño Jesús, con un componente narrativo lo cual justifica su 
      denominación de “oratorio” frente al de “cantata”. Combina alegría y 
      optimismo con ternura y dulzura. Una buena muestra de la primera sería el 
      jubiloso coro que abre la obra “Jauchzet, frohlocket, auf, preiset die 
      Tage”, quizás el coro más famoso de Bach y que, con trompetas y timbales, 
      es capaz de resucitar a un muerto en sus primeros acordes. Igual ocurre 
      con “Herrscher des Himmels”, jubiloso coro que abre y cierra la tercera 
      cantata. Ternura y dulzura, así como estática contemplación, encontramos 
      en la única pieza instrumental de la partitura, la “Sinfonia”, que inicia 
      la segunda cantata. Aquí parece detenerse el tiempo mediante una melodía 
      dulce y ensoñadora en la cuerda y las maderas, que representa el ideal de 
      paz y sosiego navideños. En esta categoría entraría, sin duda, el aria 
      para alto “Schlafe, mein Liebster, geniesse der Ruh”, una nana sin 
      parangón al Niño Jesús.
 
 Con esta es la cuarta vez que se edita la versión de René Jacobs con la 
      Akademie für Alte Musik Berlin y el RIAS-Kammerchor, publicada 
      originalmente en 1997. El René Jacobs director, siempre seducido por la 
      ópera, no ha visitado con mucha frecuencia el corpus coral de Bach salvo 
      alguna grabación de cantatas profanas. De ahí que su grabación del 
      Oratorio de Navidad cobre una importancia especial por ser la única 
      gran obra coral de Bach por él registrada hasta la fecha.
 
 Su interés por la ópera y por los recursos típicamente operísticos hace 
      que se enfrente ante esta obra religioso-narrativa con un sentido del 
      drama mucho mayor que otros directores lo cual queda patente en su a veces 
      caprichoso manejo del tempo: ora lento, ora rápido, como ocurre con “Ehre 
      sei dir, Gott, gesungen” que le dura cuarenta segundos menos que a la 
      mayoría de directores (a excepción de Gardiner, claro). No ocurre así en 
      los corales que son mucho más lentos de lo esperado. De hecho, su 
      tratamiento de los corales, donde casi siempre hace un largo ritardando 
      al final, le entronca con batutas del pasado. Jacobs también juega con el 
      tempo en algunas de las arias para profundizar en el momento musical como 
      ocurre en “Schlafe, mein Liebster”. Libertades que pueden no gustar a los 
      más ortodoxos pero que a nosotros nos han parecido correctas y bien 
      traídas.
 Y si la lentitud 
      destaca en los corales, más destaca aún cuando llegamos a la “Sinfonia”: 
      su versión de esta bella música es la más lenta de las cinco que hemos 
      escuchado. Le dura casi tres minutos más que a Gardiner, dos minutos más 
      que a Koopman y treinta segundos más que a Karl Richter. Casi nos 
      atreveríamos a decir que es la más lenta de la historia, pero no por ello 
      pierde en belleza, pues, nos permite disfrutar de cada frase de manera 
      especial aunque Koopman o Gardiner ofrezcan versiones más canónicas. Otro 
      elemento típicamente operístico es el interés de Jacobs por la 
      ornamentación, que se deja apreciar tanto en la orquesta como en los 
      solistas vocales, eso sí, con discreción. Otra libertad que se toma Jacobs 
      es el uso de varios instrumentos para el continuo, en especial, el 
      prominente laúd en recitativos y arias interpretado por Konrad Junghänel. 
       En conjunto, la 
      versión de Jacobs es enérgica, tensa y muy dramática. Por ejemplo, nadie 
      como Jacobs para transmitir y contagiar la alegría y júbilo del coro 
      inicial con un timbalista en estado de gracia. Pero al mismo tiempo la 
      concepción de algunas arias es meditada y reflexiva. En realidad, su 
      lectura es muy germánica y muy alejada de, por ejemplo, un Gardiner quien 
      parece querer escapar de cualquier atisbo de profundidad. Nada negativo en 
      sí pues, de hecho, su versión es una de las mejores a pesar de alguna 
      irritante elección de tempo. Jacobs también ofrece alguna que otra 
      originalidad como la adopción de una voz por parte en el inicio del coro 
      “Herrscher des Himmels” para luego hacer entrar al coro. Detalle de gran 
      efecto, que nos hace escuchar este famoso coro como nunca antes.
 El cuarteto vocal es enteramente alemán: Dorothea Röschmann, Andreas 
      Scholl, Werner Güra y Klaus Häger. Se nota que a Jacobs no le van las 
      vocecillas porque ha reunido un plantel de voces con mucha personalidad y 
      en general bien equilibrado. Todos están a gran nivel aunque de entrada 
      diremos que no es el cuarteto ideal y es que, en realidad, ninguno lo es. 
      Dorothea Röschmann es una voz de raza, carnosa y expresiva. Dicho de otro 
      modo, no tiene el grado de pureza y ternura que se espera en versiones 
      historicistas, pero la realidad es que su contribución mejora las de, por 
      ejemplo, Schlick o Argenta. Como siempre, Andreas Scholl es frío como el 
      hielo pero al mismo tiempo su clase, su inmaculada línea de canto y su 
      total control sobre su instrumento le convierten en uno de los verdaderos 
      atractivos de la grabación. Personalmente, preferiremos a von Otter en, 
      por ejemplo, “Schlafe, mein Liebster” pero Scholl ofrece una alternativa 
      de categoría a von Otter (sin olvidar la sensacional lectura de Michael 
      Chance para Herreweghe).
 
