Oratorio de Navidad

Por Víctor Pliego de Andrés. Lee su curriculum. 

Oratorio de Navidad BWV 248 (Cantatas 1, 2, 3 y 6) de Johann Sebastian Bach. Collegium Vocale Gent. Sibyla Rubens (soprano); Wilke Te Brummelstroete (contralto); Mark Padmore (tenor); Peter Kooij (bajo). Director: Trevor Pinnock. Conciertos de la Tradición. Auditorio Nacional de Música de Madrid, 9 de diciembre de 2004.

El Collegium Vocale de Gent hace honor a su nombre y da absoluta preeminencia a las voces que forman su núcleo principal. Asistido por magníficos instrumentistas, las voces y el texto son protagonistas, como sin duda le hubiera gustado a Bach para enfatizar el sentido religioso de los textos. La precisión del coro es escalofriante. Se basa en un equilibrio muy especial y preciosista. Trevor Pinnock destacó la bella polifonía con naturalidad desde planos insólitos, pero siempre lógicos dentro del sentido musical de la obra. La versión que ofrecieron del Oratorio de Navidad de Johann Sebastián Bach fue un bonito y oportuno regalo. Los cantantes solistas estuvieron perfectamente integrados en este minucioso y buen hacer, con unas intervenciones claras, bellas y conjuntadas. Igualmente hubo participaciones solistas llenas de mérito y virtuosismo dentro de la orquesta. Así pudimos escuchar unos estupendos solos de oboe, flauta, trompeta o contínuo, que cosecharon en su momento unos merecidos y específicos aplausos. Confianza e inspiración fueron convocadas a igual parte en otro concierto que volvió a probar que hoy no es posible atribuir desajustes en la música antigua a una supuesta inferioridad de los instrumentos antiguos. Aquí sonaron con absoluta maestría, mostrando como única particularidad sus matices tímbricos. Hubo variedad de colores dentro de una unidad sonora que, en aquellos años en que se compusieron estas cantatas, era apunte de una nueva estética a la que Bach no era ajeno. La exquisitez se pudo notar en la interpretación así como en la perfección de los ataques, los cierres, las articulaciones, los planos sonoros... El trabajo impecable de Pinnock y sus artistas constituyó una estimulante experiencia auditiva.