 Werner Güra es un tenor bachiano que muestra estilo y una voz ligera como 
      el viento. Su aportación como evangelista es extraordinaria. En las arias 
      la cosa cambia un tanto y es que la competencia es muy dura: Christoph 
      Prégardien, por ejemplo, resulta preferible. Por su parte, Klaus Häger 
      posee una potente voz de bajo, muestra agilidad y se conjunta bien en el 
      famoso dúo con Röschmann pero, como pasaba con el tenor, tanto Olaf Bär, 
      Peter Kooy y Klaus Mertens son, a nuestro juicio, superiores.
 
 Tanto la orquesta como el coro están al nivel de los mejores y la toma de 
      sonido es simplemente espectacular, probablemente, la mejor de todas. René 
      Jacobs es un director con mucho talento y sobrada experiencia, poco 
      convencional, y que siempre tiene algo nuevo que aportar. Esta grabación, 
      con ya casi ocho años a sus espaldas, nos lo recuerda una vez más.
 Estamos ante una de 
      las grandes versiones de la obra y por ello nadie que se haga con ella se 
      sentirá defraudado. Pero habría que hacerse, al menos, con varias de las 
      mencionadas más arriba para completar el lienzo interpretativo de la obra 
      navideña por excelencia, y una de las partituras más famosas de Bach.
       En esta reedición de 
      lujo, en forma de libro de tamaño CD, se presentan varios artículos 
      -incluida una introducción a la presente edición-, además de biografías y 
      texto completo de la obra en los idiomas de siempre. El libro está 
      profusamente ilustrado con retratos, reproducciones de pinturas de época y 
      fotografías diversas. Un considerable trabajo editorial que se presenta a 
      todos los aficionados a precio medio. 
 
 REFERENCIAS:
 BACH, J. S. : Weihnachtsoratorium 
      BWV 243. Dorothea Röschmann, soprano. Andreas Scholl, contratenor. Werner 
      Güra, tenor. Klaus Häger, bajo. RIAS-Kammerchor. Akademie für alte Musik 
      Berlin. René Jacobs, director. HARMONIA MUNDI HMX 2901630.31. Página web:
      www.harmoniamundi.com
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